Matrimonio de primera romance Capítulo 77

Xulio llamó a Yadira de nuevo y se dio cuenta de que algo andaba mal sin que nadie respondiera.

Quería llamar a Delfino, y Delfino lo llamó y preguntó por la situación.

-¿Por qué no has regresado? ¿No has recogido a Yadira?-

En sus últimas palabras, el tono de Delfino fue obviamente más frío.

-No, Yadira tampoco respondió a la llamada. Sospecho que se habrá ido hace mucho tiempo, o de lo contrario...- algo salió mal.

No se atrevió a decir las últimas tres palabras.

Después de un rato, la voz de ira de Delfino llegó desde el otro extremo del teléfono, -Entonces, ¿por qué no la buscas? -

-Sí, me voy. -

Al colgar, Delfino llevó su chaqueta y salió.

Después de salir del garaje, tuvo tiempo para pensar.

La visita de Salia debía haber dado un gran golpe a Yadira.

Aunque ella parecía feroz, en realidad era frágil, él podía aplastarla rápidamente.

La posibilidad de accidente era muy pequeña, pero era posible que se escondiera por triste.

En ese momento, su celular sonó de repente.

Mirando hacia abajo, descubrió que Apolo estaba llamando.

-¿Qué pasa?-

Apolo todavía tenía un tono normal, -Tienes tan mal tono, ¿qué pasa?-

Delfino no quería hablar con él y colgó.

En la esquina de un ruidoso bar, Apolo miró el teléfono colgado, tomó con su celular una foto de Yadira, que estaba sentada no muy lejos, y se la envió a Delfino.

¿Colgó su teléfono?

¡Delfino debería llamarlo de inmediato!

Efectivamente, la llamada de Delfino llegó rápidamente, y su voz era desfavorablemente fría, -Dirección-

- ¿Estás pidiendo ayuda? - Apolo tuvo una rara oportunidad de aprovecharse a Delfino, y no quería decirle tan rápido.

-Todavía hay vacantes disponibles para la expansión comercial en África-

-¡Joder!-, Maldijo Apolo y le dijo a Delfino la dirección del bar.

Delfino lo amenazó con eso varias veces, pero siempre funcionó.

Debido a que Delfino había hecho eso, Apolo había hecho un gran error por su descuido, por lo que Delfino lo envió directamente a África.

En el diccionario de Delfino no existía el “solo hablar” ¡Él siempre hizo lo que dijo!

...

En el bar.

Yadira ya bebió todo el vino en la copa, todavía no estaba borracha y pidió una docena de cervezas más.

Podía beber mucho y no era fácil emborracharse, esto era algo bueno en tiempos normales, pero ahora Yadira vino allí para emborracharse.

Yadira era hermosa y sobresaliente. Estaba sola con una docena de cervezas frente a ella. A primera vista estaba de mal humor y quería emborracharse. Muchos hombres la miraban con frecuencia, y todos estaban listos para acercarla.

Finalmente, dos hombres se acercaron tentativamente.

-¿Reina, estás sola?-

Yadira los miró. Ambos llevaban traje, parecían élites, tenía un poco temperamento, sus puestos en la empresa deberían pertenecer a la categoría ejecutiva.

Yadira los ignoró y bebió sola.

Apolo sabía que él estaba enfadado y caminaba rápidamente hacia Yadira, quería tomar algunas medidas.

Sin embargo, no fue tan rápido como Delfino.

Tan pronto como Delfino entró por la puerta, vio a Yadira.

Al verla sonreír y sentarse con otros hombres, jugando a los dados y bebiendo, se veía bastante feliz.

¡Caramba! Estaba tan ansioso que condujo rápidamente, pero ella, era tan feliz y se divertía con otros hombres.

Yadira le dio la espalda a la puerta, naturalmente no vio a Delfino, pero cuando se acercó, sintió vagamente un poco de frío en la espalda, y cuanto más se acercaba la respiración familiar, no podía evitar volver la cabeza hacia atrás.

Delfino acabó de acercar a ella, Yadira se sorprendió por un momento, - ¿Por qué estás aquí? -

Los dos hombres ya estaban medio borrachos, cuando vieron venir a otro, preguntaron en voz alta, - ¿Quién es? -

Yadira los miró y dijo con cara seria, -Mi primo, muy guapo, muchas chicas lo persiguen-

Delfino estaba furioso, mirando la botella vacía frente a ella, contando cuánto había bebido.

Después de hablar, agarró el brazo de “Fidelio”, -¡Ven y siéntate!-

-¡Yadira, volvemos a casa! - El rostro de Delfino estaba tan frío, obviamente estaba a punto de enfadarse.

-No quiero volver, no tengo casa- Yadira bajó la cabeza y se bebió el vino frente a ella, la sonrisa en su rostro desapareció en un instante, dejando nada más que melancolía.

Desde que era niña, sus padres no la querían, cuando era mayor, también soñaba con encontrar con una persona agradable para organizar una pequeña familia feliz, pero su madre la empujó a casarse con Delfino por reemplazar a Perla.

¿Qué casa tenía ella?

Ella no tenía.

Al escuchar las palabras, Delfino la miró fijamente durante unos segundos y movió los labios. Al final, no dijo ninguna palabra reconfortante. Solo se sentaba en silencio junto a ella, -Quieres beber, te acompaño. -

Su voz era tan profunda y magnética como de costumbre, pero Yadira sentía que soñaba mejor que de costumbre.

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