Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 37

Mientras él diga que no quería al niño, ella tendrá un aborto de inmediato.

Todo lo que quería era esto.

¿Hizo algo imperdonable?

Tras salir de La Editorial de Joyería, Doria tomó un taxi hasta Grupo Santángel.

Era como si la recepción del Grupo Santángel hubiera sabido que vendría, solo le preguntaron su apellido y ni siquiera se registraron, la llevaron directamente al ascensor exclusivo del presidente.

Doria aún recordó que ella vino a entregar documentos a Édgar hace mucho tiempo, y no se atrevió a decirle a los empleados del Grupo Santángel que era la esposa de Édgar, temía que él se enojara, por lo que solo pudo quedarse en el escenario como una engañe y esperó a que la recepción esté disponible. Después de eso, informe lentamente al superior.

Al final, no logró la buena actitud de ese mal hombre.

Después de bajar del ascensor, Vicente ya estaba esperando afuera.

Vicente dijo, - Doña Santángel, el Gerente Édgar está en una reunión. Le pidió que se sentara en su oficina un rato. -

Doira se contuvo pero no pudo, -Deja de llamarme doña Santángel, no lo merezco.-

-...-

Como si mató a mil enemigos y pidió a ochocientos.

Vicente tosió y extendió la mano, -Doñ ... Señorita Doria, por favor.-

Sentados en el oficina de Édgar, mirando el café que había subido Vicente, Doria dijo, -¿Puedes traerme una nueva taza de agua caliente, la que puede matar persona?-

-Señorita Doria ... eres muy divertida.-

Doria dijo con una sonrisa falsa, -Que no es tan divertido como su Gerente Édgar.-

En cuanto Vicente vio este despliegue supo que venía a reprender, y se preguntó cómo podía pensar el Gerente Édgar que venía a darle las gracias.

Aún así, Vicente sustituyó el cafá por agua caliente, lo que no podía matar nada.

Pensó detenidamente que si el Gerente Édgar se salpicaba después, el agua estaría al menos más limpia que el café.

Pero Doria no hacía más que hablarlo para aliviar su ira, y no tenía las agallas para salpicar a Édgar.

El feto en su vientre se desbocó en ese momento, y se secó varias veces, bebiendo agua para aliviarlo un poco.

Édgar Santángel volvió cuando el vaso de agua estaba en el fondo.

Se desabrochó el traje y se sentó frente a Doria con un tono empresarial y frío, -¿Qué quieres de mí?-

"¡Qué malo ese hombre! A sabiendas!"

Doria tampoco quiso hablar mucho y sacó un pagaré de su bolso, -Aunque mi sentimiento sobre los hechos tuyos que meteste en los asuntos de los demás y no actúas de la misma manera, es...-

A mitad de la frase, sintió que la temperatura de toda la oficina caía en picado.

Doria cambió la actitud sin cambiar su rostro, -Sintiendo admiración y también una sincera admiración por la forma del discreto matar de los demás del Gerente Édgar.-

Édgar no tuvo paciencia para escuchar sus tonterías y la interrumpió de forma desagradable: -Habla claro.-

-En pocas palabras, aunque creo que sus acciones son vergonzosas, todavía no puedo permitirme soportar la enorme deuda con tranquilidad, así que solo puedo admitir que tengo mala suerte y escribirle un pagaré.-

"¿No es esto lo que más quiere ver este hombre malo?"

Édgar Santángel levantó la cabeza y la miró, sin emoción en su rostro sombrío, -Entonces, ¿cómo vas a pagar esta vez?-

Doria frunció la boca y, a punto de hablar, Édgar pareció saber lo que ella iba a decir y dijo lentamente, -No acepto pagos a plazos.-

-...-

Ella sabía que este malvado capitalista era un imbécil.

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