Multimillonario Invisible romance Capítulo 11

Después de que Thiago le hiciera tres reverencias humildemente, se podía ver que estaba conteniendo las lágrimas de humillación en sus ojos.

Pero no se atrevió a hacer nada en ese momento.

Porque sabía que la abuela debía estar muy insatisfecha con él ahora.

En ese momento, no podía decir nada que la hiciera enojar más.

Carmen se sintió aliviada cuando vio a Thiago hacer las reverencias humildemente y admitir su error.

No quería que su nieto se inclinara ante el inútil René, pero el punto era que ese juramento era sobre su propia vida.

Siempre había creído en el budismo, si Thiago no se inclinaba para admitir sus errores, temía que le iba a costar mucho conciliar el sueño y comer tranquilamente, por miedo a que el karma de veras cayera en ella como lo decía la promesa.

Entonces, miró a Thiago y dijo a la ligera, -Thiago, estas tres reverencias son para darte una lección. En el futuro, no apuestes con otros sobre cosas de las que no estás seguro. Aunque apuestes, ¡tampoco involucres a tus familiares!-

Thiago dijo con cara triste, -Abuela, ya lo sé, no me atreveré a hacerlo más...-

Mientras hablaba miró a René con su mirada diabólica, luego pensó, “Inútil, me has obligado a arrodillarme y postrarme ante ti y quedar en humillación, ¡espera y verás cómo tarde o temprano acabaré contigo!”.

De inmediato, Carmen abrió la boca y dijo, -Es magnífico que Amelia haya conseguido este contrato hoy. Todos deberíais apresuraros para prepararos durante este tiempo. ¡Debemos aprovechar esta oportunidad para construir una buena relación con el Grupo Gran Reino!-

René recordó a un lado, -Abuela, ya que Amelia ha negociado con éxito la cooperación del proyecto, hay que darle a Amelia el puesto de director de la empresa, ¿no?-

Carmen arqueó las cejas recordando algo.

Realmente dijo que quien obtuviera el contrato podría ser el director.

Sin embargo, cuando pensó en que Amelia nunca le había caído bien y que su inútil marido le causaba disgusto, quiso arrepentirse de esa decisión.

Si le subía de puesto a Amelia, temía que en el futuro ella no sabría qué hacer si Amelia fuera desobediente después de haber conseguido el poder.

En ese instante, quiso arrepentirse de la promesa que había hecho.

Después de todo, ella no hizo un juramento cuando hizo la promesa, así que no sentirá remordimientos retirando lo dicho.

Sin embargo, sintió que no era adecuado decir ese tipo de comentarios cuando Amelia acababa de firmar el contrato, por lo que dijo, -Bueno, mañana por la noche haré una fiesta e invitaré a todos los personajes importantes de la Ciudad J. Entonces, anunciaré en persona nuestra colaboración con el Grupo Gran Reino y el nombramiento de un nuevo director.-

Al escuchar eso, René se quedó más tranquilo.

Amelia también sonrió gentilmente. Al parecer el puesto de directora finalmente la iba a pertenecer. Ya no será excluida por los demás en el futuro, ¡y sus padres tampoco pasarán más humillación!

-¡No es solo intentarlo, sino que debes invitarles!-

Amelia asintió levemente y luego preguntó en voz baja a René, -¿Qué debo hacer? ¿Y si el presidente del Grupo Gran Reino no viene? ¿Y si Tara tampoco está dispuesta a venir?-

René se rio y dijo, -Pruébalo, ¿no tienes el teléfono de Tara? Quizás no tarden nada en aceptarlo cuando les llames.-

La familia Torrez iba a celebrar una fiesta, además de demostrar el poder de la familia Torrez, también anunciará en la fiesta el ascenso de Amelia a directora.

Su esposa iba a ser ascendida a directora, así que no estaba nada mal que como su esposo asistiera a la fiesta.

En ese momento, Amelia no sabía que su esposo era el presidente del Grupo Gran Reino. Suspiró dudosa y dijo, -Estamos hablando del presidente del Grupo Gran Reino, y se dice que también es el señor de una gran familia de la Ciudad Y. Un magnate como él estaría muy ocupado todos los días, cómo va a tener tiempo de asistir a fiestas...-

René sonrió y dijo, -No lo creo. Quizás solo es alguien que se queda en casa con su esposa todos los días, cocinando y lavando ropa.-

Amelia le puso los ojos en blando y dijo, -¿Crees que todos son como tú?-

René asintió, -Sí, es posible que el jefe del Grupo Gran Reino sea como yo...-

Amelia frunció los labios y susurró suavemente, -¡Bah! ¡Es imposible!-

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Multimillonario Invisible