Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 375

Después de escuchar lo que dijo Esmeralda, Édgar arqueó las cejas y supo por qué Doria estaba tan obsesionada con la cuestión del niño.

Doria confirmó que Roxana Mohammad estaba en la Ciudad Sur y empezó a dudar de las otras cosas.

Esmeralda estaba preocupada y preguntó:

—Señor Édgar, ¿pasaría algo?

Édgar se retractó de sus pensamientos y dijo a la ligera:

—Nada.

Después de desayunar, Édgar se montó en el Rolls-Royce estacionado afuera y Vicente Laguna dijo:

—Señor Édgar, todavía no se ha encontrado a Armando. El subordinado del señor Alex dijo que había un charco de sangre en ese sitio y Armando debería...

Édgar se inclinó en el asiento trasero y dijo:

—Vigila a Rivera y avísame de todos sus movimientos.

—Sí.

Después de un rato, Édgar volvió a decir:

—¿Hay alguna pista de José en ese sitio?

Vicente hizo una pausa, porque no esperaba que Édgar preguntara a esa persona, y dijo:

—Señor Édgar, quiere decir que...

—Doria dijo que él fue tras Armando.

Los ojos negros de Édgar se entrecerraron levemente, si Armando realmente fue llevado por la gente de Rivera, probablemente José López se encontraría en la pésima situación.

Después de un rato, continuó:

—Cuando busquéis a Armando, también buscad a José. Si sigue vivo, traedlo también.

Vicente asintió.

—A su orden.

***

En el día del concurso de diseñadores, no solo estaban presentes el anfitrión y todos los jueces, sino también estaban muchos periodistas, que estaban esperando para la transmisión a tiempo real del concurso.

Doria y Alba Espina llegaron casi al mismo tiempo. Alba la miró con desprecio y se alejó a grandes pasos.

Ella sonrió, caminó hasta su asiento y se sentó.

En breve, los diez concursantes llegaron para esperar que el anfitrión anunciara quienes entrarían a la final.

Los periodistas también estaban discutiendo con entusiasmo de quién sería el ganador.

Tanto Doria como Alba y unos cuantos diseñadores, eran candidatos populares de este concurso.

Aunque Doria era una nueva diseñadora en el campo, fue la campeona en el concurso de diseñadores de hacía tres años. A pesar de que había perdido la oportunidad de estudiar en el extranjero por algunas razones objetivas, ella seguía siendo una estrella emergente y talentosa.

Además, ella había entrado tras su regreso a la principal revista de joyería nacional, la editorial de Joyería SG, como la única diseñadora en aquel momento.

Había dejado la editorial de Joyería SG y fundó su propia marca. Aunque no iba por una vía de alta gama, se había convertido en la marca favorita de las celebridades, incluso la famosa actriz Leila se adornaba básicamente con esta marca en los eventos.

Ella era una estrella misteriosa en el mundo del diseño, nadie sabía hasta dónde podía llegar y nadie sabía cuántas habilidades ocultaba.

En cuanto a Alba, su maestro era Robert Espinar, uno de los diseñadores más prestigiosos del mundo, ella misma fue conocida a nivel internacional durante los tres años que estuvo en París. Por lo visto, su nivel de diseño y sus habilidades eran comparables a los de Doria.

Y los otros candidatos potenciales también tenían sus propias fortalezas y eran difíciles de comparar.

Cuando se armaba una discusión enconada, el personal del anfitrión subió al escenario y habló:

—Gracias por esperar, ya han salido los tres primeros en la semifinal. Los concursantes que entran a la final en orden descendente son...

Lo había dicho con una larga pausa para que la gente tuviera intriga y cuando todos contuvieron la respiración nerviosamente, el personal continuó:

—En tercer lugar, Teresa Obregón.

Sonaron grandes aplausos y la gente junto a Teresa la felicitó con envidia e impotencia.

Desde que se había entregado la obra, algunos ya sabían que no entrarían a la final.

Teresa sonrió y asintió con la cabeza a modo de saludo, agradeciéndoles uno a uno.

Inmediatamente después, la voz del personal siguió sonando:

—En segundo lugar, Doria Aparicio.

De hecho, no era de sorprender que Doria obtuviera el segundo lugar.

No obstante, dado que ella era la segunda, entonces la primera debería ser...

Todos miraron hacia Alba, quien levantó levemente su barbilla, y el personal dijo lentamente:

—En primer lugar, Alba Espina.

Los labios de Alba se crisparon, como si no le sorprendiera que obtuviera ese puesto, como si estuviera destinado a ella.

En el asiento del juez, había un juez que estaba halagando a Robert por haber tenido una alumna tan excelente como sucesor y Robert sonrió satisfecho.

En este momento, la voz del personal volvió a sonar:

—Por favor, tomen un descanso. Después de media hora, los tres concursantes que entran a la final, tienen que entrar a esas salas y tienen tres horas para crear su obra. Cuando se acabe el tiempo, todos los jueces puntuarán y se nombrará a la ganadora de este concurso de diseñadores.

Había tres salas en la dirección que señalaba el personal, las salas estaban rodeadas de cristales transparentes, lo que también indicaba que el concurso era abierto y transparente.

Cuando el personal bajó del escenario, Doria exhaló y se levantó para ir al baño.

En ese momento, Doria vio a Robert hablando con Alba, y el rostro de este estaba lleno de gratificación y admiración. Mientras hablaba, miró nuevamente a Doria con una expresión más despectiva.

Doria sonrió y entendió de dónde venía la personalidad arrogante de Alba, lo habría aprendido de su maestro orgulloso, porque su padre era un hombre tranquilo y honesto.

Doria retractó su mirada y se fue.

Robert también reprimió su sonrisa y preguntó con voz fría:

—¿Todo listo?

Alba asintió.

—Listo.

—Sólo necesitas mantener tu nivel de siempre, ya que puedes vencerla en la semifinal y obtener ser la primera, entonces también puedes vencerla en la final. Siempre y cuando no cometas errores, ¡te garantizo que tú serás la campeona de este concurso!

Los labios de Alba se movieron, tratando de decir algo, pero guardó silencio.

Robert se fue después de decirle que tratara seriamente la final.

Tan pronto como se fue, antes de que Alba tuviera tiempo de respirar, Lorenzo Coronil se acercó a ella.

La expresión de Alba cambió de repente y dijo bajando la voz:

—¡Ya te dije que te daré el dinero después de que termine! ¿Qué estás haciendo aquí ahora?

Lorenzo se rio y dijo:

—Claro que vengo especialmente para felicitarte.

Dicho esto, le dio unas palmaditas en el hombro, deslizó la mano por su hombro deliberadamente y dijo:

—Está demasiado nerviosa, relájate.

Alba no quería estar con alguien como él, le dio una palmada en la mano y dijo:

—No necesito tus felicitaciones, esto es lo que me merezco.

Lorenzo se rio a carcajadas y dijo:

—Sí, tienes razón, te mereces ser la primera.

Aunque estaba sonriendo, el sarcasmo de sus palabras era obvio.

Alba respiró hondo y no quiso perder más el tiempo con él. Cuando se iba a dar la vuelta, Lorenzo le metió una tarjeta de habitación en su bolso y dijo:

—Te espero para que vengas a buscarme después del concurso.

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