apítulo721
-Pero ¿sabes a quién finalmente le trasplantaron el corazón que inicialmente debería haber sido para su hija? ¡Se lo dieron al hijo del alcalde de México! Y esa pobre niña finalmente, se fue de este
mundo debido al tormento del dolor, sin poder esperar a otro donante. Esa es la triste realidad de la
burocracia.
La indignación expresada por Teófilo, palabra por palabra como un cuchillo, clavándose en el
corazón, oprimió igualmente el pecho de Clara de una manera insoportable. Ella también era
médica, por lo que comprendía profundamente su gran sufrimiento.
-Teófilo, entiendo tu estado de ánimo.
-Tía, tienes que entender la base de mis principios. Nunca trataré a altos funcionarios, a
poderosos o a magnates. Son ricos y pueden encontrar a cualquier profesor de medicina que
deseen. Soy una persona de temperamento fuerte, y si intervengo, podría poner en peligro sus
vidas. Por favor, busca a alguien más adecuado-dijo Teófilo con firmeza.
Leticia abrió la boca para responder, pero antes de que pudiera decir una palabra, Teófilo colgó el
teléfono.
-Clara, lo siento. Ni siquiera sus padres han podido controlar a este chico en mi familia. No puedo
hacer nada-suspiró Leticia con gran frustración.
El corazón de Clara se oprimió un poco, pero intentó sonreír, y dijo: -Leticia, no te culpes. Esto no
tiene nada que ver contigo. Has hecho todo lo que pudiste. Voy a pensar en otra solución.
Con un leve peso en el corazón, Clara regresó a su habitación y, después de pensarlo, llamó a Juan.
-Clara, ¿estabas pensando en mí? -respondió Juan desde el otro lado con un aliento un poco
pesado, pero su tono seguía siendo cariñoso y suave.
-Juan, ¿estás ocupado? -preguntó Clara con gran preocupación.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi Ex-esposa Misteriosa Es Multimillonaria