Capítulo 704
Alejandro, con su alta estatura, tembló al bajar de la cama y corrió hacia ella.
Al instante, el hombre agarró rápidamente su delicada muñeca y la atrajo con fuerza hacía él, Su
vista se sacudió violentamente, y terminó chocándola con su pecho sólido, lo que hizo que su
corazón temblara y se sintiera mareado.
-Clara, estoy tan aliviado y feliz de que estés bien-dijo Alejandro mientras apoyaba su barbilla en
su hombro y sus labios secos se acercaban una y otra vez a su oído.
A pesar de que él era el que estaba herido, no le importaba en absoluto, Clara no se atrevía a
moverse de manera incorrecta, permanecía inmóvil y solo podía protestar con firmeza mientras
sus mejillas se sonrojaban.
-¡Estás herido! No puedes moverte así. ¡Vuelve a la cama y descansa! le dijo con firmeza.
-¡¡No! -respondió obstinadamente el hombre, con su mirada amorosa y los brazos que la rodeaban
apretándose aún más.
Clara abrió los ojos sorprendida, sintiendo su rápido latido cardíaco. ¿Por qué latía tan rápido? Su
cuerpo también estaba caliente, sus músculos tensos como si estuvieran a punto de explotar, y
podía sentir su tembloroso cuerpo invadiéndola, haciendo vibrar sus propios sentimientos, y las
fibras más delicadas de su ser.
Todo esto indicaba una cosa: el estado de Alejandro era anormal.
-Alejandro, tu condición ya no es normal en este momento. Por favor, déjame.
Pero antes de que Clara pudiera terminar, Alejandro, con su corazón latiendo descontroladamente
y su ritmo respiratorio desordenado, la besó apasionadamente. Paso a paso, se acercó mientras ella
retrocedía, hasta que finalmente quedó atrapada contra la pared, soportando su beso dominante y
poderoso, este hombre aún tenía gran fuerza para darle un apasionado y vibrante beso.
Alejandro cerró los ojos, como un viajero exhausto en el desierto que finalmente encontró una fuente de agua, sus labios ansiosos saborearon los de Clara, separaron sus labios y se fusionaron
en un apasionado beso.
Clara estaba siendo presionada y besada, sus mejillas, sus orejas, su cuello se volvieron del color del deseo Gradualmente, sintió que su aliento se calmaba, su temblor se apaciguaba y su mirada ardiente se volvía más clara, a medida que este hombre la besaba, su cuerpo temblaba y vibraba a

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