Delfino la miró con pesadez:
—Siento decepcionarte.
Sujetó con fuerza la mano de Yadira y su mirada no se apartó de ella ni un momento.
En ese momento, el médico empujó la puerta y entró. Tras el médico también entró Xulio.
Cuando Xulio estaba fuera hace un momento, oyó algo dentro y fue inmediatamente a llamar al médico.
«Delfino ha estado cuidando de Yadira en torno a su cama durante mucho tiempo, y definitivamente se olvida de llamar a un médico cuando ella se desperta.»
Entonces Xulio tomó la iniciativa de llamar a un médico.
—Por fin te has despertado.
Cuando el médico vio que Yadira se había despertado, hubo un rastro de alegría en sus ojos.
Yadira se volvió para mirar al médico. El médico dijo:
—Vamos a hacer un chequeo.
Yadira asintió.
***
El médico examinó sistemáticamente a Yadira y Delfino la acompañó todo el camino.
Después del examen, Yadira se sintió mejor y recordó lo que había sucedido antes.
Ese sueño fue muy largo, y se sintió tan real.
Así que, cuando Yadira se despertó hace un momento, no estaba segura de si seguía en un sueño o no.
—Estás bien, pero tienes que quedarte en la cama durante un tiempo.
Cuando el médico terminó de hablar, no se entretuvo más y se dio la vuelta para marcharse.
Xulio salió con el médico y cerró la puerta.
Cuando ocurrió el accidente, Yadira estaba en el coche de Jacobo e intentaba hacerse con el volante. Al final, el coche se estrelló ferozmente contra el cinturón verde del borde de la carretera.
En ese momento, Yadira perdió rápidamente el conocimiento. Yadira tenía muchas preguntas en su corazón. Miró a Delfino y le preguntó:
—¿Por qué estás aquí?
Delfino levantó las cejas:
—Si no, ¿dónde debería estar?
—¿Dónde está Raquel? ¿Por qué no la he visto?
—Está en casa. Descansa un rato. Cuando te despiertes, podrás verla.
—Vale.
Yadira no pudo aguantar más y se quedó rápidamente dormida.
Delfino dejó escapar un largo suspiro de alivio mientras la veía dormirse. Se sentó junto a la cama y se quedó mirando a Yadira durante mucho tiempo, como si no pudiera ver más.
Al cabo de un rato, Xulio empujó la puerta y entró.
—Sr. Delfino.
Delfino alargó el dedo índice y lo apretó contra sus labios, indicándole que no hiciera ningún ruido.
Cuando Xulio comprobó que Yadira se había dormido, suavizó sus pasos.
Delfino se levantó, se tambaleó un poco y casi se cayó. Xulio se apresuró a acercarse y a extender la mano para ayudar a Delfino.
Sin embargo, Delfino le hizo un gesto con la mano, indicando que no necesitaba ayuda.
—Es hora de que cambie su medicación —Xulio susurró.
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