Sin mencionar a Mariano Magrina, incluso los subordinados que vinieron también a salvar con él estaban llenos de sorpresa.
¿Cuál era la identidad de Delfino Dominguez?
Ese joven nació en una familia rica y creció entre los nobles.
Incluso podía ir al campo y comer en ese tipo de lugar.
Como Yadira Jimenez ya había visto esa situación muchas veces en esos días, ya no le era extraño.
Delfino cogió kimchi y accidentalmente se equivocó con cebolla. Frunció el ceño y la iba a tirar cuando Yadira vio y le acercó su cuenco, -No lo tires, dámelo.
Delfino frunció el ceño y puso la cebolla en su cuenco.
No sabía cómo tuvo esa mala costumbre de que no podía comer nada de cebollas, chalotes y todo lo relacionado con ello.
Esa escena la vio Mariano, y sus ojos no pudieron evitar profundizar un poco más la mirada.
Sintió que estaba estorbando allí.
Delfino debía pensar que era estúpido.
Mariano se rio de sí mismo, se puso de pie y sacó a la gente.
Yadira escuchó los pasos, levantó la cabeza, miró a Mariano y los demás con una mirada de confusión y murmuró, -¿Por qué se han ido?
Delfino puso una cebolla en su cuenco, -Come tu comida.
Yadira movió los labios, pero al final no habló.
Comió menos que Delfino y los demás, y pronto estuvo llena.
Llevó el cuenco a la cocina y salió a buscar a Mariano.
Delfino y el señor todavía estaban sentados en la mesa del comedor, mirando desde la sala, justo podían ver a Yadira y Mariano parados juntos hablando.
¿Los dos estaban de pie tan cerca para mantener el calor?
¿Hablar con Mariano era tan divertido?
Cada vez que Delfino miraba más, la expresión de su rostro se volvía más pesada.
El señor lo miró primero y luego miró hacia la puerta, en su tono se notaba la curiosidad, -Ese joven, ¿vino a robarte tu esposa?
Delfino dijo sin comprender, -No es digno de hacerlo.
-Si sabes que no es digno, ¿por qué todavía tienes esa expresión de pelear con él? -el señor negó con la cabeza-. No seas tan impaciente, Yadira es una chica leal y es bueno contigo, no montes un jaleo...
Delfino guardó silencio por un momento y dijo con frialdad, -Ella es una mujer caprichosa.
Quería volver a casarse con él, pero salía en las noticias de entretenimiento con otros hombres. Encima, a su lado estaba Mariano quien se preocupaba mucho por ella.
¡Hum!
No podía ver dónde se notaba que era una mujer leal.
El anciano no dijo nada.
Afuera.
Yadira se paró junto a Mariano, reflexionó y dijo, -Aunque no sé por qué provocas deliberadamente a Delfino, estoy muy agradecida de que hayas venido a buscarme.
-Tenemos una amistad que ha pasado por la muerte, esto no es nada -Mariano se rio, miró al suelo y lo dijo lentamente.
Yadira frunció los labios y dejó de hablar. Principalmente porque lo que ella quería decir no era adecuado para que se dijera allí.
Después de un rato, dijo en voz alta, -De vuelta a Ciudad Mar, te invitaré a cenar.
Mariano estuvo muy de acuerdo, -Vale.
Yadira también lo siguió con una sonrisa, -Pues es un trato.
-El cielo finalmente se está aclarando -llegó la voz del anciano.
Yadira miró hacia arriba y vio que el sol aparecía en el cielo como se esperaba.
Delfino tomó una toalla, se secó las manos y le preguntó, -¿Qué hay del Grupo Dominguez?
Xulio le informó seriamente de la situación, -Todo está bien, todos piensan que solo te fuiste a hacer un viaje de negocios al extranjero, no hay otros problemas, simplemente se han acumulado un montón de documentos.
-Vale -respondió con calma Delfino, luego volvió a poner la toalla en la cocina y miró hacia la puerta.
Afuera de la puerta, el señor estaba en cuclillas sobre una piedra con una pipa, Mariano tomó un mechero para ayudarlo a encenderlo, y el anciano simplemente lo miró, sacó su caja de cerillas y encendió la pipa.
No sabía qué le dijo Mariano, pero el anciano enarcó las cejas y movió los labios sin saber lo que le estaba diciendo.
Delfino retractó su mirada y le preguntó a Xulio, -¿Has traído dinero?
-Sí -Xulio entendió el otro significado de las palabras de Delfino y sacó una bolsa de papel kraft.
Llegar a un lugar como ese, naturalmente trajo mucho dinero en efectivo de sobra además del de la bolsa de papel.
Delfino tomó la bolsa de papel kraft y caminó hacia el anciano.
-¡Delfino! -Yadira sabía lo que iba a hacer y rápidamente lo agarró-, el anciano se enojará.
El anciano tenía un temperamento obstinado, aunque vivía relativamente mal, Yadira sabía que lo que le faltaba no era dinero, sino compañía.
Podía sentir que el anciano estaba muy feliz por los pocos días que ella y Delfino se quedaron allí.
-Él no.
Delfino miró a Yadira antes de irse.
Cuando el anciano vio venir a Delfino, bajó las cejas enarcadas.
Delfino puso el dinero en la mano del anciano, no supo lo que estaban diciendo, pero el anciano guardó silencio por un rato, asintió y lo aceptó.
Yadira se sorprendió y le preguntó a Xulio, quien también se sorprendió, -Xulio, basado en tu conocimiento de Delfino, ¿qué crees que le dijo al anciano?
-Si es en la Ciudad Mar, en la villa del señor Delfino, podría adivinar lo que ha dicho...
Xulio hizo una pausa y cuando miró hacia arriba, vio una telaraña en el techo, y dijo, -Después de que ha vivido en este tipo de lugar durante unos días, ya no puedo adivinar qué puede haber dicho el señor Delfino.
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