Mi dulce corazón romance Capítulo 129

—Abuela, ¿qué debemos hacer ahora?

—De momento no hacemos nada. Por la cosa de Nacho, tengo que averiguar cómo podemos calmarle, y hablaremos otras cosas más tarde.

—Sí.

La familia Vega salió del hospital.

Por otro lado, Cordelia subió al coche, sacó el teléfono que había estado vibrando durante mucho tiempo y contestó:

—¿Todavía estás en el hospital? ¿Cómo va todo?

Tan pronto como se conectó el teléfono, el hombre preguntó al grano:

Cordelia se sorprendió, pensando por qué él había sabido su paradero.

—Acabo de salir del hospital. Mmm ... Creo que ya he solucionado todo. Supongo que la familia Vega debe estar muy enojada en este momento.

Sintiendo la alegría en su tono, el hombre también estaba contento, ya no se preocupó de nada, se sintió aliviado.

—Me ocuparé de Nacho, y a la familia Vega, ¿tienes algún plan?

Cordelia se sorprendió y le quería decir que no necesitara su ayuda, pensó en los poderes detrás de Nacho, aunque ella lo acusó de intento de violación, con el apoyo de la familia Vega, era posible que no podría ser capaz de derribarlo.

En aquel momento en que ella dijo todo a propósito era solo para molestarles, pero si ahora se lo pensaba bien, fue un poco difícil para conseguir su meta.

Entonces, ella no rechazó la propuesta del hombre. Después de pensarlo, dijo:

—Quiero romper la relación con la familia Vega.

Esta decisión debería haberse tomado hacía cinco años.

Era una lástima que, en aquel momento, aunque a ella no importaba lo dolorosa y triste que estuviera, siempre tenía una pequeña ilusión sobre esta familia.

Al fin y al cabo, cuando era una niña, a ella le habían amado y mimado, y la habían tenido en sus brazos, esos buenos afectos familiares que guardaban en su mente no se podían borrar en un instante.

Pero esta vez, ella perdió la esperanza absolutamente y tomó la decisión firmemente, y estaba muy segura de que quería cortar la relación con la familia.

En la vida, no todo ocurría como lo que uno deseaba. Para ella había cosas que nunca podía conseguir.

Las cosas cambiaron por el tiempo. Desde el momento en que Briana y su madre vinieron a la familia Vega, su abuela ya no era su abuela y su padre ya no era su padre.

Llegando a este punto, ella tenía que tomar la última decisión, y puso un fin para todo eso.

Aurelio nunca había imaginado que ella fuera una persona tan decidida, y pensaba que las mujeres siempre eran cariñosas y sentimentales, a lo mejor tomar esa decisión era porque de verdad que la había forzado demasiado y ahora estaba demasiado triste.

Tenía la mirada sombría y dijo:

—Vale. Está bien, yo me ocuparé de esto.

—No se falta, déjamelo a mí, quiero hacer esto yo misma.

El hombre se quedó en silencio.

Cordelia explicó:

—No solo quiero romper los lazos con ellos, también quiero recuperar todas las cosas que me pertenecen, y a las personas que me estigmatizan, también les voy a vengar. Aurelio, no quiero que me ayudes con eso. Si no soy capaz de solucionarlo por mi cuenta, no merezco estar a tu lado.

El hombre le escuchaba y dijo con voz alegre:

—No tienes que hacer nada más, ya estás suficiente buena para estar a mi lado.

—Pero si no hago nada, siento que soy inútil. Aurelio, por favor confía en mí.

Hubo un breve silencio y el tiempo pasó lentamente como un reloj de arena.

No se sabía cuánto tiempo había pasado, dijo él primero:

—Vale, te acuerdo.

Una simple palabra dejó Cordelia relajada.

Ella estaba preocupada de que él no pudiera estar de acuerdo, después de todo, ella sabía que este hombre siempre quería controlar todo y sabía que, aunque ahora era fácil para decirlo, posiblemente no era tan fácil cuando se puso todo en marcha.

Pero ella estaba muy feliz, después de todo, él respetó su decisión.

Pensando en esto, Cordelia no pudo evitar ponerse una sonrisa.

—Pero tienes que prometerme una cosa.

—¿Qué?

—Solo te doy un mes, un mes después, vuelve a Ciudad Principal conmigo y sé mi esposa verdadera.

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