Mi dulce corazón romance Capítulo 161

Cualquier actriz de este círculo comprendía lo cruel que eran estas palabras.

Ella y Grupo Delia firmaron un contrato de diez años, quitando los tres años de antes, todavía quedaban siete años.

Durante esos siete años restante, el grupo la archivaría, lo que significaría que no podría participar en ningún evento, no podría filmar ni actuar. Aunque pudiera esperar siete años hasta que se caducara el contrato, ¿qué sería de ella después de tantos años?

Para entonces, ¿quién la recordaría?

¡Acabaría convirtiéndose en una mujer mayor! ¡De qué la serviría que se caducara el contrato!

Al pensar en eso, María incluso se quería morir.

¡Necesitaba llamar rápidamente para averiguar qué estaba pasando!

La llamada se conectó rápidamente y el otro lado parecía un poco ruidoso. Apretó su teléfono con fuerza y dijo con ansiedad:

—Oye, Agustín, ¿estás ahí?

La persona susurró:

—Espera un minuto.

Hubo unos ruidos, y después de un rato, se calmó.

—¡Dime!

El temperamento de Agustín era relativamente frío, normalmente era gentil, era todo lo contrario a la personalidad explosiva de María.

No se solía enojar a menudo, pero una vez estaba enojado, todos le temían.

Además, había estado en el círculo durante tantos años y tenía su estrategia, y había hecho populares a numerosas actrices.

Tuvo artistas que dejaron de colaborar con él por caducidad de contrato, pero tuvieron una despedida pacífica, e incluso pudieron ser amigos a partir de eso.

En el futuro, si tenía nuevos actores, la otra parte ayudaría en lo que podía.

A partir de eso se podía ver que Agustín no solo era una persona muy inteligente, también tenía un alto coeficiente en inteligencia emocional. María no solía hacer caso a nadie, solo a él.

Si no fuera él, independientemente de los esfuerzos que hiciera, no llegaría al sitio que estaba ahora.

Por eso, María lo admiraba y respetaba mucho.

El otro lado parecía estar en silencio, y ella preguntó tentativamente:

—Agustín, acabo de ver el comunicado de la empresa en Internet, ¿qué pasa? ¿Por qué la empresa quiere archivarme sin ninguna razón?

La voz de Agustín era fría, sin mucha emoción.

—¿Crees que fue por ninguna razón?

El corazón de María se aceleró.

Pero ella hizo la última lucha, y sonrió.

—Agustín, ya me conoces, aunque mi personalidad es un poco impulsiva, no me atrevería a hacer cosas malas. Realmente no se me ocurre qué hice mal para que la empresa tome esa decisión.

Agustín se rio levemente.

Esa risa era fría, como una burla, como si ya supiera todo.

El rostro de María se puso pálido.

—María, te lo he advertido antes. En este círculo, recibes lo que te mereces, y no codicies cosas que no te pertenecen.

—¿Pero lo escuchaste? No lo hiciste. No solo no me hiciste caso, sino que cometiste una cosa estúpida y desagradable, no lastimaste a los demás, sino que cavaste tu propia tumba. Ahora me vienes a llorar y reclamar, ¿de qué sirve?

Cuando María escuchó esto, se puso ansiosa.

—Agustín, yo no...

—¿No qué? ¿No mandaste a nadie que escondiera droga en el bolso de Nieves, o no le dijiste a los reporteros que filmaran su escándalo?

María agrandó los ojos.

En el lado opuesto, la risa de Agustín se volvió cada vez más fría, y parecía haber perdido su última pizca de calidez.

—Me llamaste para pedirme ayuda, pero ni siquiera te atreviste a admitir tus errores, y querías ocultármelo. ¿Qué pasa? ¿Quieres que sea igual de estúpido que tú para ayudarte sin haberme enterado de las cosas?

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