Multimillonario Invisible romance Capítulo 37

Elias no pudo contener su emoción cuando escuchó esto.

Su coche era del modelo 540 y el de René 520. Aunque se agotara, era imposible que ganase.

“¡Cómo se atreve a apostar tan grande conmigo!” Elisas dijo en su corazón.

Si se encendiera los petardos de 30 mil explosiones en su coche, ese básicamente se quedaría destrozado. El interior, los asientos y la consola serán bombardeados dejándolo desastroso.

Dado que René estaba buscando su propia muerte, ¡realmente le dio una buena oportunidad para humillarlo!

Entonces, Elias asintió sin dudarlo y gritó, -¡Seáis todos testigos! René y yo haremos una competición sobre quién conduce más rápido. ¡Quién pierda, tendría que encender este petardo en su coche!-

Después de terminar de hablar, volvió a decir, -¡Si alguien se arrepiente a medio camino, se le morirá toda la familia!-

Los compañeros de clase se emocionaron de inmediato, hasta los compañeros de la planta de arriba se enteraron de que había tal competición y todos se apresuraron para venir. Se reunieron veinte o treinta personas alrededor de la puerta esperando un buen espectáculo.

Todos pensaban que René era un idiota, ¿El modelo 520 se atrevería a desafiar al modelo 540? La carretera era toda una recta, ver qué coche conduciría más rápido no tenía nada que ver con las técnicas, sino que dependía completamente del rendimiento del coche.

¡Un modelo 520, aunque fuera conducido por Michael Schumacher, era imposible de superar el 540!

¡Parecía ser que el nuevo BMW 520 de René pronto sería destrozado!

Amelia también había estado persuadiendo a René, diciéndole, -René, no te dejes llevar por él, lo ha hecho aposta, no nos comparemos con él.-

René sonrió levemente, -Cariño, no te preocupes, tu esposo nunca perderá.-

Elias se rio a carcajadas, -¡René, dejando de lado lo resto, admiro tu valentía! Jajaja, si es así, ¡dejemos de decir tonterías y vayamos directamente para comparar!-

-Está bien.-René asintió y le preguntó, -¿Cómo vamos a competir?-

Elias señaló el cruce al final de la carretera y dijo, -Comencemos a la misma hora, veamos quién llega primero a ese cruce y luego regresa. Ida y vuelta, quien regrese antes, gana, ¿qué te parece?-

René sonrió y dijo, -¡No hay problema!-

-¡Está bien!- Dijo Elias emocionado,-¡Todos sean testimonios, comenzaremos el juego de inmediato!-

Después de eso, se subió a su BMW 540 y se dirigió a la carretera.

René ignoró la obstrucción de Amelia y condujo el coche hacia Elias. Se alinearon los frentes de los dos coches.

En ese momento, un tipo sonrió y dijo, -¡Os haré la cuenta hacia atrás!-

-¡Vale!-Se rio Elias, -¡Prepárate para empezar!-

René asintió y encendió el modo deportivo de su BMW 760.

El BMW 760 utilizaba un motor de 6,6 litros de cilindrada y 585 caballos de fuerza.

El BMW 540 que estaba al lado usaba un motor de 3.0 litros de cilindrada y 340 caballos de fuerza.

El desplazamiento era dos veces más pequeño que el 760, y la diferencia de la potencia también era de 245 caballos de fuerza. ¡Se podía decir que eran dos mundos totalmente diferentes!

Sin embargo, ¿cómo sabría Elias que el modelo 520 de René era en realidad un modelo superior de 760? Encima pensó que tenía la oportunidad de ganar.

El compañero a cargo de la cuenta atrás gritó emocionado, -¡Listo! ¡3, 2, 1!-

¡Tan pronto como la voz acabó, Elias inmediatamente pisó el acelerador hasta el fondo!

Él sabía que René perdería, ¡pero quería hacer que René perdiera aún más feo!

¡Por lo que intentaba ir lo más rápido posible!

Sin embargo, lo que no esperaba era que, en su mano derecha, una sombra negra se precipitó rápidamente, ¡y al instante se quedó atrás!

¡Era el BMW 520 de René!

¡Elias apenas podía creer lo que veía!

¡Qué mierda!

¿¡Cómo podía ser!?

Ada dijo con desdén, -¡Elias, no cumples tus propias palabras, eres repugnante! No olvides el juramento que acababas de hacer, si alguien no cumplía la promesa, ¡se le morirá toda la familia!-

-¡Eso es!-Muchos compañeros que estaban esperando para reírse las gracias de René ahora estaban insatisfechos con Elias. Podían detectar que Elias realmente tenía el mal perder. Siendo ya una persona adulta, era una vergüenza que no pagara por sus propias acciones.

Entonces alguien dijo, -Elias, no haces gracias, todo el mundo estamos aquí de testigo. Has sido tu quien se ha empañado en compararte con René, encima dijiste que la potencia del coche es indiferente y quien no cumpla la promesa se le moriría toda la familia. Ahora estás siendo un descarado. ¿Es porque preferirías que se te muera toda la familia que cumplir la promesa de la competición?-

-¡Claro!- Dijo una chica, -Elias, todos pensábamos que eres un hombre de palabras, si dices una cosa, siempre lo vas a cumplir ¡No esperábamos que fueras un cobarde que no cumple con lo que dices!-

Otros decían, -¡Ahora sé qué tipo de persona es Elias! ¡Es un perro de doble moral! Si René perdiese, ¡definitivamente no dejaría que René se vaya tan fácilmente! Ahora que pierde él, empieza a ser pícaro, ¡es realmente un inútil!-

El rostro de Elias se quedó pálido.

Para ser honesto, acababa de comprar este automóvil por menos de un mes y gastó más de 87 mil euros en total.

Si realmente le arrojase petardos de 30 mil explosiones, ¡este coche sería destrozado!

“¡Es mi amado coche! Por lo general, no dejo ni que le aparezca pequeños rasguños o polvo, ¿cómo estaría dispuesto a arrojar petardos en ella? Sin embargo, teniendo tantos compañeros mirándome, era obvio que he perdido el apoyo de la gente. Si continuase escapando de mi responsabilidad, entonces estos compañeros definitivamente no se llevarían bien conmigo en el futuro. De hecho, podrían ir diciendo que he perdido la competición, que prefería llevar la maldición de la muerte de toda la familia antes de cumplir la apuesta.”

Al pensar en esto, se volvió indeciso.

Si no encendiera estos petardos, ¡su fama se derrumbaría!

En ese momento, René de repente dijo, -Elias, todos somos compañeros de clase, ha sido solo una competición de broma, tu coche es bastante caro, si de verdad no quieres encender los petardos no lo hagas.-

Elias exhaló un suspiro de alivio por un momento.

Sin embargo, los compañeros del alrededores hablaron de inmediato al respecto, -René sigue siendo generoso, mira a Elias, ¡es realmente vergonzoso!-

-¡Exactamente! René vio que tenía el mal perder, ¡así que le dijo eso para que se sintiera mejor!-

La autoestima de Elias estalló repentinamente y gritó, -¿Quién diablos dijo que no puedo permitirme perder? ¿¡dónde están los petardos, dámelo!? Si me he permitido el lujo de apostar, ¡claro que puedo permitirme perder!-

En este momento, la expresión de René estaba marcada por una sonrisa de conspiración exitosa...

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Multimillonario Invisible