Matrimonio de primera romance Capítulo 902

Unos segundos después, la puerta se abrió desde el interior. Yadira vio una cara conocida, y su expresión cambió ligeramente.

—¿Mariano? ¿Cómo has entrado?

Generalmente, sólo los empleados podían entrar en el Grupo Domínguez. Sin embargo, Mariano entró en su despacho.

Estaba un poco más demacrado que la última vez que lo vio Yadira. Parecía agotado, con la hostilidad brillando en sus ojos, y no tenía la mirada amable que solía disimular.

Yadira sabía que esto era lo que realmente era. Mariano miró a Maximiliano y le preguntó fríamente:

—¿Tienes guardaespaldas?

Maximiliano conocía a Mariano. Antes de que Yadira pudiera hablar, Maximiliano se adelantó directamente y se acercó a Mariano. Yadira no se lo esperaba.

En ese momento, Xulio entró con papeles en las manos. Se sorprendió de lo que vio.

Yadira se recuperó del shock y le dijo a Xulio:

—Llama a la seguridad.

Aunque creía que Maximiliano podía tratar con Mariano, sería más seguro con guardias de seguridad alrededor.

Xulio salió a llamar a seguridad. Pronto, Maximiliano sometió a Mariano.

Muy pocas personas eran perfectas en el mundo. Aunque Mariano era inteligente y fuerte, no era rival para Maximiliano en la lucha, porque Maximiliano era un asesino profesional.

Maximiliano tiró a Mariano al suelo y le sujetó los brazos a la espalda, preguntando con voz grave:

—¿Qué haces aquí?

Yadira se acercó y se puso en cuclillas frente a Mariano:

—Mariano, ¿por qué tienes tanta prisa por verme?

—No te hagas el tonto conmigo. ¿Delfino le pidió a alguien que se llevara a Luciana? Dile que venga. Quiero hablar con él. ¿Cómo pudo llevarse a mi hermana? Es una paciente.

Mariano perdió realmente la cabeza, totalmente diferente del hombre tranquilo y racional que solía ser.

Detrás de él llegó el sonido de Xulio cerrando la puerta. Después, Xulio susurró a Yadira:

—Los guardias de seguridad están fuera. ¿Debo dejarlos entrar?

Yadira no contestó, sino que miró a Mariano con indiferencia:

—¿Paciente? ¿Y qué si es una paciente? Raquel es sólo una niña, pero aun así le hiciste daño.

Yadira no pudo evitar levantar la voz.

—¡Delfino me lo debe! —Mariano gritó con fuerza— ¡Mi padre llamó a la policía por amabilidad, pero esa gente salió corriendo y lo mató! ¿No es mi padre un buen tipo? Sin embargo, ¡murió al final!

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