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Joaquín vociferaba airado hacia Clara, como si tuviera una profunda enemistad con ella. Aarón escuchó esas palabras y su rostro enrojeció de rabia, mientras que la señorita Clara apenas le prestó atención, dejando que sus labios se curvaran en una sonrisa encantadora.
-¿Qué dijiste? – Joaquin se sintió repentinamente ansioso.
-Lo que dije es que Rosalía es realmente interesante-respondió Clara con avidez, tomó otro trozo
de chocolate y disfrutó del dulce. Aarón no pudo evitar reírse ante su gula.
-Conoces a Rosalia solo desde hace dos meses, y ya estas deslumbrado por ella, incluso estás
dispuesto a sacrificar tu futuro, desafiando audazmente a las autoridades corporativas. El encanto
de Rosalia es realmente tan notable para ti.
-¡Clara, no tienes derecho a burlarte de Rosalía! ¡Eres una mujer maliciosa que abusa de su poder!
Si no fuera por ti, Rosalía habría vivido bien. Fuiste tú quien arruinó su vida por completo.
Joaquin gritó con furia, perdiendo gradualmente el control de sus emociones, ¡Malditos
corporativos! ¡La podredumbre de la sociedad!
Aarón no entendía por qué la señorita Clara no lo arrestaba de inmediato y prefería discutir con
este loco aquí.
-No me importa que me insultes. Mi padre ha vivido bajo esta crítica constante, y él ha
sobrevivido. Además, ha sobrevivido a varios intentos de asesinato solo porque tenía dinero y poder
-los ojos fríos de Clara brillaban como hielo, -Pero si dañas el negocio de nuestra familia Pérez,
no te sorprendas si no soy cortés contigo. Después de todo, así es como soy. Aquellos que se
interponen en mi camino y arruinan mis asuntos nunca terminan bien.
Joaquín tembló violentamente, volviendo a sentir el miedo que había intentado reprimir. La
sensación de opresión que emanaba de la señorita Clara era demasiado poderosa.
-Sé que quieres saber la verdad en esta situación. Entonces permiteme decirtelo. Desde el
principio hasta el final, Rosalía nunca te amó. La razón por la que estuvo contigo fue simplemente
porque eras parte de KS, quería aprovecharte.
-¡Estás mintiendo! ¡No vas a poder separarnos! – Clara lo había herido profundamente,
provocando un rugido que sonó más como un animal salvaje. -Mis errores son míos, y estoy
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