Mi amor, amor sin fin romance Capítulo 4

Cinco años más tarde en el Aeropuerto Internacional de Ciudad de las Flores.

dimena Cabrera se abrió paso entre la multitud mientras trataba de avanzar. En este momento, una hermosa mujer y dos niños salieron del pasillo.-

La mujer llevaba un suéter blanco, un par de jeans rasgados y un par de chanclas de aspecto feo. Sin embargo, su belleza brilló a través de su atuendo simple. Sus rasgos delicados solo acentuados por el contorno de su figura.

Tenía un hijo en cada mano. Miró a su alrededor como si estuviera buscando a alguien. Sus hijos también eran hermosos con la nariz recta y los ojos brillando como estrellas en la noche. Son como un par de ángeles descendientes del cielo. Llamaron la atención de todos.

-¡Guau! ¡Mira a esa madre y a sus dos hijos! ¡Se ven tan impresionantes!

-Tienen tan buenos genes... Quiero tener bebés como ellos también...

-¡Por aquí, Regina! — Jimena saludó y luego se dirigió hacia ellos.

Regina sonrió cuando vio a Jimena.

—¡Hola, tía Jimena!

Los dos niños gritaron juntos. Eran tan lindos que Jimena no pudo evitar soltar una gran sonrisa.

-Oh, mis ángeles... ¡Los extrañé tanto a los dos!

En realidad eran gemelos fraternos donde se veían similares y estaban vestidos con ropa de niño. El niño, Sebastián Nieves, era tranquilo, frío y un genio con la computadora, mientras que su hermana menor, Sofía Nieves, era inteligente, activa y tenía un gran apetito.

Regina entregó a los dos niños a Jimena y dijo:

-Jimena, vigila a estos dos. Voy a ir a recoger mi

equipaje.

Jimena se sintió atraída con estos dos adorables niños. Ella le dijo a Regina;

-Hay una niña allí y ella parece asustada. Fernanda, deberías ir a cargarla. En definitiva, mañana estarías en las tendencias más buscadas si lo haces -susurró Susana Galindo, la experimentada representante que caminaba junto a Fernanda.

—Sabes lo mucho que odio a los niños. —Fernanda tenía una mirada de reticencia en su rostro.

Susana continuó persuadiéndola:

—El rodaje de El Sonido del Trueno 2 comenzará pronto y necesitamos algo de publicidad.

Con eso Fernanda caminó hacia Sofía. Se sintió disgustada, pero mantuvo una sonrisa suave en su rostro:

-No tengas miedo, querida niña. Déjame llevarte.

En el instante en que Fernanda recogió a la niña, su corazón se saltó un latido. No podía quitarse la sensación de que había visto a esta niña en algún lugar...

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