“Ahora ya está bien. Así puede quedarse la primera emoción inocente.”
-Vale, no podemos reservar los días pasados...-Claudia Freixa dijo-. Oye, tendrá lugar una fiesta de los compañeros de la universidad. Ya he aceptado la invitación por ti. Vamos juntos el día.
Al oír esto, Doria Aparicio se puso un poco sorprendida y dijo, -pero todavía me falta terminar el borrador de diseño...
-No pasa nada. No necesitas apresurarte a acabarlo en estos días y créeme, que te ocurrirán más ideas cuando estés relajada -Claudia exclamó-. Vaya, llevamos mucho tiempo sin reunirnos. Todos preguntan por ti.
-Vamos, Doria, por favor, de verdad quiero presentarme -al notar que Doria vacilaba en esto, ella agitó sus brazos y la rogó.
Con tantos pedidos de Claudia, Doria asintió con la cabeza riendo, -Vale, vale, de acuerdo.
“Llevo los meses recientes tan ocupada sin descansar bien, es una buena idea que salga por divertirme”, se convenció.
***
En el Grupo Santángel.
En los días seguidos, Vicente sentía una emoción afilada y pasiva en la oficina del jefe y los empleados que entraban no se atrevían a decir ni una palabra.
Pero él mismo, que entraba en la oficina todos los días, en comparación con el pasado, sentía más tristezas y presiones.
-Director Santángel...-después de que Édgar Santángel acabó la firma, Vicente Laguna cogió el documento y intentó decir algo.
-Adelante.
Sólo le respondió una palabra afilada.
-Acabo de enterarme de que señor Abraham está preparado para ir a Suiza. Y su vuelo va a salir en una media hora.
-¿Quieres que me despida de él?
Vicente se quedó sin palabras en ese momento.
-En este viaje, no va a volver hasta más de dos años -se aclaró la garganta y intentó seguir la conversación.
-¿De verdad? -Édgar frunció la boca y preguntó después de varios segundos.
-Sí, ya lo he confirmado.
Édgar paró de hablar y dejó la pluma. No sabían en qué estaba pensando.
-Pues, director Santángel, creo que se ha equivocado... La señora le recomendó al señor Abraham que cancelara el compromiso no era porque quisiera estar con señor Abraham. Por eso, director Santángel... -Vicente agregó aprovechando este momento.
-¿Entonces, por qué?
-Ya sabe que no trata muy bien con Aitana y esta ...no es amable de verdad. Creo que la señora lo hizo por dos motivos. El primer era para tomar venganza de ella, y el otro era que quería devolver el favor que le había hecho el señor Abraham aprovechando esta ocasión.
Al oír esto, Édgar dijo ironizando, -pero ¿por qué no intenta devolver lo que me ha debido?
-Eso significa que en el corazón de la señora usted y señor Abraham son diferentes.
Édgar levantó las cejas y el semblante se puso un poco animado.
Al notar esto, Vicente se sintió relajado por fin.
¡Qué difícil era su tarea!
Ya era de noche.
-¿Por qué tienes tiempo libre para salir esta noche? Pero parecía que a ti te molestaba el vino -Alex Curbelo gastó una broma.
-Abraham Valerio ya ha estado en Suiza -Édgar miró su vaso y dijo con tranquilidad.
-Lo sé. Pero también he oído decir que se canceló el compromiso entre la familia Santángel y la Valerio. Crees que Aitana va a aceptarlo?
Alex se puso un poco sorprendido.
-¿Qué le has dicho? -resopló y preguntó.
-Que la dejo ser mi mujer y hacer cualquier cosa que quiera.
Pero cuando le recordó lo que le había dicho Doria, sintió más molestia y paró de hablar.
-No les funciona a las chicas hablar demasiado. Tienes que actuar realmente para mostrar tu emoción. Hombre, que no vuelvas a decir la mierda así que pueda chocarle.
Édgar se tomó el vaso de vino y no dijo nada más.
-¿Entonces, le gustas? -Alex preguntó.
-No lo sé -Édgar mostró la molestia inconscientemente.
En realidad, había intentado preguntarle sobre esto, pero siempre rechazar darle una respuesta cierta.
“Pero si no le gusto, ¿por qué dibujó la imagen mía en secreto? ¿y por qué le importaba si voy a casarme con Briana o no?", pensó.
Después de varios segundos, Édgar juntó los labios otra vez y dijo, -Que sí, para ella, Abraham y yo somos diferentes. Si no, no iba a intentar devolverle el favor a él en vez de a mí.
-Pues no. Devolvió el favor a Abraham porque no quería tener ningún trato contigo.
Édgar no sabía qué responder.
Sólo tirar una mirada fría.
Lo curioso era que en este momento, Vicente, que estaba esperando fuera, hubiera estornudado continuamente.
-Falta solo un mes para la navidad. Qué frío -se dijo.
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pretendiente es mi EX-MARIDO
Quiero el finall...