Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 1184

En los días siguientes, Leila estuvo ocupada con el comienzo de su nueva película, que se rodó en la Ciudad Sur pero tuvo que unificarse en el hotel del equipo, por lo que aún tenía que empaquetar sus cosas.

El fin de semana por la tarde, acababa de reunirse con Blanco Matriz cuando recibió una llamada.

Leila vio que era un número desconocido, descolgó y preguntó:

—Hola, ¿quién es?

—¿Tienes un momento? Me gustaría hablar contigo —al otro lado de la línea, se oyó la voz de Edyth.

—¿Está bien hablar por teléfono?

Edyth soltó una risita:

—No tienes miedo de lo que te voy a hacer, ¿verdad? ¿Eso es todo lo que tienes?

—Estoy pensando que no tengo nada de qué hablar contigo.

—¿Por qué no, no quieres oír lo que ha estado haciendo Ismael Collazo todos estos años en Londres?

—Si quisiera saberlo, se lo habría preguntado yo mismo —Leila se desvaneció.

—Hay algunas cosas que no te dirá, no creo —dijo Edyth.

Leila recordó la escena cuando Ismael acababa de salir, no estaba en buen estado.

—La hermana de Ismael Collazo se me acercó hace dos días. Sé que no le gusto. Me voy de la Ciudad Sur en un par de días y pensé que había algo que debías saber, así que si no vienes olvídalo.

Y luego colgó.

Leila cogió el teléfono, frunciendo ligeramente el ceño, y Milla preguntó:

—Leila, ¿qué te pasa?

—Voy a un sitio —Leila se retractó de sus pensamientos.

Media hora más tarde, Leila se presentó en el lugar donde Edyth le había dado cita.

—Realmente estás aquí —Edyth se sentó y sonrió.

—Adelante —Leila se sentó frente a ella.

—Ismael Collazo su hermana me ha dicho que lleváis mucho tiempo juntos y que eres muy importante para él, ¿es cierto todo esto? —dijo Edyth.

Leila frunció suavemente los labios y no contestó.

—No pasa nada si no lo dices, entretanto he ido a investigar lo que pasó hace tres años, si no fuera por ti, estaría mejor que ahora —Edyth la miró y continuó, —¿Qué hace que alguien como tú piense que eres lo bastante buena para él?

—Vine aquí para oírte hablar de él en Londres, no para oírte decir estas cosas, y sé muy bien por mí misma si lo merezco o no —dijo Leila.

—No creo que lo sepas —Edyth dijo, —Ismael Collazo no usó ni un centavo del dinero de William cuando estaba en Oxford, obtuvo una beca completa cada año, todos los profesores de la escuela hablaban maravillas de él, ¡si no hubiera regresado a la Ciudad Sur y se hubiera quedado en Londres sólo habría estado mejor de lo que está ahora!

Leila se rió tranquilamente:

—¿Crees que lo estoy reteniendo?

—¿No es así? —preguntó Edyth retóricamente.

—Nunca fue eso lo que le importó. Era su familia lo que le importaba, su hermana, y aunque no hubiera ido a Oxford, seguiría teniendo una beca completa en la mejor universidad del país.

—Te estás excusando.

—No importa si lo crees o no. Ismael es una persona muy obstinada y nadie puede tomar sus decisiones por él. Lo único que haces diciéndome esto ahora es hacerme sentir que no merezco su excelencia, ¿no es así?

Sin esperar a que Edyth respondiera, Leila continuó:

—Una vez pensé lo mismo, me eché atrás y le rechacé innumerables veces. Pero ahora me he dado cuenta de que la razón por la que estoy con él es porque me da todo su amor y no quiero defraudar ese amor.

—Él estuvo bien y yo no estuve tan mal, ambos hicimos lo mejor que pudimos en nuestros respectivos campos.

El rostro de Edyth cambió ligeramente al oír estas palabras:

—Así que no ibas a dejarle, pasara lo que pasara, ¿verdad?

—Creo que eso es todo lo que tienes que decirme, y eso es todo lo que tengo que decirte, buena suerte en tu viaje.

Con estas palabras, Leila se dio la vuelta y estaba a punto de marcharse cuando se dio cuenta de que unos hombres se situaban detrás de ella en un momento dado.

***

Mientras tanto, en la Familia Figueroa.

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