El duque de Beaufort esperaba en la sala de estar de la residencia Agnes para ser atendido por uno de los duques.
—Buenos días excelencia. — saludó Liviana al llegar a la sala donde se encontraba Anthony —
—Buenos días. — Anthony la saludó como se debía para luego preguntarle por Marcus—
—¡OH! ¿No sabe que ha salido de viaje? — Respondió Liviana — Fue a las tierras del norte para ver cómo iban algunas cosas.
—No me lo comentó. A penas nos vimos ayer. — dijo Anthony —
—Seguro. A penas regrese le digo que lo quiere verlo.
—No es tan importante, puede esperar. — Le sonrió amablemente— ¿Se marchó sin saberlo, cierto?
—Ajá.
—¿Cuándo le piensa decir? Creo que se cabrearía más por habérselo ocultado.
—Es que… Marcus es impredecible, a veces actúa de una forma tan cariñosa y otras veces muy frio, bueno, eso es mayormente.
Anthony no pudo contener la risa, realmente no entendía a estos dos, porque de sobra sabía que ambos se querían. Pero eran tan tercos para reconocerlo, al menos su amigo lo era, aunque entendía la razón principal por la que Marcus mantenía alejada a Liviana, tenía que protegerla hasta que todo se solucionara.
—Entiendo, pero deben resolver esa cuestión, un bebé no es algo que se tome a la ligera, además, no es culpa suya que hayas quedado embarazada, en ese caso, ambos son responsables.
Liviana se sonrojó por el hecho de que Anthony estuviese insinuando que ellos dormían juntos, no es del todo mentira pero… ya saben.
Anthony se despidió de Liviana prometiendo otra visita en unos días. La residencia se sentía vacía sin Jayne, había salido a la sastrería de la Sra. Jayson para encargar nuevos vestidos, ella había declinado, no tenía ánimos para estar todo el día entre telas e hilos.
Horas más tarde Lizzy le comunicó que tenía visita, Liviana frunció el entrecejo pensando en quien podría ser. Si fuera lady Lilian Lizzy le habría dicho. Al bajar y entrar en la sala donde la espera su «visita» se llevó la sorpresa de ver a Emma muy cómoda en uno de los sillones tomando limonada.
—Realmente me encanta esta residencia, cuando sea mía la decoraré a mi gusto, por supuesto. — dijo Emma mirando a Liviana —
—¿Qué quieres Emma?
—¡OH! No, mejor Lady Emma, aunque sonaría mejor Lady Emma Livingston.
—Que yo sepa aun no te has casado, y no conozco a ningún otro noble que lleve ese apellido. — dijo Liviana sin dejarse intimidar —
—No, claro que no, pero pronto ese será mi apellido, cuando me case con Marcus.
—Pensé que te había quedado claro que Marcus y yo seguiríamos con nuestro matrimonio. — Emma sonrió pícaramente, se levantó dejando a un lado el vaso con limonada—
—Siento desilusionarte querida, pero Marcus está promoviendo los últimos detalles para librarse de ti una vez por todas. — Liviana movió la cabeza dubitativa — Y aún más cuando le di la noticia tan encantadora, no sabes lo feliz que se puso al saberlo.
—¿Qué… noticia? — preguntó Liviana confundida, pensaba que Marcus había dejado de visitar a Emma —
—Estoy embaraza querida. — Liviana se tensó —
—¿Cómo?
—Seremos padres, ¿no es maravilloso? Al fin Marcus tendrá a su heredero, por eso está más apresurado por terminar este matrimonio.
—¿A eso has venido? — preguntó Liviana —
—Por supuesto, tenías que saber la buena noticia. Y también para decirte que cuando Marcus regrese de su viaje me instalare aquí, el doctor me recomendó que estuviese cerca del padre de mi bebé, ¿Entiendes no? — Emma volvió a sentarse en uno de los sillones — Y lo que trato de decirte querida, es que antes de que Marcus te humille, deberías salir de esta casa por tu propia voluntad.
—Si has terminado quiero que salgas de Mi casa... ¡ya!
Emma sonrió victoriosa, había logrado lo que quería, solo faltaba Marcus, ese sería un poco más difícil, el control que tenía sobre él se le ha ido de las manos. Pero no se daría por vencida, ya había plantado la semilla de la duda en Liviana, solo era cuestión de tiempo para que ella misma tomara sus cosas y saliera de sus vidas.
Cuando vio que la presencia de Emma ya no estaba se permitió respirar aliviada, no soportaba a esa mujer, sus mentiras y conspiraciones, pero tampoco podía asegurar que mentía sobre el embarazo, eso podría ser cierto. La cuestión era que ella también esperaba un hijo de Marcus, uno legítimo concebido dentro del matrimonio.
Y es cuando pensó que Anthony tenía razón, lo mejor sería que Marcus supiera que estaba embaraza.
Más tarde, otra vez Liviana fue informada de que tenía visita, al bajar pudo observar tres hombres esperando, iban vestido formalmente.
—Excelencia. — saludó uno de los hombre — Buscamos a su esposo, el duque.
—No está. — respondió Liviana frunciendo el ceño — ¿Quiénes son ustedes?
—Discúlpenos por no habernos presentado antes, soy el coronel Sain, y estos son mis hombres, trabajamos para la corona inglesa.
—Bien, pero agotador.
—El peso del título de duque. — dijo su amigo entendiendo perfectamente a Marcus —
Después de saludar y dar órdenes de que todas sus cosas fueran trasladadas a su habitación, tomó a su esposa de la mano y la llevó a un lugar más privado y la besó, Liviana claramente le devolvió el beso.
—Te extrañé. — Dijo Marcus en medio del beso haciendo sonrojar a Liviana, además de dejarla sorprendida — Dime que tú también lo hiciste.
—Solo un poco. — respondió Liviana juguetonamente —
—¿Solo un poco? — Siguió Marcus — Umm… creo que tendré que trabajar más duro para hacerte extrañarme solo de estar a un metro.
—Eso sería imposible.
—Ya verás que sí. — volvió a besarla lenta y pausadamente, disfrutando de los labios de su esposa — ¿Todo estuvo en orden mientras estuve lejos?
Liviana se vio tentada en decirle lo que había pasado hace unos días con Emma, pero no quería arruinar el momento tan mágico con solo mencionar su nombre, pero si tenía que decirle lo de su embarazo. Aunque recordó la visita de los oficiales que trabajaban para la corona inglesa.
—Marcus, hace unos días vinieron buscándote unos hombres, uno de ellos dijo que era el coronel Sain, dijo que apenas llegaras te comunicara que quería verte. —Respondió ella y Marcus se tensó, no podría creer que hubiesen ido a buscarlo — ¿Qué tienes tu que ver con ellos Marcus?
—Nada en especial, cosas de la cámara de lores y el ducado. No te preocupes, todo está bien. — Sonrió — ¿Algo más?
—No, pero tenemos que hablar.
—Dime.
—Más tarde, es una sorpresa. — dijo Liviana —
—¿Una sorpresa? Umm… entonces vale la pena esperar.
Con unos cuantos besos más salieron de su escondite como dos amantes secretos para unirse junto a su amigos. Pasaron la tarde conversando y Marcus contándole las anécdotas de su viaje, Anthony se quedó a cenar y el ambiente era ligero y feliz, Liviana se sentía feliz, y quería que continuara así.
Pero sabía que mientras Emma estuviese amenazando su matrimonio, no lo sería por mucho tiempo.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Miserable Matrimonio (COMPLETO)
Hermosa historia me gustaría leer la continuación de esta historia...