Ya era casi mediodía cuando Doria llegó al estudio.
Tan pronto como llegó, vio que Claudia estaba tirada en la caja, dando suspiros una y otra vez.
Doria se acercó a ella y le preguntó en voz baja, —¿Qué te pasa?
Claudia levantó su cabeza y la miró con los ojos desconcertados,
—Nada, sólo me siento muy cansada.
Doria le dijo,
—¿Quieres volver a casa para descansar? De todos modos, no tenemos mucho que hacer hoy.
—No, estoy bien, solo me siento cansada.
Al escuchar sus palabras, Doria arqueó sus cejas, y la llevó a Claudia al comedor,
—Ayer Daniel te buscó, ¿cierto?
Ella asintió con su cabeza, y dio otro suspiro.
Doria le preguntó,
—¿Qué te dijo?
—Nada, unas palabras que no entendí, insistió en preguntarme que si me iba a casar o no, y le pregunté que si iba a regalarme algo por mi matrimonio, entonces él dejó de hablar. ¿Qué opinas? ¿No está molestando por gusto? Si él no quería regalarme algo, ¿para qué quería saber si me iba a casar o no?
Doria se quedó sin palabras.
Después de unos segundos de silencio, ella dijo,
—¿Y luego?
—No pasó nada más. No le quise hacer caso y me fui a casa.
Entonces Doria le preguntó,
—¿Qué tal fue la persona con quien tuviste la cita a ciegas?
—Bastante agradable, mucho mejor de lo que esperaba, su personalidad era buena, y tuvimos muchos temas de que hablar. Incluso me pidió que fuera al cine con él.
—¿Le dijiste que sí?
—Me dijo que probaríamos si lo nuestro funcionaba o no, me pareció que era una buena idea, así que acepte.
Doria sonrió y no dijo nada más.
Ella tenía la intención de hacer algo para impulsar a Daniel. Pero, ahora parecía que su acto había generado algún afecto, pero no lo suficiente.
Por otro lado, ella quería que Claudia encontrara su propia felicidad. Ahora que la persona con la que tuvo la cita a ciegas era buena, estaba bien que ellos dos probaran.
Claudia dio un bostezo, se volvió y se puso a preparar un café,
—¿Qué ha pasado contigo? Fuiste a buscar a Daniel para hablar sobre el Grupo Collazo, ¿cierto? ¿Qué te dijo él?
Al escuchar sus palabras, Doria se inclinó hacia un lado y dijo sonriendo,
—Lo que me dijo fue parecido a tus palabras.
—¿Ya ves? Entonces sigue nuestras... mis palabras y no vayas al Grupo Collazo ni prestes atención a este asunto. No tienes nada que ver con lo que está pasando en ese Grupo. Solo nos debemos preocupar por nosotros.
Doria dijo,
—Claudia, he tomado una decisión.
Mientras tomaba su café americano helado, Claudia respondió,
—Créeme, no te va a fallar tu decisión, tú...
—He tomado la decisión de ir al Grupo Collazo.
Claudia no pudo contenerse, casi arrojó el café que había tomado por la sorpresa. Luego la miró con incredulidad, sospechaba que había escuchado mal,
—¡¿Quéééé?!
Doria le repitió,
—He tomado la decisión de ir al Grupo Collazo.
—¿Po... Por qué? ¿No hemos llegado a un acuerdo? Él también te aconsejó que no fueras.
Doria miró por la ventana y dijo despacio,
—Aún estaba pensando en este asunto, la situación actual del Grupo Collazo es muy complicada. No me hará ningún bien en administrarlo, además, es probable que solo traten de utilizarme.
—Entonces, tú...
—De hecho, estaba dudando mucho. Pero, ayer fui al Grupo Santángel, al ver que Édgar estaba ayudando a administrar el Grupo Collazo, me quedé pensando en ¿por qué estoy tratando de escapar de las cosas que él es capaz de hacer? En otras palabras, son cosas que debería hacer yo.
No sabía desde cuándo, todos la estaban protegiendo y cuidando, tratando de mantenerla fuera de estos problemas.
Sin embargo, muchos asuntos eran inevitables, si tenían que venir, siempre vendrían.
Ahora el Grupo Cozallo se quedó en un estado caótico por culpa de Marcos Collazo. Los empleados no están unidos. Esto sólo sería resuelto por la participación de un verdadero miembro de la familia Collazo, solo así podría volver a funcionar.
Dado que él no quería presentarse, le tocaba a Doria.
Claudia no pudo evitar fruncir el ceño,
—Pero no es tu culpa que el Grupo Collazo se quede así. Fueron Marcos y Briana, ese par de malnacidos.
Doria negó con su cabeza,
—Ahora no es el momento de echar la culpa a nadie. Ahora el problema del Grupo Collazo está afectando a mucha gente. Si no podemos controlarlo bien, va a implicar a más personas.
Doria le preguntó,
—¿Quién es?
—No sé su nombre, no sé presentó.
—¿Vino aquí antes?
—Recuerdo que parece que vino una vez con el Sr. Édgar, pero ya pasó mucho tiempo. No recuerdo claramente. Creo que es él.
Fue entonces en que Doria supo quien era, sus labios se curvaron levemente,
—Ya sé, ¿están en la sala de descanso?
La chica asintió con su cabeza,
—Sí, desde hace media hora, están aquí.
Doria bajó su cabeza, sin moverse.
Claudia le preguntó en voz baja,
—¿Qué pasó? ¿Quién es ese hombre?
—Creo que es William.
Claudia no entendió,
—¿Él no es el socio de Édgar? ¿Por qué vino con Daniel? Tiene muchos negocios, ¿eh?
Doria se rió en silencio, sin saber qué decir.
Sería lógico que ella fuera de inmediato a saludarlo. Pero, ella no sabía por qué sentía que sus pies no podían moverse.
Claudia también notó su vacilación y dijo,
—Si no quieres verlos, ¿yo me encargo?
Doria negó con su cabeza ligeramente,
—No hace falta.
Ella se ajustó y recuperó su ánimo.
Antes de entrar, Doria dijo,
—Claudia, por favor, ayúdame a servir dos vasos de agua adentro.
Claudia respondió,
—Vale.
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Quiero el finall...