Mi pequeño caos (COMPLETO) romance Capítulo 24

Recuerdo que Mack cuando cumplió dieciséis años hizo una fiesta a lo grande. Lo único que le faltó fue que hubiera fuegos artificiales que formaran su nombre y cuando le pregunté porque quería hacer algo tan grande y ruidoso me dijo que era porque cumplir dieciséis años es como un hito importante en tu vida. Marca un antes y un después. Yo tenía catorce años en ese momento y no entendía de lo que estaba hablando. Cuando cumplí quince tampoco sentí la diferencia. Seguía siendo la misma Cassie de siempre.

Ahora, justo hoy, cumplo dieciséis y si fuera la misma Cassie de hace dos años o incluso de hace un año, tampoco sentiría la diferencia entre cumplir quince y cumplir dieciséis, pero ahora siento la diferencia. Soy un año más grande y eso me hace ser, aunque sea un poco más madura ante los ojos de las personas para ser madre del invasor.

Ya no voy a ser madre a los quince, sino que a los dieciséis. Eso para mí, hace la diferencia.

Aun así, no soy de las chicas que celebran los cumpleaños. Nunca me ha importado demasiado y hoy no es la diferencia. Me alegra cumplir un año más, pero no quiero celebrarlo.

Eso obviamente no lo sabía Phillipe con Leanne y Callum cuando me despertaron hoy en la mañana con un "desayuno especial" que incluía un tazón enorme de frutas con yogurt y una vela encendida encima. Debo admitir que me puse muy feliz cuando ellos me celebraron de esa manera. Me gusta vivir con ellos. Es tranquilo y se siente mucho más hogareño que mi propia casa. Se siente como cuando vivía con Bren, pero menos caótico porque no hay niños pequeños.

Es justo lo que necesito ahora.

Es jueves y debo ir a la escuela. Al menos Phillipe ya tenía planeado darme este día libre así que no tengo que trabajar, aunque me gustaría hacerlo. Me mantiene enfocada y en rutina.

Ya todos en la escuela saben que estoy embarazada. Los susurros cuando camino por los pasillos siempre están ahí, pero no me importan. Tampoco me importa ya que crean que Bren es el padre. No lo desmentiré, que crean lo que quiera. Bren y yo sabemos que no es así.

Al menos mis compañeros de curso ya están acostumbrados y las miradas incómodas ya pararon o al menos no me he dado cuenta de si están allí o no. El timbre suena y es la hora del almuerzo. Espero que la manada de simios salga corriendo para yo salir cuando ya no queda nadie excepto un chico llamado Gabe, quien es bastante callado y reservado. Muchos de mis compañeros lo molestan porque usa unos lentes con mucho aumento, pero es de los que más soporto.

Paso al lado de él y le sonrío. Me gusta ser amigable con él. Espero que sepa que no todos somos tan malos en este mundo.

-Hey, Acacia- me dice él y yo me detengo a su lado- Feliz cumpleaños.

-Oh, gracias, Gabe- le digo y él me sonríe tímido- ¿Cómo supiste que era mi cumpleaños?

-Tengo buena memoria- dice mientras se acomoda los lentes- Y también felicidades por tu bebé.

-Creo que eres la primera persona que me felicita por mi embarazo- le digo riendo.

-Últimamente te ves feliz. Supuse que no era algo malo para ti.

-Y no lo es- digo acariciando mi estómago abultado- Nos vemos después.

-Claro.

Me despido con la mano de Gabe y salgo de mi salón de clase. Ahí me encuentro con Mack que tiene una sonrisa enorme en la cara y una bolsa de regalo en sus manos.

- ¡Feliz cumpleaños, rubia! - dice mientras se abalanza sobre mí.

Entre risas recibo el abrazo de mi loca amiga. No hemos estado tan cercanas últimamente, pero siempre estamos la una para la otra.

Nos separamos y ella me entrega el regalo. Sé que espera que lo abra así que lo hago y me encuentro con una pequeña caja musical color roja con celeste. Sonrío, me encantan estas cajas. Siento que me relajan.

-Gracias, Mackie- le digo y nos abrazamos nuevamente.

-No te preocupes, ¿cómo está mi sobrino? - dice en voz baja para que solo yo la escuche.

Río. Mack sabe todo lo que me dijo su hermano y está tan enojada que entiende que no quiera que los demás sepan que Tony es el papá. Además, Sam y su mamá aun no lo saben. Tony no quiso que lo supieran, aun y no sé si quiera que ellas lo sepan.

-Un poco inquieto hoy- digo poniendo mi mano donde está el invasor- pero al menos ahora está más tranquilo.

-Lo siento que mi hermano sea un imbécil, Cass- dice Mack con una mueca en su cara.

-Me dices eso cada vez que hablamos de mi bebé- le digo entre risas- No tienes que disculparte. Tú no eres Tony.

-Si, pero no está bien lo que te hizo. Él debería estar aquí contigo.

-No podía pedirle que dejara sus sueños por mí- le digo con un poco de tristeza- Me odiaría por eso y al bebé.

-La cosa es que tú deberías ser su nuevo sueño- dice y trato de negarlo, pero ella me silencia- Está bien, puede que no tú, pero el bebé sí.

-No puedo obligarlo a que le agrade la idea de ser padre, Mack.

-No, pero yo sí.

Ambas reímos mientras caminamos hacia la cafetería. En el camino no nos encontramos con Bren lo que es muy extraño. No lo he visto hoy y tampoco me ha enviado un mensaje. Es raro porque siempre lo hace.

Cuando con Mack ya tenemos lista nuestra bandeja con comida, caminamos hacia una mesa y nos sentamos a comer. Con Mack siempre estamos riéndonos. Ella me hace reír con lo que sea que me esté hablando. Ahora me cuenta como todos sus compañeros dejan de ir a clases con la excusa de estar preparando el baile de fin de año, cuando en verdad no hacen nada. El único que se está portando bien es Bren.

-Tienes a ese chico loco por ti- dice Mack entre risas.

- ¿Qué? Claro que no- respondo un poco sonrojada.

-Lo tienes a tus pies, Cass. Admítelo.

-Aunque fuera así, ¿qué importa?

-Que a ti también te gusta- dice y yo niego con mi cabeza- No me mientas, Cassie. Puede que te hayas acostado una vez con mi hermano y de ahí hayan creado a mi sobrino, pero no estaban enamorados ni nada por el estilo. A ti siempre te ha gustado Bren.

-No siempre...

-Creíste que te gustaba Tony después de tener sexo con él y es normal, Cass, pero no creo que haya sido así. Tu corazón siempre ha estado con Bren.

Intento decir algo, pero mi celular vibra y espero que sea Bren. Me decepciono un poco cuando me doy cuenta de que es Robbie enviándome un mensaje de feliz cumpleaños.

Le contesto un poco cortante y devuelvo mi celular al bolsillo. Odio no poder contarle a Robbie que va a ser tío, pero sinceramente no sé cómo hacerlo.

- ¿Bren? - pregunta Mack.

-No, Robbie- respondo y ella se remueve un poco en su asiento al mencionar a mi hermano- No hemos hablado mucho últimamente.

- ¿Aun no le cuentas?

- ¿Tú pusiste esa cuna ahí? - pregunto entre risas.

-Si- responde él mirando la cuna- Es regalo de mis padres. Dicen que el sábado tienes que ir a comer con nosotros para celebrar tu cumpleaños.

-Claro- digo, aturdida.

Me acerco un poco a la cuna y la miro bien. Incluso hay mantas celestes en ella. Me encanta y siento que tengo ganas de llorar, pero no lo hago. Estas malditas hormonas no me van a ganar.

Siento que Bren está detrás de mí nuevamente, pero no me doy vuelta. Hay otro ambiente en la habitación en este momento y me siento muy nerviosa. No entiendo que pasa, pero estoy nerviosa.

Mi nerviosismo aumenta como a mil cuando Bren me abraza por la espalda. Pone sus manos donde está el invasor y siento claramente como él se mueve.

¿Acaso él sentirá también el nerviosismo que yo estoy sintiendo y por eso está tan inquieto?

-Espero que te guste, yo ayude a mis papás a elegirla- dice Bren en mi oído. Muy, muy cerca.

Pienso en que debería darme la vuelta para que hablemos bien, pero estoy paralizada. Apenas si puedo hablar.

-Tengo que agradecerles mucho por esto- le digo con la voz temblando- Sé que una cuna no es barata.

-No te preocupes por el dinero- dice y besa mi cabeza antes de alejarse de mí- Ahora, falta mi regalo.

- ¿Qué acaso todo esto no es tu regalo? - pregunto dándome la vuelta, cosa que puedo hacer ahora porque Bren ya no está pegado a mí.

-Es parte de mi regalo- dice y se agacha al lado de mi cama y de debajo de ella saca una bolsa de regalo- Esto es para la mamá más linda de este mundo.

Me sonrojo cuando dice eso y recibo el regalo. Ambos nos sentamos en mi cama y abro el regalo. Me río cuando encuentro varias cosas adentro. Primero encuentro una playera blanca y larga con un estampado que dice "La mamá más linda del mundo".

-Tendrás que usar eso en todas partes- dice Bren y yo río.

Sigo buscando dentro de la bolsa y encuentro una caja pequeña de color azul. La tomo entre mis manos y con curiosidad la abro rápido y me encuentro con una pulsera linda de color plateado con violeta. Tiene unos cuantos colgantes pequeños como una letra A y una figura de un bebé.

-Es hermosa- digo teniéndola entre mis manos- Gracias, Bren.

-Y eso que todavía falta lo más importante.

Vuelvo a buscar en la bolsa y encuentro lo más lindo del mundo. Un pequeño enterito de bebé color azul con celeste donde hay un oso de color blanco, creo que es un oso polar, en el centro. La etiqueta dice que es para bebés desde o a tres meses.

Miro a Bren y se me salen las lágrimas. Abrazo el pequeño enterito de bebé y luego Bren me atrae a sus brazos para estar junto a él.

-Quería ser el primero en regalarte algo para el invasor- me dice y yo asiento en modo de agradecimiento.

Calmo mis lágrimas y me siento un poco avergonzada de que Bren me esté viendo llorar nuevamente, pero me doy cuenta de que le tengo tanta confianza que no me importa.

-Feliz cumpleaños, Cassie- dice y besa suavemente mi frente- Eres la chica más fuerte de dieciséis años que conozco.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pequeño caos (COMPLETO)