Miserable Matrimonio (COMPLETO) romance Capítulo 27

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A oídos de esta autora llegaron los rumores de que el Duque de Agnes y el Duque de Windsor tuvieron un fuerte enfrentamiento ayer en la noche en club “Tentaciones”, muchos fueron testigo de cómo ambos “caballeros” se desafiaban por una mujer, nada más y nada menos que por la esposa del duque de Agnes, Lady Liviana Livingston.

             Revista de sociedad de Lady Kennt

Liviana despertó primero, mirando como algunos rayos entraban por la ventana, miró a Marcus que aun dormía pero frunció el ceño al verlo sudando, y no entendía la razón ya que la temperatura era muy agradable y fresca, y aún más por haber llovido casi toda la noche. Al tocarlo se alarmó, su piel ardía de lo caliente que estaba, rápidamente se levantó y llamó a Lizzy.

—Por favor que llamen al doctor rápidamente, Marcus no está bien.

Lizzy hizo lo que le pidió y volvió rápido con Liviana para ayudarla a vestirse para cuando el doctor llegara, al terminar, Liviana volvió con Marcus, estaba empeorando y eso le preocupaba, nunca había visto a Marcus enfermo. Se acercó a él y tomó su mano apretándola fuerte, sintió como él se removía inquieto.

—Tranquilo… todo estará bien. — susurro Liviana sin soltar su mano, Marcus se fue relajando hasta respirar más tranquilo, pero con algo de dificultad —

—Permiso, excelencia. — Liviana miró a la Sra. Rose — El doctor ha llegado.

—Por favor que pase. — respondió Liviana, segundos después el Sr. Howard, médico de la ciudad, entró a la habitación  —

—Buenos días excelencia. — El doctor saludó educadamente  — ¿Qué pasa con el duque?

—Esta mañana al despertar noté que tenía fiebre y sudaba mucho, su respiración era agitada y compleja, eso me preocupa, Marcus no es de enfermar.

O por lo menos es lo que pensaba, llevaba poco conviviendo con Marcus, pero estaba segura que su esposo era tan sano como fuerte. El señor Howard empezó a revisar a Marcus con sus utensilios.

—Entiendo, su esposo pasa por una leve neumonía, nada grave que no pueda ser combatido con algunos jarabes, lo bueno es que usted fue rápida y me ha llamado, de lo contario estaríamos enfrentándonos a algo más peligroso para la vida de su esposo. —  Dijo el Sr. Howard y Liviana sintió escalofríos de solo imaginar que Marcus corriera peligro de esa manera  —    ¿Sabe usted cómo pudo haber contraído esto? — preguntó mientras sacaba algunos frascos de su bolso  —

—Anoche llegó muy empapado por la lluvia, de seguro el aire frío junto con la húmeda ropa debieron de afectarlo un poco. — respondió Liviana  —

—Ya veo. Aquí tiene. — le tendió a Liviana dos frascos de Jarabe  — Esto lo ayudará mucho y en pocos días estará mejor. Solo debe dárselo tres veces al día, preferiblemente después de comer.

—Entiendo. Muchas gracias. — Liviana le agradeció y dejó que Lizzy lo acompañara hasta la salida  —

Liviana se quedó con Marcus en la habitación todo el día, no lo dejaba solo para nada, estaba muy  pendiente de él por si necesitaba algo, muchas veces tratando de bajarle la fiebre, solo esperaba que despertara pronto. Jayne le hacía compañía algunas veces y la ayudaba en ocasiones.

—¿Le avisaste a lady Lilian? — preguntó Jayne  —

—Aun no, ni se me había ocurrido, aunque no quisiera preocuparla.

—Es su hijo Liviana, las madres siempre saben qué hacer en estos casos.

—Pero es a mí que me toca cuidarlo, soy su esposa. — respondió Liviana sin apartar la mirada de Marcus  — Él se pondrá bien muy pronto.

—Liviana…

—Lo sé Jayne, pero…  — Liviana recordó las palabras de Marcus la noche anterior, puede que en el fondo Marcus la quiera  — ¿Podrías decirle a alguien que traiga más leña? La habitación necesita estar caliente y la noche al parecer será igual que ayer.

Jayne suspiró y asintió, salió de la habitación e hizo lo que Liviana le pidió, pero no volvió, prefirió quedarse en su habitación y dejar a Liviana con Marcus.

….

Liviana abrió los ojos despacio acostumbrándose a la luz, había dormido en la habitación de Marcus y a su lado, despertando cada hora y fijándose si tenía fiebre.

—Buenos días. — Liviana miró sorprendida a Marcus quien la miraba desde arriba, rápidamente se levantó sentándose en la cama  —

—Marcus, ¿estás bien? ¿Cómo te sientes? — Preguntó rápidamente mientras tocaba su frente y cuello para verificar que no tuviese fiebre  — Al parecer la fiebre bajó.

—Me siento mejor, aunque algo cansado. — Respondió Marcus casi en susurro  — Tengo sed.

—Claro. — Rápidamente se levantó y fue por agua, luego ordenó que el desayuno fuera servido en la habitación, pero pidió algo ligero para Marcus  — ¿Tienes hambre? — Marcus asintió  —

—¿Qué ocurrió? — Preguntó Marcus y Liviana le explicó brevemente lo que le había pasado  — Lo siento, si no hubiera tomado tanto esa noche y no hubiera caminado bajo la lluvia hoy no estaría así.

—No tienes que preocuparte por eso ahora, lo importante es que debes mejorar.

—Pero bien sabes que podrías declinar, aun no hay nada oficial entre tú y el duque de Windsor —dijo Harry y Liviana suspiró con indecisión, no sabía qué hacer, pero mientras estuviese casada con Marcus, le daba más tiempo para pensar las cosas— ¿Entonces todas esas flores que recibes son de Lord William? —Liviana asintió — Pensé que eran de Marcus.

Como quisiera ella que así fuera.

—Iré por más agua. — dijo saliendo de la habitación de su padre, cuando cerró la puerta volvió a sentir los mareos, ya hace un par de días que venía así, mas algunos vómitos después de comer, pensó que era algo que le había caído mal, pero ya eran muchos días así y empezaba a asustarse. —

Cuando pasaba por la sala donde estaba Jayne leyendo un libro volvió a sentirlo pero más fuerte.

—¿Liviana estas bien? — preguntó su amiga levantándose para llegar a ella—

—Sí, es solo un mareo, nada grave.

—¿Segura?

—Sí…— pero no había dado ni dos pasos cuando cayó al suelo inconsciente, rápidamente Jayne llegó a ella asustada—

—Llama al médico, rápido. — le dijo a una empleada que pasaba justo por ahí—

Jayne fue por ayuda y al primero que fue a buscar fue a Marcus pero este no se encontraba en casa, así que tuvo que llamar a un mozo de cuadras para que llevara a Liviana a su habitación, el Sr. Howard había llegado rápidamente al ser llamado y atendió a Liviana después de despertarla.

—¿Ha estado alimentándose correctamente? — preguntó él —

—Sí, por supuesto.

—¿Aparte de los mareos ha tenido otros síntomas?

—Algunos vómitos. — respondió ella y el Sr. Howard asintió —

—Su síntomas, excelencia no son graves, solo el aviso de que está embarazada.

—¿Qué?

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