Matrimonio de primera romance Capítulo 954

La sorpresa apareció en el rostro de Miguel antes de volver a reír.

-Me gustas -dijo, -por ser inteligente.

-Lo siento entonces. No me gustas. -dijo Yadira sin la menor duda.

-No lo digas con tanta prisa". Miguel se puso de cuclillas frente a ella y le dijo,-¿Estás segura de que quieres vivir con Delfino para siempre? No sabes que yo también he estudiado psicología. Delfino tiene un estado mental muy poco saludable.

-Deberías irte. -Yadira conocía la situación de Delfino más que nadie. No necesitaba que Miguel se lo contara.

Miguel puso una expresión seria,-Yadira, lo que digo va en serio. Aunque lo aguantes, tienes que pensar por Raquel.

Yadira le respondió con el sonido que hacía la silla de ruedas en movimiento. Se dio la vuelta para volver a la casa.

-¡Yadira Jimenez! -Miguel intentó seguirla y decir algo más.

A Yadira se le acabó la paciencia, así que lo detuvo antes de que continuara,-Sé lo que quieres decir, y sabes mi respuesta. Deja de perder el tiempo. Otra vez, deberías irte ya.

-¡Pero tengo que decirlo! Yadira, ¿realmente vas a ignorarme así? Creo que deberías pensar un poco en nuestra relación. Aunque Delfino es más inteligente que yo, no soy tan malo.

A Miguel le gustaba Yadira de verdad. Yadira había tenido una infancia pésima, pero seguía siendo tan sincera como una niña inocente después de haber pasado por tantas dificultades. Pocas personas podían hacer eso.

Miguel había conocido a innumerables bellezas antes, pero ninguna de ellas era tan encantadora como Yadira, por lo que le resultaba imposible resistirse a amarla.

Yadira no era de una familia rica o universidad famosa ni era celebridad o mujer única

A primera vista, parecía no tener nada de lo que enorgullecerse, excepto su belleza. Sin embargo, después de conocerla más a fondo, se dio cuenta de que esta mujer era diferente a todas las demás. Era encantadora en todos los aspectos.

Delfino se apoyó en el sofá con una mirada gélida. Xulio se sentó en otro sofá y trabajó con el móvil como si no hubiera notado la expresión de Delfino. Raquel agitó las piernas con aburrimiento.

Al oír el ruido de las sillas de ruedas, todos los presentes en la sala miraron hacia la puerta.

-¡Mamá! - La persona más feliz de verla fue Raquel.

Al principio, charlaba alegremente con Delfino, pero, por alguna razón, él volvió a enfadarse de repente y permaneció en silencio hasta ahora.

Quería salir pero no se atrevía, así que tuvo que sentarse en su sitio junto a su padre.

Afortunadamente, Yadira volvió. Raquel corrió hacia Yadira y se detuvo frente a ella.

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