Mariano rio en voz baja y luego estalló en carcajadas. La risa espeluznante y escalofriante de Mariano resonó en la habitación.
Los guardaespaldas detrás de Delfino se miraron entre sí, examinando atentamente a Mariano y observando la reacción de Delfino. Delfino se paró frente a ellos sin expresión, sin siquiera parpadear.
Delfino ahora era paciente con Mariano, contra quien tuvo una larga pelea. Delfino podía dejarlo todo de lado. Tuvo suficiente tiempo para luchar contra Mariano.
Finalmente, Mariano pareció terminar de reírse y dijo tranquilamente —¿Decir?.
Mariano miró a Delfino —¿Quieres que te diga por qué Yadira es así?
Mariano se encogió de hombros y se hizo el inocente —No lo sé. Solo soy un psiquiatra. Me especializo en problemas mentales, no en los físicas.
Mariano estaba chillando de risa. Con eso, Mariano se rió a carcajadas.
Mariano estaba chiflado y los demás estaban asombrados.
Normando abrió la puerta pero no se fue. En cambio, se paró no muy lejos.
Al ver a Mariano así, Normando dio un paso adelante y le dijo a Delfino —Señor Delfino, Mariano armó un escándalo cuando vino por primera vez, pero después de eso, siempre ha estado muy callado. Supongo que... está loco.
Normando señaló su cerebro. Delfino rio, pero no cambió la expresión.
Mariano, no te hagas el tonto. Ya que puedo sacarte de la cárcel, también puedo hacer que digas lo que sabes.
Con eso, Delfino se dio la vuelta y se fue.
Mariano todavía era terco y rebelde. Era imposible para él contarlo a Delfino. Solo quería hacer turcos y disfrutó el sentimiento de controlar a Delfino.
Había un dicho que decía que quien te conocía más era tu enemigo.
Delfino y Mariano pelearon entre sí durante tantos años, y sabían mucho más el uno del otro de lo que sabían los demás.
Delfino podía esperar, pero el tiempo era limitado.
Mariano no cedería fácilmente, mientras que Delfino no fomentaría su arrogancia.
«Espera y verás.»
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Matrimonio de primera
Quiero seguir leyendo...