Doria Aparicio se alivió cuando escuchó que Stefano Carvallo se marchó por asuntos de la empresa.
Ella dijo, —Pues no te molesto más, yo…
—Doria —Stefano la interrumpió en voz baja.
—¿Sí?
Él sonrió suavemente, —Nada, descansa temprano. Buenas noches.
Finalmente no dijo lo que quería decir.
Después de colgar la llamada, Doria se volvió a apoyar sobre la mesa. Ella tampoco sabía si debía hablarle claro con Stefano. La cuestión era que él nunca había dicho que le gustaba, si ella se lanzara y dijera las cosas extrañas, eso sería que se hacía ilusiones ella misma.
A Doria le había pasado una noche blanca, y de paso abrió la libreta. Pero mientras dibujaba, sus líneas marcaban inconscientemente el rostro de aquel gilipollas. Cuando ella reaccionó, el dibujo estaba casi terminado. Subconscientemente quería arrancar la hoja, en el momento en que lo iba a hacer, se detuvo.
“Da igual. Me lo quedaré. Así puedo advertirme de no cometer ningún error.” pensó ella.
Doria pasó a la siguiente página y dio unas palmadas fuertes sobre su cara para despertarse un poco, después volvió a dibujar el borrador del diseño.
En el mismo momento, en el despacho de la familia Collazo, dijo un trabajador, —Señor, ya tiene noticias de la investigación, la foto la entregó un chico a la editorial.
Rivera Collazo fruncía el ceño suavemente, —¿Un chico? ¿Qué chico?
—Aquel chico se llama Ismael Aparicio, tiene 19 años y actualmente está en el primer curso de la Universidad A.
—¿Has averiguado por qué tiene esa foto?
El trabajador asintió suavemente, —Ismael tiene una hermana, se llama Doria Aparicio.
Rivera se levantó de golpe, —¡Qué!
—Lo he comprobado, esta tal Doria es la ex-mujer de Édgar Santángel.
Cuando Rivera escuchó eso, en su cara cariñosa que solía tener apareció unas arrugas, —¿Estás seguro?
—Sí, lo he comprobado también con la gente de la editorial, y fue Ismael quien llevó la foto para que publicaran una hoja sobre una persona desaparecida. Además, se dio cuenta que la editorial no era suficiente, así que buscó otras formas para expandirlo, pero lo hemos detenido.
Después de un corto silencio, Rivera dijo, —Ahora mismo ve a averiguar toda la información de Doria e Ismael, desde su nacimiento hasta ahora, no dejes ningún detalle, también…
En ese momento, alguien tocó la puerta.
Briana Collazo empujó la puerta de costumbre, —Papá, ¿me buscas?
Rivera se volvió a sentar en la silla, sacudió la mano hacia el trabajador y dijo, —Ya puedes irte.
—Sí.
Cuando el trabajador se marchó, Briana cerró la puerta, entró y se sentó enfrente de Rivera, —Papá, había escuchado algo sobre investigación, ¿ha sucedido algo?
Rivera contestó suavemente, —Un pequeño asunto de la empresa, tranquila, ya he mandado a alguien para que lo solucione.
Briana asintió con la cabeza.
Su padre mantuvo el silencio durante un rato y añadió, —¿He escuchado que últimamente estás saliendo con un extranjero?
—No es extranjero totalmente, tiene la mitad de su sangre de España.
Después de aquella fiesta, Daniel Fonseca la invitaba a salir de vez en cuando.
Briana sabía su intención, si fuera antes, seguramente lo rechazaría sin duda, pero desde que canceló el matrimonio con Édgar, se dio cuenta que algunas personas parecían no decir nada, pero en el corazón se estaban riendo de ella.
Y ahora, que había aparecido un hombre de prestigio a nivel internacional, naturalmente no lo iba a rechazar.
—Papá quieres decir que…
—No importa lo que hagas, papá te apoyará, estoy seguro que la familia Santángel tampoco dirá nada.
—Gracias papá.
Él se levantó, y cuando estaba a punto de salir, de repente recordó algo y giró la cabeza para preguntar, —Briana, la diseñadora que dijiste que te diseña el collar, ¿no será la ex-mujer de Édgar?
Briana se quedó en asombro por un buen rato y seguidamente mostró una sonrisa, —Papá, preguntas esto para…
—Nada, preguntaba por preguntar, nada más, vete a descansar.
La reacción de ella ya lo afirmaba.
Cuando volvió a su habitación, Rivera cerró con pestillo su puerta, se detuvo ante su armario y abrió una puerta secreta, después sacó de ahí una caja.
En la caja había unas hojas amarillentas, y abajo, un reloj casi destruido por el fuego. Rivera sacó el reloj y lo miró durante mucho tiempo.
Después de un rato, su móvil sonó.
Cogió la llamada y escuchó la voz de su ayudante, —Señor, ya tengo la información, Ismael Aparicio y Doria Aparicio solo tienen un padre, pero este perdió todo su dinero en los salones de juego, siempre estaba saliendo y entrando de diferentes casinos, y cuando se quedaba sin dinero pidió prestado dinero a un usurero. Hace tres años, cuando no podía devolver el dinero prestado, vendió a Doria al Club Crepúsculo.
—¿Y su madre?
—No he encontrado mucha información sobre ella, parece que su madre ya murió en el parto de Ismael.
Rivera preguntó de nuevo, —¿Cómo se llama su madre?
***
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pretendiente es mi EX-MARIDO
Quiero el finall...