Matrimonio de primera romance Capítulo 729

Raquel estiró la mano para agarrar la de Delfino. Como su mano era tan pequeña, solo podía sujetar el dedo de su padre.

Entonces Delfino encerró su pequeña y tierna mano completamente con la suya, la fuerza de su agarre era tan suave porque tenía miedo de hacerle daño.

Entonces, Raquel levantó la cabeza en un intento de ver claramente la cara de su padre.

—Papá, tú tampoco quieres separarte de mamá, ¿verdad? —Preguntó tiernamente la pequeña.

Como Delfino era demasiado alto. Raquel sintió que le dolía un poco el cuello por el esfuerzo de mirar hacia arriba, pero aún así, ésta seguía sin ver con claridad la expresión de su papá.

Entonces, se dio por vencida y apoyó su cabeza en las piernas de Delfino, murmurando en voz baja:

—Mamá me ha llevado hoy al zoológico. Me siento muy cansada.

En ese momento, Delfino dijo:

—Sí.

Sin embargo, Raquel empezó a bostezar, sin darse cuenta que Delfino estaba respondiendo a su pregunta anterior.

Delfino se agachó y la cargó y mientras entraba en la villa, preguntó:

—¿Qué animales has visto en el zoológico?

Cuando Delfino habló del zoológico, Raquel se animó de nuevo y respondió:

—Había muchos pájaros y tigres.—

Delfino añadió:

—¿Y qué tipo de animal le gusta más a tu mamá?

Raquel estaba tan soñolienta que apoyó la cabeza en el hombro de Delfino, susurrando:

—Mamá dice que le gusta todos porque los animales son bonitos.

Delfino no habló más al oír la respiración acompasada de Raquel. Se había quedado dormida.

***

Cuando Yadira llegó a casa, hizo una llamada a Apolo.

Apolo siempre estaba dispuesto a responder a la llamada de Yadira y esta vez no fue la excepción. Éste cogió el teléfono rápidamente en cuanto supo que se trataba de ella:

—Yadira, ¿qué ocurre?

—Quiero el número de teléfono de Cerilo. —Yadira prescindió de la charla y fue directamente al grano.

—De acuerdo, te lo diré. ¿Prefieres que te lo diga ahora o que te envíe un mensaje de texto luego?

—Dímelo ahora. Podré recordarlo.

Dicho esto, Apolo le dijo el número de teléfono.

—Ok, ya lo tengo. —dijo Yadira.

Entonces Apolo preguntó confundido:

—¿Por qué quieres el número de Cerilo? ¿Te enfrentas a algún conflicto económico?

—¿Sabes la fecha exacta de la boda de Delfino? —preguntó Yadira. Entonces Apolo comprendió rápidamente lo que ella quería hacer.

—Pero a Cerilo no se le dan bien los casos matrimoniales. —Cuando Apolo terminó sus palabras, añadió—. ¿Qué tal si yo te busco unos abogados?

—Solo quiero pedir consejo primero y aún no estoy dispuesta a presentar una demanda. Gracias por tu amabilidad, pero esto es entre Delfino y yo, y quiero resolverlo por mí misma. Además, si Delfino se entera de que me estás ayudando a encontrar un abogado...

Yadira hizo una pausa deliberada y Apolo se apresuró a decir:

—De acuerdo. No te ayudaré a buscar un abogado. Sin embargo, si tienes algún problema, puedes hablar conmigo recuerda que somos amigos.

—De acuerdo. —Yadira sabía que Apolo era una persona muy amable, especialmente con sus amigos.

Yadira colgó y luego intentó llamar a Cerilo.

Todavía no eran las siete, así que Cerilo probablemente todavía no debería haber salido de su trabajom y posiblemente estaría cenando. La conexión se realizó pero pasaron unos momentos antes de que el otro extremo respondiera.

—¿De verdad no hay ninguna posibilidad de ganar para mí?

No pudo evitar tener esperanza en su corazón.

Cerilo percibió un matiz de entusiasmo en su tono y tras un momento de silencio, dijo:

—No tienes ninguna posibilidad si Delfino insiste en la custodia. Pero si cambia un poco de opinión, probablemente tengas una oportunidad.

La respuesta no supuso ninguna diferencia. Delfino había dicho claramente por teléfono que no le daría la custodia de Raquel, por lo que éste ya estaba decidido a luchar con uñas y dientes por la custodia de su hija.

Yadira respiró hondo y dijo algo abatida:

—Ya veo. Gracias, señor Cerilo.

Cerilo tenía muy claro lo que había pasado entre Yadira y Delfino. Además, él y Delfino también se conocían desde hacía muchos años, así que no podía soportar ver cómo llegaban a ese punto.

Cirilo vaciló un momento y finalmente dijo: —Para ganar un pleito se necesitan muchos factores y cada uno es indispensable. A veces el poder no es la más importante, esto es todo lo que puedo decir, Srta. Yadira.

Apenas había visto a Yadira este año y solo recordaba que ella sonreía tan alegremente cuando se conocieron. Era sin duda, una belleza poco común. Además de eso, era inteligente y muy tranquila.

Recordó los días en que él y Apolo iban a comer a casa de Delfino. De alguna manera los echaba de menos. En realidad no sentía pena por Yadira. solo sintió un poco de lástima.

Sintió lástima por la relación entre Delfino y ella y por el mal momento que estaban pasando.

Las palabras de Cerilo sorprendieron a Yadira. Entonces, ella dijo agradecida:

—Entiendo. Gracias, señor Cerilo.

—¡Entonces, adiós! —Cerilo colgó el teléfono y se sintió un poco deprimido, así que cogió el teléfono y llamó a Delfino.

El teléfono estaba conectado pero no respondía nadie. De pronto, la conexión se interrumpió.

«¿Qué? ¿Delfino me colgó?». Cerilo estaba un poco molesto. Le molestaban los asuntos de Delfino en este momento. ¿Cómo podía no contestar su llamada?

Cerilo llamó varias veces seguidas, hasta que al final, Delfino no pudo aguantar más y contestó la llamada.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera