Mi Chica Melifluo romance Capítulo 142

Dulce había escuchado a su padre decir esto antes, pero aunque tratara este matrimonio como tal, ¿qué pasaba con la actitud de Alberto?

«¿Cuántos días puede durar un matrimonio sin amor? ¿Cuántas horas? Por no mencionar el hecho de que este matrimonio está mezclado con demasiados rencores y rencillas...»

Cuando Alberto estaba enojado, Dulce era impotente, él era quien tocaba la cometa, tirando de una cuerda delgada en su mano, atada a su cintura, lejos y cerca, alto y bajo, todo dependiendo de su estado de ánimo, incluso si ella era reacia, solo podía soportar.

En el espejo, sus cejas estaban frías, e incluso si sus pupilas estaban manchadas de lujuria, no veía lo emocionado que estaba.

Ella, en cambio, parecía aterrada como un gato al que le hubieran pisado la cola, con sus mejillas escarlatas pellizcadas por sus dedos y levantadas suavemente hacia arriba, obligándola a mirar al espejo.

—Otra vez esa expresión, Dulce, no te he pegado, no te he regañado, te he dado buena comida y ropa, ¿con qué no estás satisfecho? No pones tal expresión a partir de ahora, si quieres que la gente te tenga lástima, necesitas capital. ¡Y yo te digo que no tienes capital!

Las largas pestañas de Dulce no dejaban de temblar, haciendo todo lo posible por mantenerse calmada y serena...Después de perder los estribos, todo se acabó...

Le quitó la ropa de su cuerpo, pieza por pieza, recogió su cuerpo blanco, lo llevó a la gran habitación y lo arrojó sobre la gran cama cubierta con sábanas negras con dibujos oscuros.

Su cuerpo era como una ligera pluma blanca, que se desplegaba y se encogía rápidamente.

Alberto se acercó y abrió las cortinas con una mano, el atardecer se filtró por los grandes ventanales, la luz escarlata cayó sobre el cuerpo de Dulce, tiñendo su delicada piel con una brillante magnificencia.

—Dulce, verás, este es el mejor lugar para que te quedes, y no es una buena chica tomar el dinero y no hacer nada.

Se inclinó y sus dedos callosos le tocaron los labios, la aspereza hizo que ella girara la cara hacia un lado.

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