Claudia se mantuvo diez segundos enteros en silencio al otro lado del teléfono y se presentó formalmente, -Hola gerente Édgar, soy una nueva amiga de Doria, mi nombre es Sara Brea.-
Édgar le contestó indiferentemente, -¿Sí?-
-Jaja, sí, es totalmente un placer conocerle gerente Édgar, no les interrumpo.-
Hablando, colgó el teléfono con la velocidad más rápida de su vida.
Después de que terminó el tono de ocupado en el teléfono, toda la habitación cayó en un silencio sepulcral.
Doria nunca había deseado tanto desaparecerse de este mundo. Los ojos del hombre eran oscuros y profundos, tan fríos como un estanque sombrío. Ella retiró lentamente la mirada, moviendo la mirada hacia abajo poco a poco, como si quisiera perforarse en el espacio entre él y las sillas para escapar.
Sin embargo, cuando le acababa de aparecer la idea, Édgar cerró los brazos y ella casi se cayó dentro de su abrazo.
Doria se detuvo, se sentó rápidamente en la silla y miró por la ventana, dijo -Jaja, gerente Édgar, mira fuera ...-
-¿Me das una explicación?-
Doria aceleró su cerebro para buscar una explicación, ya que no le podía decir a él que ellas siempre lo habían llamado de esa manera en privado. Algunas cosas eran suficientes con entender y por qué él tenía que hacerle decir las cosas claras.
Doria pensó por un momento y dijo con seriedad, -Gerente Édgar, no llamaste a la puerta.-
-Llamé.-
“Vaya, no hay forma de encontrar problemas por su parte.” Doria pensó.
Cuando Doria se volvía loca pensando en cómo responder, de repente, Édgar retiró la mano, se puso de pie y le dijo en voz baja, -Se está enfriando la leche, bébela primero.-
Doria fue apresuradamente a buscar la taza de leche, como si fuera su salvavidas.
No obstante, ni que ella hubiera tomado un respiro, Édgar se sentó en el sofá y le dijo, -Después de beber la leche, tómate tiempo para pensar la explicación.-
Doria se ahogó directamente bebiendo la leche.
Bebió la leche al ritmo más lento de su vida, luego se lamió los labios, con un tono serio y sincero pidió disculpas, -Gerente Édgar, lo siento mucho, estaba equivocada.-
Édgar no levantó ni la cabeza y le exigió, -¿Dónde cometiste el error?-
-No debería haberte criticado a tus espaldas y lo más importante es haberte dejado escuchar esa conversación.-
-Entonces, ¿quieres decir que me podrías criticar si no te hubiera escuchado?-
Doria negó con el gesto de mano y dijo, -No, no, por supuesto que no quería decir eso.-
“¿Por qué este cabrón me presiona tanto? Aunque yo no tenga razón en este asunto, él también dice muchas cosas malas sobre mí.” Doria pensó.
Édgar no quiso preocuparse más por ella, se levantó y se fue.
Al ver que se alejaba, Doria sintió que finalmente había vuelto a la vida.
Después de un rato, la llamada de Claudia volvió a sonar y ella preguntó tentativamente, -Doria, ¿sigues viva?-
Doria no respondió, sintió que había estado al extremo de la muerte.
Claudia dijo de nuevo, -Pero, no era que no estabas en la Ciudad Sur, ¿y por qué el cabrón… El gerente Édgar estaba contigo?-
Doria se rio a secas y dijo, -Es… una larga historia.-
-Entonces, acórtame la larga historia.-
Doria tuvo que contarle sobre todo lo que sucedió durante ese período, pero no mencionó que Roxana era la madre biológica de Édgar.
Doria, -...-
Édgar admitió con un sonido ligero, se acercó con sus piernas largas y se sentó enfrente de Doria.
Cuando Lourdes escuchó que alguien estaba de acuerdo con su punto de vista, estaba muy emocionada y cogió la mano de Doria y la palmeó diciendo, -Doria, te cuento. La gente siempre tiene que mirar hacia adelante, el pasado se terminó, no sirve para nada estar pensándolo. Si no te gusta Raimundo, buscaré a otro nuevo para ti, pero no pienses en tu exmarido. No es un buen tipo...-
-Lourdes, Lourdes.- Doria le interrumpió rápidamente, -Realmente no entendiste. No es lo que piensas, mi exmarido...-
-Mira que te has caído demasiado profundo en esa relación, incluso ahora sigues hablando por tu exmarido irresponsable.- Lourdes sintió que no podía convencer a Doria por su cuenta, y trajo a Édgar, quien estaba en un lado, a la conversación y dijo, -Édgar, en tu empresa habría muchos jóvenes destacados y con talentos, presenta alguno a Doria-.
Édgar miró a Doria, con una expresión poco clara en la cara y dijo, -¿La señorita Doria lo necesita?-
-No lo necesito, gracias.-
Édgar volvió a decir, -Realmente no se notaba que la señorita Doria amara tan profundamente a su exmarido, lo cual es realmente conmovedor.-
El cabrón era un sin vergüenzas.
Al ver que no conseguía convencer a Doria, Lourdes suspiró y volvió a centrar el tema en Édgar, -Por cierto, Édgar, la última vez que escuché que mencionaste a tu esposa, vuestra relación sería buena, ¿verdad? -
Édgar dijo, -Quizás.-
Al escuchar eso, Lourdes, la maestra de las relaciones sentimentales, se dio cuenta de inmediato que algún problema aparecía en su matrimonio y en seguida dijo, -Édgar, soy una persona con experiencia en esto. Si me puedes confiar, habla conmigo sobre el problema, te daré consejos.-
Doria quería escaparse de inmediata y dijo, - Lourdes, tengo algo que hacer, me voy...-
Lourdes le detuvo y dijo, -Doria, también puedes escucharlo. Tal vez funcione para ti. El matrimonio es un tipo de conocimiento y tienes que aprender.-
Édgar dijo lentamente, -Ella había discutido conmigo, se enfadó y se escapó.-
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Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi pretendiente es mi EX-MARIDO
Quiero el finall...