Capítulo351
Tras Jimena, se encuentra en la puerta principal del salón de banquetes.
Así que, desde su punto de vista, ¡Alejandro la está observando!
-Hermano…
Jimena, emocionada, se acerca al hombre con las mejillas sonrojadas y el corazón lleno de alegría.
De repente, percibe un aroma de rosas extremadamente impactante, brillante y audaz, peligroso y
seductor.
Ta-ta-ta…
Los pasos agudos y decididos de unos tacones altos pasan junto a ella, su pecho se aprieta y siente
que esta aura poderosa la hace contener la respiración.
La gente está sorprendida, y Alejandro se queda atónito. Sus pupilas oscuras se clavan en el rostro
exquisitamente frío y elegante de Clara.
De apariencia pintoresca, con una mirada fría y labios rojos hacen vibrar el corazón de Alejandro.
Clara viste un traje negro de alta costura que parece discreto en su totalidad.
Pero su rostro que mezcla belleza con peligro la condena a destacar entre un grupo de personas
comunes, le es imposible pasar desapercibida.
La gente murmura y discute; la aparición de Clara tiene un impacto no menor que un trueno en un
día tranquilo.
Ema y Leona, al ver a esta visitante inesperada, sienten un escalofrío recorriendo sus espaldas.
De repente, alguien no puede contenerse y murmura,
-¡Sé quién es ella! Hace un tiempo, varias revistas y sitios web importantes la entrevistaron. ¡Es la
hija del presidente del KS, Julio! ¡Y ahora es la directora general del hotel KS!
-¡Sí, sí, me acuerdo! ¡Creo que se llama Clara!
-¿Ella está involucrada con el señor Hernández? ¡Esta mujer tan hermosa, pero a la vez tan
problemática!
-Esta mujer tiene una actitud tan decisiva y fuerte. Y yo sé el advino, puedo decir tiene una posición de una reina, y seguramente va a ser destacada y súper rica.
-No sé nada de advino, pero siento que Clara y el señor Hernández se ven muy compatibles estando juntos. En lugar de enemigos, ¡podrían ser hasta familiares!
señora”.
-Señorita Pérez, por supuesto que no me molesta su visita, de hecho, estoy muy contento de que haya venido, -responde Alejandro, con emociones complejas fluyendo en su mente. -Si hubiera
sabido que venía, le habría enviado una invitación también.
Clara sonríe con tranquilidad. -No es necesario, señor Hernández. Usted debería saber que, cuando
aparezco en momentos como este, no es para asistir a una cena.
El rostro apuesto y serio rostro del hombre se oscureció de repente.
César, que estaba detrás de ellos, comenzó a sudar, saco su móvil y envio mensajes a los guardias
de seguridad.
¿Qué está pasando?)
(Lo siento, señor César. ¡No tenemos idea de dónde salió esta señorita Pérez…!]
¿Qué están diciendo? ¿Acaso emergió del suelo?)
[Es nuestra culpa. La vamos a sacar de inmediato】
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