Mi Chica Melifluo romance Capítulo 37

—Come —Alberto llevó su plato al pequeño comedor.

Dulce corrió al pequeño comedor después de concertar una cita con la otra parte. El pastel de huevo amarillo frito tenía un aspecto mucho mejor que su arroz frito con huevo.

Dulce lo miró y susurró:

—¿Puedo discutir una cosa contigo?

—Dilo.

Cogió su vaso de leche, dio un sorbo y, lentamente, cogió los palillos para comer su desayuno.

Dulce miró su aspecto descuidado y frunció el ceño, descartando la idea de pedirle dinero prestado. De hecho, quería volver a comprar ropa. Nunca conseguiría un trabajo para el resto de su vida llevando la ropa de Ports así. Y no le convenía llevar vestidos cuando acompañaba a la gente a recorrer el paisaje.

—Dilo.

Levantó los ojos, con una mirada aguda.

Dulce se sentó, pinchó la tortita con los palillos y dijo rápidamente:

—Vamos a dormir en habitaciones separadas.

—Entonces es mejor que te vayas.

Resopló y alargó la mano para rozar la comisura de los labios, con un poco de leche en las yemas de los dedos. Lo miró y le volvió a limpiar la leche en los labios, con la punta de los dedos todavía acariciando sus labios un par de veces en un gesto encantador.

La cara de Dulce se enrojece rápidamente y se apresura a apartar sus dedos y a coger un pañuelo de papel para limpiarse la boca.

Alberto la miró con una sonrisa de satisfacción y le susurró:

—Aprende a cocinar bien en casa. Esta noche volveré a cenar.

—A ver… voy a salir más tarde.

Dulce dijo con prisa. Tenía que acompañar a alguien en una excursión y no sabía cuándo volvería.

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