Por la noche.
Yadira fue al Club Dorado a la hora acordada.
Cuando llegó, Apolo ya la estaba esperando en la habitación privada.
Se vestía con una camisa de color rosado muy llamativo.
—Yadira, ven y siéntate —él le ayudó a jalar la silla, y le indicó que se sentara.
Ella lo tenía mucho claro que la razón por la cual él hizo esto fue Noela.
Ella sonrió y negó con la cabeza, —Me acomodo yo.
Luego, acomodó una silla y se sentó.
Apolo se tocó la cabeza, sonrió sintiéndose un poco avergonzado, luego arregló su ropa, se acercó a ella con una sonrisa y le preguntó, —Yadira, ¿qué te parece mi camisa? Es de edición limitada, le pedí específicamente a mi asistente que me comprara por mí.
—Sí... —ella lo miró de arriba abajo—, bastante buena.
En comparación con la personalidad de Delfino, Apolo era más llamativo, se podía saber esto a través de las cosas que utilizaba en la vida cotidiana.
—¿La viste detalladamente? —él estiró por bajo el bolsillo de su camisa con una cara seria, señaló la cabeza de un gato dibujado cerca al bolsillo, le preguntó—, ¿lo viste esto? ¡Es ésta la característica de esta camisa!
Ella no sabía cómo responderle.
Abrió su boca, mirando la camisa con una expresión confundida en su cara.
Realmente no entendía qué tipo de característica era una cabeza de un gato cerca del bolsillo de una camisa de color rosado para hombres.
No obstante, ella había visto mucha ropa de este estilo para mujeres.
Ella miró su camisa de nuevo, repitió lo que le había dicho él, —¿Característica?
—¿Sí? ¿Qué te parece?
Bajo de la expresión expectante de Apolo, ella consideró cuidadosamente sus palabras y dijo, —Sí, bastante buena.
Aunque ella no fue sincera, Apolo estaba de muy buen humor, no le prestó mucha atención en sus palabras.
Después de recibir el elogio de ella, él volvió a su silla, arregló las mangas y el escote, luego le ayudó a Yadira a servirle agua.
Ella se había acostumbrado al modo de lo cual se llevaban Apolo y Noela, y no era de extrañar que Apolo fuera así.
Muy pronto, vino Noela.
Ella recién terminó de hacer el rodaje de un show, llevaba una ropa desabrigada, con un maquillaje exquisito.
Sin embargo, cuando ella se acercó, Yadira aún podía ver que ella estaba cansada.
—Noela —Yadira la llamó con una sonrisa.
Ella la saludó con una sonrisa también, y se dirigió a ella.
En cuanto a Apolo, quien había estado esperando a Noela desde hacía mucho tiempo, en este momento, se veía bastante distante, no hablaba nada.
A Yadira le parecía que esto era impresionante, que un hombre podría cambiar su actitud abruptamente.
Apolo era el mejor ejemplo.
Yadira echó un vistazo a él, no dijo nada más, se puso de pie, acomodó la silla por Noela, —Que te sientes.
—¿Por qué eres tan cortés ahora? Qué rara —aunque Noela dijo esto, se sentó.
Después de sentarse, ella no miró a Apolo, giró su cabeza y sólo hablaba con Yadira, —De hecho, aunque no me hubieras llamado para que nos viéramos, querría buscarte. Solo que he tenido la agenda más agotadora estos días, además, me temía que estuvieras ocupada en escribir tu guión, por eso, no te busqué.
—¿Buscarme a mí? —le resultó sorprendente a Yadira—, ¿por qué?
En general, cuando las dos estaban ocupadas, si Noela la quería buscar, significaría que ella tenía algo importante.
Apolo la miró de arriba abajo, se burló de ella, —Eres salvaje, es cierto. Pero, ¿qué quieres decir con la palabra novia? Ahora ni siquiera tienes un novio, ¿cómo puedes ser una novia?
—¡Apolo! ¿Quieres que te pegue? —mientras hablaba, ella levantó su mano y estaba a punto de palmear la mesa.
Sin embargo, en el momento en que iba a palmear, Apolo tomó su mano.
Su expresión en la cara estaba muy fea, —¿Por qué siempre palmeas la mesa? Si lastimas tu mano, ¿cómo vas a hacer los rodajes de TV Show?
—¡Aprovechador! Sólo piensas en cómo aprovecharme a ganar dinero —ella lo miró con frialdad, apartó su mano, no le habló más.
Yadira vio que finalmente los dos terminaron el drama, dijo, —Vale, vamos a pedir la comida.
Noela y Apolo, a veces, los dos se comportaban como dos niños, siempre querían provocar algún problema.
Sin embargo, cuando los dos estaban callados, eran tan guapos, se veían como una pareja perfecta.
Pero, no se sabía qué había pasado entre ellos dos.
Yadira dio un suspiro.
¡Qué difícil entender el amor!
Antes ella pensaba que una persona como Delfino, con una personalidad tan terca, nunca accedería a romper la relación con ella, aunque fuera ella quien le dijera.
Sin embargo, no solo accedió, sino que también la echó a la calle.
Pensando en eso, a ella le resultó muy graciosa.
A veces, la mayoría de las tragedias de la vida proveían del autoengaño.
Cuando más sobria vivía la gente, más libre sería.
Pero otros decían que uno solo podía ser feliz cuando estaba sin tanta claridad de su vida.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera
Quiero seguir leyendo...