Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 481

Hasta entonces, la atención de Édgar se había centrado en Marcos.

Pero al salir a la luz la verdad sobre lo ocurrido hace veinte años, se dio cuenta de que había demasiadas incógnitas sobre esa explosión.

Como la madre de Doria se había escapado y Marcos seguía en coma en el hospital desde hacía tres meses, había tenido todas las oportunidades y el tiempo para ir donde Figueroa o buscar a algún otro conocido. Pero, en lugar de hacerlo, se había llevado a su hija, que tenía pocos años, y se había casado con un canalla.

Tal vez Armando no era un canalla en ese momento, pero aquella decisión tomada por ella, era muy ridícula.

A menos que tuviera miedo a que Marcos la descubriera y no tenía otra opción. En cualquier caso, no era algo que él, que entonces estaba en el hospital, pudiera haber hecho. Es más, Marcos creyó que ellas habían muerto en esa explosión.

—¿En el mismo año? —preguntó Doria.

—En el accidente que tuvo Israel, el conductor de la familia Santángel y el conductor implicado murieron en el acto. Israel fue el único sobreviviente, pero quedó con las dos piernas inutilizadas, sin poder caminar por el resto de su vida —dijo Édgar.

—¿Cómo se produjo el accidente?

—El conductor culpable conducía ebrio.

—El accidente mató a dos personas y dejó gravemente herida a una, ambas partes debían haber conducido a gran velocidad. Por un lado, el conductor culpable estaba efectivamente borracho, pero por el otro lado, el de la familia Santángel llevaba a Israel, ¿por qué conducía tan rápido? —dijo Doria con el ceño fruncido.

—Inteligente —Édgar se rió.

Doria se quedó sin palabras.

—Seamos serios —replicó Doria, sin querer bromear.

—Ese es el problema. No había señales de frenado en el lugar del accidente —continuó Édgar.

—¿Así que los dos coches tuvieron una colisión directa? —continuó Doria tras una pausa—, pero es tan obvio, ¿acaso no lo investigó Saúl?

—Se hicieron investigaciones, pero sin ningún resultado. El conductor llevaba muchos años trabajando en la familia Santángel, no tenía familiares, tampoco tenía motivos para cometer un crimen. Y el otro conductor acababa de ser ascendido a jefe de departamento y regresaba de una fiesta de celebración, tampoco tenía ningún motivo para hcerlo. Así que el caso tuvo que ser archivado.

—Parecía que ninguno de los dos tenía un motivo, pero... —Doria seguía con el ceño fruncido.

—Me quedé desconcertado cuando investigué esto hace unos años, pero ahora creo que he encontrado algunas pistas —dijo Édgar.

—¿Qué?

—Los sucesivos accidentes de la familia Santángel y la familia Collazo no son casualidad —dijo Edgar, golpeando con los dedos el volante—. Si alguien estaba involucrado, entonces todo tendría sentido. Y, en definitiva, se tendría que sospechar de esos dos conductores.

Doria había pensado que revelar la verdadera naturaleza de Marcos sería el final de todo, pero parecía ser sólo el principio.

Fue entonces cuando sonó el móvil de Édgar y se detuvo para contestar, — Dime.

Al cabo de un rato, Édgar frunció el ceño y se puso serio.

Doria también se tensó al verlo así y, cuando colgó, preguntó ella en voz baja, —¿Qué pasa?

—Armando ha muerto —dijo Édgar incrédulo.

Doria estaba demasiado aturdida para responder.

***

De pie, frente al cuerpo de Armando, mirando su rostro sin sangre y sus miembros rígidos, Doria se dio cuenta de que esta vez estaba realmente muerto.

—Llevaba tiempo muerto cuando lo encontramos. La policía ha dictaminado previamente que fue suicidio, pero aún se necesita la confirmación forense —dijo el guardia.

Doria cerró los ojos, las piernas le temblaban un poco.

Cuando Édgar subió primero, Doria tiró de la cuerda y subió lentamente.

Pasado unos segundos, Édgar ya había subido a una altura considerable y la miró con confianza, —¿Necesitas ayuda?

—¡No! —dijo Doria con obstinación.

Miró hacia abajo y pensó que lo había hecho mejor que la última vez.

El muro de escalada aquí no era tan alto como el del club, así que no debería ser muy difícil subir.

Doria respiró profundamente y decidió subir a la cima de una vez. Pero, claramente se había sobreestimado y a la mitad de la subida ya había perdido la fuerza en sus manos.

De repente perdió el equilibrio y estaba a punto de caerse cuando un hombre la agarró por la cintura y la envolvió en sus brazos.

—¿Qué haces aquí? —Doria miró con sorpresa.

—No importa. ¿Quieres bajar? —Édgar bajó la mirada.

Doria guardó silencio y decidió ignorarlo.

Ella sabía que él se qeudaría allí, así que decidió seguir sujetándolo, de tal manera tendría que bajar cuando se le acabaran las fuerzas.

Al sentir que Doria se aferraba a él, Édgar sonrió y dijo, —¿Tienes tanto miedo?

—Claro que no...—No siguió explicando.

—No me importa que me abraces, pero no creo que quieras verte en las noticias mañana —dijo Édgar.

Doria giró la cabeza y se dio cuenta de que mucha gente les estaban tomando fotos no muy lejos de ahí.

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