Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 129

Después de regresar a la habitación, Doria abrió la maleta y guardó las cosas una por una.

Al terminar hacerlo, se acostó en la cama sin energía.

Obviamente no hizo nada el día, pero estaba exhausta.

Justo cuando miraba por la ventana perdida, sonó el móvil.

Doria se sentó mirando alrededor en la habitación. Lo encontró en el escritorio.

La llamó Briana.

-Doria, te pido disculpas por lo que pasó hoy. Aitana ha sido malcriada desde la infancia. No lo tomes en serio.

Doria dijo tranquilamente, -Está bien.

Briana hizo una pausa y luego añadió, -Aunque pueda ser un poco abrupto de preguntar, todavía tengo mucha curiosidad. ¿Es cierto lo que dijo Aitana? No me malinterpretes. no me refiero a otras cosas. Solo quiero saber la relación entre Édgar y tú.

-Soy su ex-esposa.

-Bueno, eso es... Lo siento mucho. No lo sabía, por eso, te ofendí.

-No te hace falta andar con ceremonias. Ya estamos divorciados. Tampoco esperaba que seas su prometida, así que yo debo pedirte perdón.

Briana sonrió. -Sí. Lo he querido desde hace mucho tiempo. Habría llegado al punto de hablar sobre el matrimonio, pero fue una lástima...

No continuó la otra mitad de las palabras. En cambio, -Antes no te conocía. Escuché las palabras unilaterales de Aitana. Tuve muchos malentendidos sobre ti. Ahora es diferente. Estoy muy feliz de conocerte como amiga. Definitivamente creo que no eres el tipo de persona como Aitana me dijo.

Doria dijo, -En realidad, Aitana tenía razón. No soy una buena persona de verdad. Édgar me obligó a casarme con él.

Briana respondió, -Prefiero más creer en lo que he visto con mis propios ojos.

Doria sonrió levemente, -Gracias. Señorita Briana.

-Dije que te invitaría a comer después de que saliese el producto acabado. Ahora debo invitarte aún más como disculparme. ¿Cuándo te conviene?

***

Después de colgar el móvil, Doria volvió a tumbarse en la cama, perdiendo interés.

Si hubiese sabido que Briana era la prometida de Édgar, preferiría no aceptar ese pedido para ganar el dinero.

¡Qué molesto!

Doria enterró la cara en la almohada, deseando matar a ese infiel. Si no fuese por él, ella no caería en ese dilema.

Sería probable que fuese llamada por el nombre de manceba.

¡Hombre infiel!

¡Ve al diablo!

Más Doria lo pensó, más se enfadó. Se levantó y abrió el borrador. Dibujó rápidamente algunos trazos en el papel. Después, salió del dormitorio con el celo y pegó el papel en la puerta del dormitorio de Édgar.

Sintió que se le aflojaba la respiración poco a poco tras sacarse una espina.

A pesar de eso, todavía no podía dormir a medianoche.

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