Multimillonario Invisible romance Capítulo 52

En el Hospital del Pueblo.

Gustavo estaba acostado en una cama en el departamento de emergencias.

Se lastimó en todo el cuerpo, y también le pusieron un yeso en la pierna derecha. Parecía muy lamentable.

René no pudo evitar compadecerse. Un hombre fue engañado por una mala mujer, y al final resultó que no solo estaba triste, sino también que su cuerpo fue golpeado así.

Cuando Gustavo lo vio entrar, se le llenaron de lágrimas en los ojos hinchados tan grandes como huevos.

-René...- Gustavo no pudo evitar llorar en cuanto le llamó.

René caminó hacia el frente y dijo ligeramente, -Ya está, es solo una puta, no vale tu tristeza.-

Gustavo dijo llorando, -Le perseguía durante tres años, para ella, ni siquiera tenía dignidad todos estos años, me convertí en un hombre vil y ofrecía todo lo que pudiera para complacerle, pensaba que por fin se enamoraría conmigo por mi sinceridad, pero no esperaba que después de hacer tantos esfuerzos, no he podido conseguir nada…-

Gustavo lloraba fuertemente y dijo, -Esa maldita no solo quiere dejarme, ¡sino que también quiere que me vaya sin llevar ni una pasta! Gasté la mayor parte del dinero que había ganado en estos años para ella, e invertí mi único saldo de unos 15 mil de euros en el restaurante, pero ella ni siquiera me quería devolverlo. Estaba tan ciego, ¡cómo me enamoré de una mujer tan perversa!-

René lo consoló, -Gustavo, un hombre debe tener el coraje para abandonar el pasado y para enfrentar al futuro. ¡Si se cae, simplemente se vuelve a levantar! ¿Dónde está la pintura que te regalé? Se la puede vender por al menos 25 mil de euros, que es suficiente para que montes un pequeño negocio.-

Gustavo asintió con la cabeza y dijo, -La pintura está en mis brazos, por suerte me lo advertiste, y por lo que llevé la pintura conmigo. De lo contrario, ¡ella debería haberla arrebatado!-

René dijo, -Está bien si la pintura todavía está allí. Túmbate y cálmate, te compraré algunas frutas y pagaré la tasa de hospitalización.-

Gustavo se conmovió mucho y lloraba, -René, eres mi mejor amigo, muchas gracias... ¡No te preocupes, prometo que te devolveré el dinero!-

René dijo ligeramente, -De nada, somos buenos amigos, pues no digas más tonterías.-

Después de hablar, salió de la sala.

Tenía prisa en este momento y no le daba tiempo ir de compras, pero René se sentía lamentable al ver a Gustavo tan pobre, así que fue a comprarle algunas frutas y le depositó diez mil de euros con su propia tarjeta para la hospitalización.

Al volver a la sala, René se dio cuenta de que la puerta de la sala había sido abierta por alguien.

Cuando entró, encontró que Andrea estaba parada frente a la cama de Gustavo cogiendo los brazos de Julián.

Al verlos entrar, Gustavo preguntó en voz alta, -¿Qué hacéis aquí? ¿Para burlaros de mí?-

Andrea se burló, -¡Nadie quiere verte tan miserable!-

Después de hablar, escupió en el suelo para humillarle y luego dijo, -¡Estoy aquí para pedirte esa pintura! ¿Dónde la escondiste? ¡Dámela ya!-

Gustavo dijo enojado, -Andrea, mi amigo me regaló esa pintura. ¿Por qué la pides tú?-

-¿Te regaló a ti?- Andrea dijo fríamente, -Piénsalo con tu puta cabeza. ¿Por qué René te regaló esa pintura? ¡Se trató de un regalo para la inauguración del restaurante! Y, ¿de quién es el restaurante? ¡Es de mi padre!-

Gustavo no esperaba que Andrea fuera tan desvergonzada, y su voz enojada temblaba, -¡Andrea, no seas demasiada cabrona! El restaurante de tu familia todavía tiene los 15 mil de euros que invertí, y tienes que devolver mi dinero. En cuanto a la pintura, me lo regaló mi amigo, ¿me escuchas? ¡Me regaló a mí!-

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