Doria estaba esperando por media hora, leyendo las noticias en el móvil todo el tiempo.
La discusión se hizo más enconada, y había muchas personas, que decían que eran diseñadores, pidiendo una explicación justa, pero ninguno de ellos que antes habían participado en el concurso se presentaron en este lío.
Era obvio que había alguien que lo dispuso todo.
A Doria le dolían los ojos mientras miraba el móvil por tanto tiempo, así que lo apagó.
Tras otra media hora, se oyeron pasos en la puerta. Doria se apresuró a alzarse, pero la persona que entró era Vicente.
—Señorita Doria, ahora ellos están en una reunión de emergencia de Junta Directiva, y no sé cuándo terminará, ¿vuelves primero…?
Al oír eso, Doria se quedó en silencio por un rato, y asintió con la cabeza:
—Vale.
No funcionaría nada si todavía estuviera aquí.
Vicente llevó a Doria abajo, y regresó de prisa.
Doria miraba el edificio iluminado, arrugando el entrecejo, de repente tenía una idea.
En el coche, Doria llamó a Eliseo:
—¿Tienes tiempo? Quería hablar contigo.
Eliseo justo estaba en el camino.
—Bien, ¿En dónde nos quedamos?
Después de preguntar su ubicación, Doria eligió una cafetería que estaba a una distancia adecuada.
Tras diez minutos, Doria y Eliseo casi llegaron al mismo tiempo.
Cuando Eliseo la vio, enarcó las cejas. Aunque Doria no lo dijera, había sabido la razón.
Sentados en la cafetería.
—He visto las noticias, ¿quieres acusar a las personas que te calumnian? Pero ahora la disputa es tan caliente, así que no creo que funcionaría —dijo Eliseo.
Doria meneó la cabeza.
—Sólo quiero preguntarte qué pasa con la acusación contra Briana.
Eliseo se desconcertó, sin pensar que ella le preguntara esto, y dijo tras una pausa:
—Rivera está deteniéndola, pero no te preocupes, no tardaré más de una semana como mucho en…
—Esta noche.
Por un momento Eliseo pensó que había oído mal, y le pidió repetir:
—¿Qué?
—Envía una carta de abogado a Briana en directo esta noche, en nombre de Selena Berganza. Pueden ser vago el contenido, pero debe indicar que Selena Berganza fue a mi tienda según la orden Briana y causó problemas. Y además ella también atacó a mi hermano antes, que aún es un simple estudiante universitario.
Eliseo comprendió enseguida su idea. El Grupo Collazo había provocado muchos problemas debido al proyecto. Ahora si se revelaba que Briana quería destruir a un estudiante utilizando tales trucos feos, habría disputa más caliente entonces.
—¿Quieres desviar la atención?
Doria asintió con la cabeza.
—Sí. Además, una semana es tan larga que Rivera tiene suficiente tiempo para prepararse, sólo así puede cogerle desprevenido.
Al oírlo, Luis repensó la situación en aquel entonces.
Cuando se publicó el resultado final, Robert invitó a todos los jueces a comer en nombre de Alba. Pero algunos hicieron excusas para negarse. Al final, los que fueron a la reunión, excepto de él y otros dos jueces, los jueces que votaron a Doria de verdad no estaban.
¿Qué era esta casualidad?
Escuchando el silencio del otro lado, Doria había sabido la respuesta y explicó a Luis:
—Si fueras juez, y dieras alta puntación a la obra que apoyaras, al final esta obra no ganara, pero otra sí, ¿irías a la reunión organizada por el diseñador que ganara o no?
Luis se aturdió al oír esto. Por sentido común, no iría.
Por un lado, se sentía embarazoso de que no le diera puntación alta, por otro lado, sentía pena por la obra que era capaz de ganar pero perdió.
En aquel entonces también le pareció muy extraño que Doria no ganó el campeón. La obra de Alba no era mala, también tenía su propia ventaja, pero en todos sectores era peor que la obra de Doria.
Había ido a la reunión porque era responsable del concurso, y ni importaba quién ganara, debía felicitarlo.
Al pensar eso, Luis de repente comprendió un poco.
Doria también comprobó lo que suponía en este momento. Ni siquiera sospechó de quién había enviado esta grabación a los medios, que sólo había estas personas en el restaurante aquel día.
Sabía claramente lo que era Alba.
Antes ella pensó que era normal perder un concurso, pero este incidente era suficiente para comprobar que el campeón de Alba era indigno. Y por eso ella tenía miedo de que le quitaron la oportunidad pertenecida al campeón.
O sea, si Alba mereciera el primero puesto, no habrían sucedido tales cosas después.
Luis dijo en serio:
—Averiguaré este asunto detenidamente y te daré una explicación lo antes posible.
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