Matrimonio de primera romance Capítulo 469

-Delfino, mi vuelo sale a la siete de la mañana de mañana.

Después de decir, la habitación estaba en silencio, y Yadira se pegó su oreja en la puerta para escuchar el sonido de la habitación.

La habitación mantenía en silencio.

La habitación estaba bien insonorizada, pero si alguien caminaba hacia la puerta, podría escuchar un poco de pasos.

Yadira Jimenez suspiró a regañadientes, y parecía que Delfino Dominguez no quería hacerle caso a ella.

Este hombre de verdad era más fácil de enfadarse que Raquel Dominguez.

Ella tocó la puerta otra vez y dijo, -¿Me voy si no abres la puerta?

Por fin hubo un sonido en la habitación.

Delfino dijo con ira, -¡Vaya como lo que quieras!

Yadira apretó los labios, e iba a salir.

Cuando ella salió, la puerta del estudio fue abierta.

Delfino se paró a la puerta, vio el pasillo vacío, y su rostro estaba más sombrío que antes.

¿Por qué vino a contar a él que se iría?

Si él no podía controlarse y la quedaba esforzadamente, sería culpa de ella.

***

El siguiente día.

Delfino se levantó, cuando se paró frente al espejo y ordenaba su corbata, miró al reloj de su mano para saber la hora involuntariamente.

Faltaban diez minutos a la siete.

En este momento Yadira debía subir al avión.

De pensar en esto, su estado de ánimo estaba mal.

Su acción de ordenar la corbata se convirtió en mecánica y rígida.

Después de desayunar, Xulio Ruiz vino a recogerle.

En estos tiempos, después de que Delfino se acostumbrara gradualmente, Xulio ya no vivía en la casa de Delfino, sino vino a recogerle todos los días.

Xulio abrió la puerta respectivamente, -Señor.

Delfino caminó hacia el coche, cuando iba a subir al coche, vio la corbata de Xulio, y frunció ceño, -El color de tu corbata no coincide con tu camisa.

Xulio se sorprendió. ¿Por qué señor Delfino prestó atención al color de su corbata?

Después de decir, Delfino no subió al coche, se paró al lado de coche y le miró.

Xulio pensó un rato, bajó la cabeza y dijo, -Mañana voy a cambiarlo.

Delfino no se movió.

Xulio se quedó aturdido, echó un vistazo a Delfino, y se quitó la corbata.

Así, Delfino subió al coche.

Xulio dudaba en su corazón que señor Delfino solía ser muy quisquilloso, pero no tan quisquilloso como que llevaba puesto.

¿Qué pasó en el tiempo que él no estaba?

Sin embargo, Xulio no pensaba que era sólo un comienzo.

Él dio una vuelta y se sentó en la posición del chófer, cuando iba a conducir, Delfino dijo suavemente, -¿Qué ambientador pusiste? El olor es muy mal.

Xulio dijo, -Siempre usamos ambientador de este olor, últimamente dijiste que el olor es bueno…

Delfino sólo dio una palabra fríamente, -¿Si?

Xulio sabía muy bien el temperamento de Delfino, se paró de hablar, tapó el ambientador y lo echó en el cesto de basura.

Cuando él conducía, Delfino dijo otra vez, -Conduces tantos años, todavía no puedes conducir establemente, eres genial.

Xulio pensaba que debía tener algo urgente, pues fue a la oficina de prisa, -¿Para qué me buscas?

-Llama a Yadira, pregúntala dónde está ahora -Delfino lo dijo muy serio, como si estuviera discutiendo el trabajo con Xulio.

Bajo la mirada de Delfino, él sacó su móvil y llamó a Yadira.

El móvil sonó un tiempo, y fue conectada.

Xulio abrió la función de altavoz para que Delfino pudiera escuchar.

-Señor Xulio -la voz de Yadira se escuchaba que era más suave a través del móvil.

Xulio le preguntó directamente, -¿Señora, dónde estás ahora?

Yadira le dio una dirección, y le preguntó, -¿Qué pasa? ¿A Delfino le surgió algo?

De escuchar esto, Xulio levantó la cabeza y miró a Delfino.

Delfino lo miró tranquilamente, señaló que él podía responder libremente.

-No. Sólo es que quería llamar a un cliente, pero te llamé erróneamente, entonces te pregunto.

Esta explicación no era perfecta, pero Xulio siempre era una persona muy estereotipada y rigurosa, Yadira no pensaba mucho sobre su explicación y le creyó.

Yadira pensó un rato y dijo, -Hoy salí de la Ciudad Mar en avión por la mañana, regresaré después de diez días aproximados, por favor recuerda a Delfino que coma a tiempo.

Xulio la accedió, -Lo tengo, no te preocupes.

No hablaron más ellos dos.

-Señor Delfino…

Después de colgar el móvil, Xulio levantó la cabeza y miró a Delfino, cuando iba a hablar, descubrió que el rostro de Delfino era peor que antes.

No sabía que Delfino lo escuchó o no, este solo entrecerró los ojos pensando.

Un tiempo después, él dijo peligrosamente, -Ella no hizo caso a mis palabras.

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