Capítulo496
Aun así, Pablo reaccionó rápidamente y se abalanzó sobre su hermano enloquecido, Aarón, levantándolo del cuerpo de su hermano mayor y abrazándolo fuertemente desde atrás.
-¡Aarón! ¿Estás loco? ¿Cómo puedes golpear a tu hermano mayor? -exclamó.
-Estoy loco… ¡maldita sea, si que estoy desquiciado! – Hugo se cubrió la cara y se levantó del
suelo. -Por esa chica de la familia Pérez… ¡temo que se esté convirtiendo en un monstruo que no
reconoce a su propia familia!
-No soy yo quien se está convirtiendo en un monstruo… jeres tú, Hugo! -Aarón gritó con los ojos
llenos de ira.
-¡Ya es suficiente! ¡Ya cállense la jeta los dos! -Enzo abrazó a la señora Belén y les gritó furiosamente a sus dos hijos.
La señora Belén nunca había visto a sus hijos comportarse así de esta manera y estaba desesperada.
-Aarón, ya he escuchado sobre la ayuda de tu hermano mayor a la familia Hernández. No lo culpes, como abogado, eso es solo su trabajo-intervino Pablo, tratando de mediar y temiendo que, si alguien decía algo más, volverían a pelearse.
-Esta noche me iré a dormir fuera de casa.
Aarón, sin decir una palabra, salió sin importarle que su rostro estuviera magullado por los golpes.
-¡Aarón! ¿A dónde vas? -exclamó preocupada la señora Belén.
-Ja… ¿A dónde más podría ir? ¡Estoy ansioso es por servir a la señorita Clara! -respondió con desprecio Aarón.
Hugo nunca había experimentado tal humillación. En ese momento, sin nadie más presente, soltó las palabras más hírientes para herir a Aarón en lo más profundo de su corazón. -No sé si la señorita Clara de la família Pérez podrá dormir bien sin nuestro Aarón esta noche.
-Maldito… ¡no permitiré que la insultes a ella, a la señorita Clara! -Aarón estaba lleno de odio, sus ojos se volvían enrojecieron y sus puños crujian.
Si no fuera por Pablo conteniéndolo, seguramente habría vuelto a atacar.
-¡Hugo! No le hables asi a la señora Belén con insolencia- Enzo no pudo soportarlo más y se
acercó rápidamente, parándose entre los dos hermanos, ejerciendo una presión invisible. -Esta noche, ninguno de ustedes puede salir de la casa. Vayan a mi estudio y permanezcan alli de pie. Pablo, trae la regla en un momento, aplicaremos la disciplina familiar.
Pablo, con resignación en sus ojos, solo pudo obedecer. -S1, papà.
La señora Belén quería persuadir, pero su esposo era el cabeza de familia. Había intentado. persuadirlo durante toda su vida, pero nunca lo logro. Solo podía suspirar y lamentarse a un lado.
-Aarón, ¿fuiste tú el que comenzó la pelea? -preguntó Enzo con ceño fruncido, seriamente.

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