Xulio miró a Yadira y no dijo nada más. Llevó la pila de documentos y salió.
Yadira se sentó en su escritorio y sacó el bolígrafo de Delfino. Recibió muchos de estos bolígrafos cuando era joven. Sin embargo, nunca pensó que este bolígrafo fuera el comienzo de su relación con Delfino.
Y tampoco esperaba que ese chico fuera realmente Delfino. En aquel momento, aquel chico tenía un aspecto tan desaliñado que nadie pensaría que era hijo de una familia adinerada.
Justo cuando Yadira estaba perdida en sus pensamientos, su teléfono vibró. Era un mensaje de texto.
Yadira lo cogió y miró la pantalla. Vio un 8 rojo en el icono.
Significaba que había ocho mensajes sin leer. ¿Quién le había enviado tantos mensajes esta mañana?
Cuando Yadira estaba a punto de abrirlo, vio que el número aumentaba considerablemente.
Yadira frunció ligeramente el ceño. Debía ser algo urgente.
Yadira abrió el mensaje y descubrió que era Noela quien le enviaba esos mensajes.
—Yadira, ¿has visto las noticias?
—¿Estás ocupada?
—[Imagen] [Imagen] [Imagen]—.
—Echa un vistazo. Hay un montón de noticias sobre las sucias acciones de Delfino de repente.
—Estas noticias fueron con detalles vívidos. No creo que sean ciertas, ¿verdad?
—No creo que Delfino sea una persona así.
—¿Estás ahí?
—¿Estás en una reunión?
—Creo que alguien le estaba tendiendo una trampa a Delfino.
Yadira le respondió:
—Acabo de llegar a la empresa. Voy a echar un vistazo primero.
Desde que Yadira se hizo cargo del Grupo Dominguez, no dejaron de surgir todo tipo de especulaciones y dudas sobre ella.
Siempre había medios de la lista C que la utilizaban como reclamo en las noticias. Por lo tanto, normalmente lo ignoraba y bloqueaba las noticias.
No importaba cómo informaran sobre ella o la calumniaran, no afectaría a su vida.
Xulio seguía sin enterarse de la noticia de Delfino, así que se quedó en silencio durante dos segundos antes de decir:
—Sí.
Como subordinado, debe obedecer órdenes. Xulio no se enteró de la noticia hasta que terminó de pedir al departamento de relaciones públicas que celebrara la reunión de emergencia.
Sólo leía los titulares en Internet. Estaba ocupado y tenía muchas cosas que atender, así que no podía permitirse leerlos.
Tras dejar el teléfono sobre la mesa, se dirigió al despacho del presidente para comunicar a Yadira que los miembros del departamento de relaciones públicas estaban listos para la reunión.
Cuando llamó a la puerta y entró en el despacho, vio que Yadira estaba de pie ante la ventana del suelo al techo.
Era delgada, pero parecía decidida.
Antes de que pudiera hablar, Yadira se dio la vuelta y preguntó:
—¿Están todos los del departamento de relaciones públicas en la sala de reuniones?
—Sí, están todos ahí —Xulio asintió.
—Vamos —Yadira dijo mientras se dirigía a la puerta.
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