Mi dulce corazón romance Capítulo 44

Cordelia tecleó rápidamente.

—Mira la actriz de reparto. Creo que este papel es muy adecuado para ti. Aunque no tiene tantas escenas como la actriz secundaria y la actriz principal, tiene una personalidad brillante y es un personaje muy llamativo. Si llegas a interpretarla bien, el efecto no será peor que la actriz principal y la actriz secundaria.

Entonces Nieves observó atentamente las escenas de la actriz de reparto.

Tardó unos diez minutos en responder al mensaje.

—Cordelia, ya lo he visto. Sí, me gusta este papel, pero ¿me cogerán a mí siendo una producción tan grande?

Cordelia sonrió.

—Tú solo concéntrate en estudiar el guion, el resto déjamelo a mí.

—Está bien, gracias, Cordelia.

Después de comunicarse con Nieves, dejó el teléfono y se sentó en el sofá a meditar un rato.

Pasado un rato, abrió el ordenador y buscó el nombre de Lucas.

No estaba muy familiarizada con Lucas y su conocimiento de él se limitaba a sus trabajos como director.

Aunque sonaba poco fiable recoger información de una persona en Internet, no le quedaba otra forma ahora.

Afortunadamente, Lucas era bien conocido y se pudo encontrar mucha información sobre él. Descartando los no fiables, tal vez se le podría conocer un 70% o un 80%.

Cordelia estaba leyendo cuando sonó el teléfono.

Enseguida lo cogió y era una llamada de Chantal.

—Cordelia, ¿estás libre mañana por la noche? ¿Quieres acompañarme a un sitio?

Cordelia se echó a reír.

—¿No vas a filmar? ¿A dónde quieres ir?

Chantal se quedó sorprendida, y después de unos segundos, dijo con la conciencia culpable.

—He pedido permiso. Hay una competición de automovilismo en los suburbios del este y quiero verlo.

Cordelia hizo una pausa con el dedo en el panel táctil.

—¿Automovilismo?

—Sí.

Su mirada se detuvo por un momento en la columna de los pasatiempos de Lucas que aparecía en el ordenador, y enseguida, las comisuras de sus labios se curvaron lentamente.

—¡Está bien!

***

Al día siguiente.

Cordelia terminó su trabajo y salió temprano.

Chantal había llegado antes y la estaba esperando en el coche.

Cordelia fue al aparcamiento del sótano a tomar su auto. Después de salir, vio a Chantal saliendo del auto negro sospechosamente y se metió en su auto a toda prisa.

Después de subir al auto, miró a su alrededor con cuidado para asegurarse de que nadie le había prestado atención, y luego saludó al asistente que estaba fuera.

Cordelia no pudo evitar reírse.

—Tía, ¿para qué vienes a ver automovilismo si tanto miedo lo tienes a que te reconozcan? ¿No sería mejor que te quedaras en el equipo a filmar?

Chantal sacó un pequeño espejo de su bolso, y mientras revisaba el maquillaje en su rostro, dijo disgustada:

—¿Quién dijo que tengo miedo? Esto es porque no quiero que me fotografíen los paparazzi y que luego me digan que no soy dedicada al trabajo. Ya que tu hermana la hipócrita a menudo sale en los hashtags más buscados; que si por filmar se metió en el agua frío aun sabiendo que se iba a resfriar; o que si se desmayó por trabajar demasiado duro, ¡Puaj!

Chantal hizo una expresión de repugnancia.

—Ha trabajado tan duro para crearse una figura pública de dedicada, que como su oponente, ¿no puedo cuidar un poco de mi imagen?

Cordelia rio de nuevo.

Pero Briana siempre había sido así. No importaba lo que era en realidad, pero para el público siempre era gentil, hermosa y dedicada.

Hacía mucho que estaba acostumbrada.

El coche se dirigió hacia los suburbios.

Cuando se estaban acercando a la pista de carreras, Chantal le tiró de la manga de repente.

—Cordelia, mírame. ¿El maquillaje en mi cara está bien? ¿El vestido que llevo hoy es hermoso?

Cordelia la miró asombrada.

—¿A ti… te falta un tornillo hoy o qué?

Chantal no supo qué responderla.

Unos segundos más tarde, Cordelia finalmente se dio cuenta de que Chantal estaba rara.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi dulce corazón