Matrimonio de primera romance Capítulo 863

Perla finalmente terminó así. En resumen, podría decirse que una persona malvada sería acosada por otra de su misma calaña.

Sin embargo, Yadira no podía estar de acuerdo con Mariano. Su educación y su valor la hacían incapaz de estar de acuerdo con Mariano.

—¿Quieres que te dé las gracias para que te sientas más tranquilo? — Yadira miró a Mariano y se mofó— ¿Sabe tu hermana que su vida se salva, a costa de la de otros?

El rostro de Mariano se nubló de ira:

—Yadira, no es bueno que me provoques ahora.

—Sólo te estoy diciendo la verdad. ¿Por qué estás enfadada? —Yadira levantó ligeramente la cabeza y miró la lluvia de fuera.

Mariano lanzó un largo suspiro de alivio y miró a Yadira con una media sonrisa:

—Eres muy inteligente, pero a veces es inútil serlo —cuando terminó de hablar, se dio la vuelta y se fue.

Yadira observó a Mariano marcharse, sumida en sus pensamientos.

—Presidenta Yadira. ¿Está usted bien? —cuando Mariano se fue, Xulio se acercó.

Yadira sacudió la cabeza y pensó en algo. Se acercó a Xulio y le susurró: —¿Ha contactado Delfino contigo?

Xulio sacudió la cabeza con asombro.

Yadira no había visto a Delfino en los últimos dos días. Antes de ver a Mariano, no sentía nada extraño. Sin embargo, cuando vio a Mariano, de repente empezó a preocuparse por Delfino.

Delfino siempre había sido confiado y reflexivo. Si no quería compartirlo, sería muy difícil que los demás supieran lo que estaba pensando. Yadira suspiró.

Al ver el ceño de Yadira, Xulio no pudo evitar fruncirlo también.

—Vamos a volver primero —Yadira dijo mientras salía.

Yadira no entendió:

—¿Se fue?

—Sí —Salia comenzó a sollozar, las lágrimas salían de sus ojos.

Sólo entonces Yadira comprendió que «se fue» significaba que estaba muerta.

Cuando Yadira fue ayer al funeral, Perla estaba bien. Aunque Perla parecía muy débil, todavía estaba viva.

—Estoy muy triste ahora, pero no sé con quién puedo hablar. Yadira, ¿puedes quedarte conmigo un rato? — Salia lloró amargamente al final de su frase.

Era difícil decir si Yadira estaba conmovida, pero cuando pensó que Salia estaba tan triste por culpa de Perla, su corazón se volvió a enfriar.

Perla había intentado matarla una y otra vez, así que no podía ser magnánima.

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