Con Rodrigo lo mostró de forma tan evidente, ¡las expresiones de los otros del palco, al mirar a Isabel, cambiaron instantáneamente!
Todas las palabras y acciones en la alta sociedad tenían sus significados especiales.
¡Por no hablar de Rodrigo Fernández! Nunca había sonreído así a nadie.
Alonso estaba tan sorprendido que contuvo la respiración. Pensaba que Rodrigo nunca se enamoraría de nadie, pero ahora se dio cuenta de que eso solo era porque no le gustaban las chicas antes. Y ahora, esa mirada suya indicó que la mujer había aparecido.
No sólo él pensó así, sino que Juan y el resto de personas que estaban a su lado no entendían lo que Rodrigo iba a hacer ahora.
Todos miraron inconscientemente a Isabel.
Sin embargo, todos no esperaban que, solos después de sorprenderse ligeramente, Isabel se calmó de nuevo. Incluso dijo con picardía:
—¿Te he devuelto un favor?
Rodrigo se sorprendió por un segundo y no pudo evitar sacudir la cabeza y decir:
—Ni se te ocurra.
Isabel parpadeó y dijo:
—¿No puedes considerarlo una devolución del favor que me invitaste a comer? Estos son más.
—Entonces, ¿no quieres comer conmigo una vez más? —Rodrigo levantó las cejas.
A Isabel le dolía la cabeza.
«Él es demasiado difícil...»
Estaba a punto de tomar un sorbo de agua, pero vio las expresiones confusas de los siete.
Entonces reaccionó a lo ambigua que acababa de ser su conversación, y estuvo a punto de explicarse.
—No soy buena en el ajedrez. Mi abuelo siempre dice que no tengo el talento.
Al ver las cartas en la mesa, Juan se río y miró a Rodrigo. Por supuesto, éste estaba mirando a Isabel con cariño.
Isabel se dio cuenta de que todos la miraban con ambigüedad, así que miró la hora con tranquilidad y dijo:
—Son más de las nueve. He oído que Rodrigo no descansó bien ayer. ¿Volvemos a casa? Os invitaré a cenar la próxima vez.
Todos miraron a Rodrigo, obviamente estaban esperando su respuesta.
Rodrigo miró a Isabel y dijo:
—Listilla.
Isabel era la más cercana a él, así que fue la única que escuchó esta palabra. Se puso ligeramente nerviosa, pero fingió que no había pasado nada.
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