Lionel tenía buen carácter y trataba a la gente con mucha amabilidad y educación, pero eso no significaba que un desconocido pudiera tirarle de la manga y hacerle preguntas personales.
Lionel miró con indiferencia la mano que Lidia.
La expresión del rostro de Lidia se endureció de repente, dándose cuenta de su brusquedad, soltó apresuradamente su mano:
—Lo siento. No lo hago a propósito.
Con eso, su cara se puso roja, y se mordió los labios, pensando que se veía atractiva de esa manera.
Lionel frunció el ceño y miró a Isabel, que ya se estaba muy leja.
«Parece que hay razón para la actitud de Isabel hacia esta mujer.»
Al ver que Lionel no decía nada, Lidia se puso nerviosa:
—Disculpa, ¿conoces a la Señorita Vargas? ¿Puedes decirle que realmente me malentendió?
«Acaba de mencionar el casting, ¿acaso Isabel no va a heredar la empresa de su familia? ¿Ha cambiado de plan?»
Isabel no podía decirle nada, así que Lidia solo podía obtener más información a través de Lionel.
«Los hombres siempre tienen simpatía a las mujeres dedicadas.»
Pensó que Lionel debía haber visto la actitud de Isabel hacia ella, y quería aprovecharse de la simpatía de Lionel.
—¿Existe un malentendido entre vosotras? —Lionel no tenía interés por esta mujer, pero cuando escuchó lo que dijo, preguntó con curiosidad.
Los ojos de Lidia se iluminaron de inmediato:
—Sí. Una amiga de la Señorita Vargas difundió rumores de ella, pero esta amiga suya me echó la culpa. He sido castigada por mi empresa, pero la Señorita Vargas sigue enfadada conmigo. No espero encontrarme con ella hoy aquí, ¿puedes ayudarme a explicar a ella? yo...
Lidia quería decir más, pero Lionel la interrumpió de repente y la miró con indiferencia:
—¿No puedes explicar a ella tú misma?
Lidia estaba a punto de llorar:
Lidia se apresuró a sacudir la cabeza.
—No, no es así.
Lionel se quitó el polvo de la manga, sin decir nada más, se dio la vuelta para marcharse.
Quería saber lo que había sucedido entre Lidia y Isabel, pero resultó era el truco de esta mujer.
Bueno, Lionel descubrió su truco inmediatamente.
«Sin embargo, Según las palabras de esta mujer, además de tener una relación muy buena con Felicia, su identidad no es normal también, si no, no habría dejar la empresa de esta mujer castigar a ella.»
Cuando Lionel volvió al set, la mujer de vestido rojo ya había sido recogida por la ambulancia, y el casting estaba continuando.
El director Kenzo miró a Isabel de vez en cuando. Isabel estaba recostada en su asiento, y a su lado, Felicia tiró de su brazo con una mirada curiosa y le preguntó en voz baja qué acababa de hacer.
Sin saber por qué, al ver esta escena, Lionel sonrió...
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