—Es hora de levantarte, Alis,—sentía una voz entre dormida y despierta.—vamos, despierta, dormilona—esta vez sentí un pequeño toque en mi glúteo. Inmediatamente reaccioné.
—¿Por qué tocas mi glúteo?—me tapé ya que estaba un poco descubierta.
—No he hecho nada de otro mundo o ¿si?—se terminaba de abrochar su pantalón.
—Pues déjame decirte que nadie me ha puesto la mano ahí, aún no llega el tipo indicado para que tenga el derecho de poner su mano y más...—lo observé de reojo para ver su reacción.
—Según tu ¿Cuál es el modelo de hombre a quien esperas?—se ponía su faja.
—Para mi, el hombre ideal es aquel que me ame de verdad y quiera pasar el resto de su vida conmigo sin importar lo que sea, esa es mi fantasía.
—Pues no te creo, siempre las mujeres se fijan en algo más que los sentimientos. Así que eso lo dices ahorita, pero luego tu pensar cambiará—terminaba de vestirse.
—Te equivocas conmigo, quizás estás acostumbrado a tener a cuánta mujer quieras, pero también habemos mujeres que nos fijamos en esas cosas y creo que por eso sigo Virgen, por esperar al hombre que quiera estar con una mujer como yo, llena de defectos.
—Alis, al inicio creí que era una broma tuya, pero ¿en realidad eres Virgen?—se me acercó de manera seductora.
—Así es, si me crees bueno, y sino también, no tengo por qué mentir, ademas ese hombre se dará cuenta que no miento cuando me entregue completamente.
—Creo que te estás perdiendo de algo bueno—llevó su mano allá abajo, al instante se masajeó.
¿Qué le pasa? Mire rápidamente hacia otro lugar, en ocasiones Nicky actuaba de forma atrevida.
—Creo que me tengo que bañar, dijiste que saldríamos temprano ¿no? Así que por favor quiero que te quedes por acá sentadito.—palmeé la cama.
Entré al baño, me despojé de todo, empecé por mis pies, hasta llegar a mi cabeza. Enjuagué mi pelo, pero al momento de buscar la toalla no la había traído conmigo.
¡Qué bien, Alicia , te descuidas un momento y ahora ni la toalla traes!
—¿Nicky?—llamé desde adentro.
—¿Si?—se escuchaba que estaba en el mismo lugar donde lo había dejado.
—Necesito que por favor me pases la toalla, creo que quedó por ahí cerca de la cama.—me quedé esperando detrás de la puerta.
—Acá está, queda debajo de la puerta—se retiró o eso fue lo que había pensado.
Medio abrí la puerta para cerciorarme que no estaba ahí y esta vez no estaba.
—Gracias—cerré la puerta.—al menos la ropa sí la había metido al baño, no quería pasar otra vergüenza como la de anoche.
—¿Tienes mucha prisa con ir donde tus padres?—revisaba su celular.
—Pues algo ¿por qué?—quise saber.
—No, por nada. Solo quería pasar comiendo algo, pero no sé si eso te atrasaría mucho.—me observó detenidamente.
—Está bien, espero no dilatemos o ¿si?—lo reté con la mirada.
—Dilataremos lo mismo que dilataste con Mate,—se retiraba.
¿Es una ataque de celos lo que acabo de presenciar o qué?—lo seguí.
Bajamos el ascensor y Nicky estaba callado, seguía revisando su celular.
—Parece que la vida de un empresario es muy solicitada.
—¿A qué te refieres con eso?—frunció el ceño
—Nada, solo observo que desde que estamos en el cuarto no has dejado de estar con tu celular. Por algo será...
—Solo atiendo ciertos negocios, si quieres mira—mostró su celular frente a mi.
Qué importancia las que ambos nos dábamos en ese instante y tampoco sabía por qué lo hacía.
•
—Alis, tengo una pregunta que hacerte desde antes—encendió el coche.
—¿Dime?—me terminé de ver en el espejo retrovisor si iba bien peinada.
—Ese chico... la de la noche que fuimos a cenar a casa de mi padre ¿Quién era?
—Se llama Myers, vive cerca de mi apartamento.
—Con razón pude notar ciertas cosas en ese momento—aceleró.
—Aunque pensándolo bien él ha estado conmigo mucho tiempo, ademas me gusta verlo tocar en su banda, se ve sexy—inmediatamente miré de reojo a Nicky, quería ver cómo actuaba ante la mentira que había armando.
—¿A eso le llamas sexy?—reía de manera burlesca—con razón hoy en día los jóvenes no tienen gustos.
—Pues yo lo veo sexy, pensándolo bien, el me había invitado a ver una película a su apartamento. Creo que sería buena idea ir la próxima semana.—sonreí mientras terminaba de ponerme labial.
Enseguida el auto frenó en seco, las llantas humeaban.
—¿Qué paso? ¿por qué frenas de esa forma? Podríamos haber tenido un accidente.
Al escuchar eso reaccioné con ira.
—¿A quien le llamas perra, Pedazo de imbecil?—intenté hacer algo, pero Nicky me detuvo.
—No hagas locuras, Alis. Por favor—su mirada era vibrante, se le notaba lo preocupado.
—Qué caliente que se ve, así me gustan, que sean violentas, de seguro también es así en la cama—lamió sus labios.
¿Cómo puede ser posible que Nicky estaba presenciando todo eso y no me defendía? ¿Acaso este tipo era más importante que yo?
—Por favor no te metas más con la chica, ella no tiene nada que ver con nuestros asuntos—esta vez sí me defendió.
—¿O qué, Nicky? ¿tratarás de hacer algo?—se acercaban los otros tipos de atrás.—recuerda que tenemos un trato y sabes que si rompes tu promesa podría costarte muy caro.
—No la he roto y tampoco la romperé, ahora si me disculpas tengo que irme—deslizó el vidrio de la ventana hacia arriba.
—Eso esperemos, eso esperemos...—lanzó un beso al aire a mi dirección e hizo un gesto bastante vulgar con sus manos.
•
—¿Me podrías explicar qué fue lo que presencié ahí?—íbamos de camino.
—Todo lo que pasó ahí se queda ahí, Alicia , esto no debes comentarlo con nadie más. Si me llego a dar cuenta tan solo un comentario de esto, inmediatamente estás fuera de mi empresa y tampoco entrarás a otra. Me puedo encargar de eso, esta ciudad la controlo casi en su totalidad.
—Yo solo pregunté qué había pasado ahí, pero veo que eres muy extremista con las cosas. Como sea solo déjame en mi apartamento que ya he tenido suficiente.
•
Luego de varias horas de camino llegamos al edifico, se estacionó en frente.
—Que tengas un buen viaje con tus padres, lamento por lo de hoy—colocaba sus lentes.
—Igual para usted.
—Alicia —la voz de Myers se escuchaba desde el interior del edifico.
—Vaya... mira, creo que viene tu chico sexy. Adiós—ronroneó el coche para arrancar con gran velocidad.
—Alicia , últimamente cuesta encontrarte en el apartamento, supongo que ahora te la pasas más con ese sujeto—señaló el coche al salir.
—Myers, dejemos tus bromitas para más tarde ¿si? Más bien si quieres estar conmigo un poco ayúdame a hacer mis maletas que tengo un viaje hacia donde mis padres y creo que voy retrasada—nos adentramos al edificio.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Mi primera vez (COMPLETA)