Al escuchar, Yadira Jimenez se quedó atónita por un momento.
Noela García se dio cuenta de la expresión de Yadira y, para confirmar sus sospechas, le preguntó, -¿Qué te parece el jefe ahora?
-Nada -aparte de ser aburrido e infantil, no creía que Delfino Dominguez tuviera nada de especial.
Noela preguntó, -¿Y qué vas a hacer? No puedes vivir con ellos todo el tiempo.
En este punto, Noela hizo una pausa y luego continuó su análisis con ella, -Puedo asegurarte que tú y él solíais tener una relación particularmente buena. Creo que ahora tienes dos opciones: la primera es que tú y él recuperéis vuestros recuerdos y sigáis amándoos, o la segunda es que, si ambos no recuperáis nunca vuestros recuerdos y no seguís amándoos, tienes que considerar qué hacer después...
En este punto, Yadira comprendió, y Noela no tuvo que decir más.
-Yo también lo he pensado.
Yadira giró la cabeza para mirar a Raquel y, al darse cuenta de que ya estaba adormecida, alargó la mano y la levantó.
Ella tomó a Raquel en sus brazos, y Raquel solo la echó una mirada, se acurrucó confiadamente en sus brazos y se quedó dormida.
Noela se inclinó y preguntó en voz baja, -¿Está dormida?
-Sí -Yadira respondió-. Está especialmente lista para dormir y comer, no es nada traviesa.
Noela no pudo resistirse a extender la mano y acariciar la cara de Raquel, -Buena chica.
Yadira cambió de brazo para que Raquel pudiera dormir más cómodamente antes de mirar a Noela, -Puedes tomar una si quieres.
-No pienso casarme hasta los treinta años -la sonrisa de Noela se desvaneció-. No sobre mí, sobre ti.
-He considerado lo que acabas de decir. También he pensado en la custodia de Raquel -Yadira dijo con seriedad-. Simplemente no me sería posible conseguir la custodia ahora. Un paso a la vez, necesito encontrar un trabajo ahora.
Si quería luchar por la custodia de Raquel, lo primero que tenía que hacer era independizarse económicamente.
Y lo malo ahora era que siguiera viviendo una vida desordenada por su cuenta.
Cuando Yadira dijo eso, Noela recordó el guion que Yadira había vendido a Fátima Núñez.
-Ya escribiste un guion antes llamado Ciudad Abandonada. Se convirtió en una serie hace dos años y salió muy bien. Muchos fans han pedido una segunda parte en tu Facebook.
Dijo Noela, sacando su móvil y abriendo la página de Facebook de Yadira para mostrarle los comentarios de sus fans.
Yadira miró su nombre de pantalla en la página y murmuró, -¿Raquel?
Aunque no recordaba lo que sentía por el seudónimo en ese momento, sabía que podía tener algo que ver con Raquel también.
Noela le dio la vuelta a los comentarios.
-Han pasado dos años, ¿no se te va a escribir una segunda, escritora?
-Todavía queda mucho por escribir, ¡escríbelo rápido!
-Por favor, escriba la segunda parte de Ciudad Abandonada rápidamente.
-La última publicación de la escritora en Facebook fue hace tres años y tengo la sensación de que no va a seguir escribiendo...
El último comentario de los fans fue de ayer.
Yadira descubrió que su última publicación en Facebook se había publicado efectivamente hacía tres años.
-Mira. Es toda la atención que estás recibiendo por escribir Ciudad Abandonada. Si vuelves a escribir la segunda, seguro que te buscan muchos productores y directores. Porque la primera, a pesar de ser solo una serie web, ganó muchos premios en la industria y los inversores ganaron mucho...
Noela seguía un poco molesta por la idea, -Y no sé por cuánto lo vendiste entonces, siempre me pareció una pérdida.
Cuando Yadira quemó repentinamente el chalet y luego se marchó, vendió el guion. Noela no tenía ni idea de por cuánto lo había vendido.
Yadira, por su parte, no pensaba tanto como Noela.
Ella sacó el móvil y buscó Ciudad Abandonada en Internet.
Ella quería preguntar qué había en la caja.
Lo había metido en una caja fuerte, así que debía ser algo muy valioso, ¿no?
“No pueden ser lingotes de oro o dinero en efectivo ni nada parecido, ¿no?” ella pensó.
Aunque no quería creerlo, Yadira pensó que era muy probable.
No era que tuviera ideas equivocadas sobre los ricos, pero así era porque Apolo la hizo pensar así.
Apolo dijo, -Es un poco pesado, que la lleve por ti.
Yadira estaba a punto de decir algo cuando sus ojos divisaron a alguien que aparecía detrás de Apolo y su tono cambió, -Viene el hombre que lleva la caja.
Apolo siguió su línea de visión y vio que Delfino se acercaba a él a zancadas.
Xulio Ruiz lo siguió.
Apolo sonrió, -Delfino.
Delfino se limitó a mirarlo, sin que sus ojos se detuvieran en su rostro, antes de dirigir su mirada directamente a Yadira.
Raquel se alegró inusualmente al ver llegar a Delfino y gritó, -¡Papá!
-Aquí -respondió Delfino, volviendo su mirada a Yadira.
Mirando la caja fuerte que llevaba en la mano, él preguntó con el ceño ligeramente fruncido, -¿Qué es esto?
Mientras hablaba, tomó suavemente la caja fuerte de Yadira.
El gesto parecía tan natural.
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