Matrimonio de primera romance Capítulo 992

Delfino tomó su mano de nuevo. Yadira también quería retirar su mano, pero falló cuando Delfino la apretó más.

Delfino frunció el ceño ligeramente y susurró:

—No seas caprichosa.

Aunque frunció el ceño, no estaba enojado. Dado que Yadira no era rival para Delfino en fuerza, no tuvo más remedio que mirar al otro lado y no hacerle caso.

Delfino se inclinó la cabeza y la miró fijamente:

—Vete de vacaciones y relájate como digo. Iré a verte cuando no esté ocupado.

—No —dijo Yadira con capricho. Recientemente, apenas podía controlarse a sí misma y siempre perdía los estribos.

Delfino dijo pacientemente:

—Fidelio rara vez regresa. ¿Quieres que se quede en casa todos los días?

Yadira frunció la boca y miró a Delfino:

—No sé que eres un hermano tan considerado. ¿Tienes alguna otra buena razón para persuadirme?

Delfino permaneció en silencio por un momento antes de decir:

—Puedo enviarte directamente.

—¿Cómo te atreves?

—Yadira lo miró con ira.

Cuando ella lo miraba fijamente, se veía más animada. Delfino sonrió y extendió la mano para pellizcar la cara. Sin embargo, su rostro era delgado.

Yadira estaba en los huesos ahora. Si Delfino no podía encontrar una salida lo más pronto posible, probablemente Yadira no podría mantenerse.

Delfino cambió su expresión mientras retiraba su mano. Luego, dijo suavemente:

—¿Qué tal si vamos a Finca de Napolés? No está muy lejos.

Delfino le pidió su opinión en voz baja. Aunque Yadira no estaba feliz, al final no perdió los estribos.

Yadira se burló de esto:

—¿La Finca de Napolés? Prefiero quedarme en casa.

Por el contrario, el ambiente circundante aquí también era bueno.

Después de no poder persuadir a Yadira, Delfino se volvió mirando a Fidelio y Raquel Dominguez que estaban al otro lado. En el sofá, miraban los materiales y hablaban sobre el destino sin parar.

Yadira lanzó una mirada a Delfino. Delfino permaneció en silencio por un momento y le dijo a Raquel:

—En el futuro, podemos viajar a todos estos lugares.

Raquel lo miró y le preguntó:

—¿Cuándo estás ocioso?

Delfino dijo con frialdad:

—No lo sé.

Raquel frunció los labios y dejó de mirar las fotos. Se puso de pie y corrió hacia Yadira:

—Mamá, ¿tienes alguna idea? ¿A dónde quieres ir?

De hecho, Raquel no tenía intención de elegir un destino. Ella lo hizo solo por diversión. Adónde quería ir su madre era lo que realmente importaba.

Yadira sonrió y dijo en voz baja:

—Vamos a elegir juntos.

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