Mi pretendiente es mi EX-MARIDO romance Capítulo 543

Doria continuó tras varios segundos de pausa:

—Como lo has dicho tú. Son todas chicas jóvenes y tal vez le guste...

—¿Ah?¿Tal vez le gusta un chico?

Doria se quedó sin palabras.

—No es así. Él es bien machito, por supuesto que le gusta las chicas.

Leila se rió:

—Ja, ja, ja, ja, lo sé. Es sólo una broma. Pero siendo sincera, tu hermano es realmente guapo. Además, es inteligente y tiene buen rendimiento en el estudio. Es obvio que le gustará a todo el mundo, así que no tienes que preocuparte por esto.

Al fin y al cabo era un asunto propio de Ismael, así que Doria no le dijo la verdad. Solo se limitó a asentir ligeramente con la cabeza.

Después de un rato, Doria preguntó:

—¿Tienes algún otro trabajo programado más tarde?

Leila respondió:

—Últimamente no tengo nada programado. Probablemente tendré algunos programas de variedades por lo que estaré grabando durante en un par de meses.

Con la compañía de Leila, Doria no se aburría. La tarde transcurrió sin que se dieran cuenta.

Al ver a Édgar, Leila buscó una excusa para irse.

Édgar entró en el cuarto:

—¿Qué te ha dicho?

—Nada. Sólo charlamos un poco. —Doria preguntó—.¿A qué hora me darán de alta mañana?

—En la tarde. Mañana tendré una reunión por la mañana.

Doria dijo:

—Puedes ocuparte de tu trabajo, estaré bien por mi cuenta.

Édgar no cambió de opinión:

—¡Solo podrás irte hasta que yo venga!

Doria no pudo evitar murmurar para sí misma:

—Qué prepotente...

Édgar dijo lentamente:

—O puedo pedirle a tu hermano que te ayude con los trámites del alta.

Doria recogió la almohada que tenía detrás y se la lanzó hacia él:

—¡Ni siquiera lo pienses!

Édgar alargó la mano para coger la almohada y curvó los labios en una sonrisa:

—Tengo una buena noticia y una mala. ¿Cuál te gustaría escuchar primero?

—Ninguna.

—Olvídalo entonces.

Doria se quedó sin palabras.

Tras un rato de silencio, miró hacia Édgar:

—Dímelo.

—¿No dijiste que no querías saber?

Doria cogió la otra almohada y la lanzó hacia él.

Un sonrisa se dibujó en Édgar. Decidió ya no burlarse más de ella:

—Jairo ha transferido sus activos a varias cuentas en el extranjero en estos dos días.

—¿Esta es la buena noticia, o la mala?

—Una mala, por supuesto. —Édgar continuó—. Esto significa que Jairo planea huir. Una vez que abandone Ciudad Sur, el Grupo Collazo tendrá que asumir la responsabilidad de los problemas que causó antes.

Doria frunció las cejas y preguntó:

—¿Y las buenas noticias?

—La buena noticia es que Jairo está implicado en un caso penal de intento de asesinato y tiene prohibido salir del país.

Doria estaba un poco aturdida:

—¿Intento de asesinato?

Édgar preguntó con voz tranquila:

—¿Te acuerdas de Lorenzo Coronil?

—Sí. Pero no es...

—En cuanto a su caso, no se ha encontrado al asesino, así que se utilizó su caso para controlar a Jairo.

Doria curvó los labios en una sonrisa:

—¿Lo hiciste tú?

Édgar levantó las cejas:

—Aunque me gusta ver tus ojos llenos de admiración y aprecio hacia mí, por desgracia, no tiene nada que ver conmigo

Doria no se molestó en prestarle atención.

Después de un rato, Édgar continuó:

—Se va mañana por la tarde, ¿quieres ir a despedirlo?

Doria apretó ligeramente los labios:

—Mejor olvídalo, en qué posición estoy para ir.

—Es fácil encontrar una excusa. —Édgar dijo lentamente—. Como socio, es razonable que vayas a despedirlo. Como mi esposa, deberías acompañarme, ¿no es razonable?

—...Entonces tengo que darte las gracias.

Édgar sacó un papel blanco del archivo de documentos:

—¿No recuerdas lo que me debes?

—Basado en tus palabras, parece que te debo mucho. ¿Cómo puedo saber a qué asunto te refieres?

—Es bueno que sepas que me debes mucho.

Mirando el bolígrafo que le entregaba, Doria comprendió vagamente lo que quería decir. Así que lo rechazó:

—No puedo haceeeerlo, todavía soy una paciente y no puedo ocuparme de las tareas que requieren un gran esfuerzo mental. Esperemos hasta...

Cuando Doria se dispuso a correr de vuelta a la cama, fue agarrada por Édgar, quien dijo:

—Estoy aquí. ¿Cómo va a ser mentalmente agotador?

Doria dijo:

—¡Oh, Dios! Me siento mareada otra vez. ¿Puedes llamar al médico por mí?

Édgar la miró sin expresión.

Doria se quedó sin palabras.

Luchando en su mente durante varios segundos, se rindió y tomó la pluma de Édgar.

Ya había pintado su retrato en secreto varias veces y se apasionaba al hacerlo. Pero ahora, cuando él se sentaba frente a ella y fijaba sus ojos en ella mientras ésta pintaba, le producía una gran presión. «¿Cómo puedo hacer un dibujo en este ambiente?».

Doria dijo:

—Entonces suéltame, me sentaré al otro lado de la habitación, así no podré dibujar.

Édgar la soltó.

Doria se levantó rápidamente, cogió el bolígrafo y el papel y se sentó en la cama frente a él. Lo intentó varias veces, pero seguía sin poder dibujar nada. Al final, empezó a morder la pluma.

Al ver esto, Édgar frunció las cejas y dijo:

—Qué asco.

Doria tosió y ajustó su postura:

—No te muevas, voy a empezar a dibujar tu retrato. No me hables porque perturbarás mi creación. La inspiración es algo que desaparecerá una vez que se altere.

—Ok.

Al oír su promesa, Doria curvó secretamente sus labios en una inexplicable sonrisa y luego dibujó rápidamente su retrato en el papel.

En menos de cinco minutos, dejó el bolígrafo:

—Está hecho.

Édgar no se lo creía:

—¿Tan pronto? ¿No me estás engañando?

—Tengo mucho sueño. Tengo que ir a la cama temprano. ¡Buenas nocheeees! Muuuaaa.

Dicho eso, puso la foto bajo la almohada y cerró los ojos.

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