Mi Chica Melifluo romance Capítulo 65

Después de esa noche, la actitud de Alberto hacia ella se relajó de repente y no vino durante la semana siguiente, llamando de vez en cuando durante el día, diciendo unas pocas palabras irrelevantes antes de colgar.

Dulce también cooperó yendo a sacar dinero para comprar ropa interior de alta gama y siguió conduciendo el coche que le dio para ir y venir del trabajo.

«Quiere un monigote tan obediente, así que voy a seguirle la corriente y a llevarnos todos bien.»

Pero su trabajo no va bien. El pedido de Daniel es mucho más duro de lo esperado. Él está contento, pero cuando se trata de publicidad, se pone ocupado. Dulce fue a verle cuatro veces más, cada vez se excusó por diversas razones.

El negocio no avanzaba y, al cabo de una semana, no obtuvo nada Dulce.

En la reunión de clausura, el director Juan le informó de su actuación y naturalmente, quedó al final de la lista. Cada vez que tomaba la iniciativa de invitar a alguien a comer, éste se negaba. Incluso cuando se reunían en el pequeño restaurante de enfrente, comían rápidamente, dejándola sentada sola.

Sin saber cuál era el problema, Dulce incluso aparcó su coche a una manzana de distancia y se acercó. Además, sólo llevaba la ropa profesional que le dio la empresa para trabajar, no se atrevía a maquillarse, no se atrevía a hablar en la oficina, e incluso se ofreció a hacer café a señor González todos los días...

¿Qué más pasó?

Era domingo, debería estar libre. Pero cuando suena la alarma, se apresura a trabajar.

¿Adónde iría ahora? Al salir de la oficina vacía, estaba un poco confundida. El teléfono de Alicia estaba apagado en ese momento, así que debería estar subiendo a un avión. Ella había estado ocupada el otro día, y los dos no habían podido verse cuando Alicia estaba en casa.

A lo largo de la calle, caminó lentamente durante un rato y entró en el pequeño parque cercano.

Había varias parejas de ancianos paseando para hacer ejercicio, y padres jóvenes jugando con sus hijos. Se sentó en un banco y se miró un rato, sacando un espejo para ver si todavía tenía mala suerte en la cara...

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