Capítulo426
El cumpleaños de Luz se acercaba y en estos días, la señorita pasaba sus días trabajando. Por las
noches se encerraba en su habitación para crear personalmente el regalo de cumpleaños para Luz.
Lo que había preparado era un anillo, hecho de oro, una gema de aguamarina natural y diamantes.
La técnica no era complicada para ella, una diseñadora de joyas de primer nivel. Sin embargo, el
valor de esta aguamarina era excepcionalmente alto debido a su calidad y pureza inigualables. Era
una gema de colección tan rara y valiosa como cualquier piedra preciosa de renombre.
Cuando se trataba de regalos para sus seres queridos, no escatimaba esfuerzos ni detalles; siempre
ponía su corazón en ello. Lo mismo había hecho en el pasado con los regalos que le daba a
Alejandro. Sin embargo, ese hombre nunca había valorado su intención.
En ese momento, su móvil en la mesa mostró una videollamada entrante de Silva, la responsable
de su taller de joyería.
-En este momento, ¿por qué me llamas? Seguro que tienes algo que informarme-dijo Clara
mientras pulía meticulosamente la gema.
-Alexa, ¿recuerdas a Tyler? -preguntó Silva.
-Sí, por supuesto. Trabajó como aprendiz bajo mi supervisión durante tres años y luego siguió su propio camino. Es un joven muy talentoso y su habilidad es bastante buena. ¿Qué pasa?
-El otro día, alguien lo contactó para que imitara tus joyas. Si no regresas a la escena, todo el
mercado estará lleno de copias de tus creaciones-advirtió Silva.
Clara continuó trabajando con indiferencia mientras respondía: -No veo por qué preocuparse tanto. Mi habilidad es sobresaliente. Si alguien no puede permitirse comprar mis diseños, tendrán
que conformarse con imitaciones y satisfacer la vanidad de Irene.
-Tyler no pudo comunicarse contigo directamente, así que me informó de inmediato. Él no quiere tomar ese trabajo. Además de la deshonestidad que implica hacer falsificaciones, también considera que es un atentado contra su integridad como diseñador. Ya que hacer copias de las
creaciones de su maestro va en contra de su ética-explicó Silva.
Finalmente, Clara no pudo contener su curiosidad y preguntó: -Una cosa, ¿quién fue la persona que le pidió a Tyler que imitara mis creaciones? Si saben que él fue mi aprendiz, debe tener cierto
poder.
-No tengo idea de cómo conoció a esta persona, pero dijo que era una joven de la Ciudad de México llamada Jimena, aparentemente proveniente de una familia adinerada-respondió Silva
-Por cierto, ella es la discípula del famoso pianista Christian-mencionó la señorita mientras
fruncia los labios, se reveló un destello de astucia en sus ojos.
La historia era así.
Si iban a caer voluntariamente en la trampa, no tenía razón para ser amable.
-Silva, ve y dile a Tyler que el deseo de su maestro es que tome el proyecto de Jimena-dijo Clara
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