NADIE COMO TÚ romance Capítulo 166

Valeria y los demás prepararon los materiales y se dispusieron a entrevistar a Liam.

Desafortunadamente, habían salido todos los autos de la revista, por eso tuvieron que tomar taxi para ir a entrevistar.

Valeria llegó a la carretera y extendió la mano para tomar taxi.

Un coche llegó rápidamente y se detuvo a su lado.

El conductor era un hombre de mediana edad, estaba muy emocionado al ver a Valeria.

—¡Señora Valeria! Usted es la señora Cabrera, ¿verdad? Súbase al auto, ¿adónde quiere? —dijo el conductor.

Lola y los demás se sorprendieron y dijeron:

—Valeria, vaya, eres tan famosa que incluso un taxista te puede reconocer.

Darío ya se había subido al taxi y les dijo:

—Basta ya, subid y vamos.

Valeria tomó el asiento lateral.

El conductor la miró de reojo.

Valeria sintió mucha incomodidad.

—¿Es usted la esposa del presidente del Grupo Lustre? ¿Por qué toma un taxi personalmente? —el conductor preguntó.

—Sí, lo soy. Vamos al Centro Cultural para una entrevista —Valeria tragó saliva y dijo.

—¿La exhibición de antigüedades?

—¿Sabes esa exhibición? —Lola preguntó a chófer.

—Claro que sí, somos expertos en en historias. Se dice que esta exhibición es muy especial e interesante. Vale la pena su visita —el conductor sonrió y dijo con orgullo.

Lola y Darío estaban tan emocionados cuando lo escucharon, le hicieron muchas preguntas al conductor y empezaron a charlar sin cesar.

Valeria estaba sentada en silencio, solo esperando llegar pronto a su destino.

Cuando finalmente llegaron al lugar y salieron del auto, Valeria se quedó aliviada.

De una noche a la mañana, parecía que todo el mundo la conocía. Esto era demasiado aterrador, como una pesadilla.

Darío quería comprar algunas botellas en la tienda de conveniencia, y Valeria se ofreció voluntariamente a hacerlo.

Llegó a la tienda, y eligió diferentes tipos de botellas.

Se sintió como si la hubiera estado mirando alguien a su espalda.

Se dio la vuelta de repente y descubrió que la vendedora de la tienda la estaba mirando.

«¿Me toma como una ladrona?»Valeria se puso un poco incómoda.

Tomó las botellas y algunos bocadillos, y se acercó al mostrador para pagar, con una expresión indiferente.

A la vendedora no le importó su expresión y le saludó con una sonrisa:

—Señora Cabrera, es un gran honor para nuestra tienda que haga compras aquí.

Valeria pensó:

«¡Dios mío, me reconoce otra vez!»

La vendedora estiró la cabeza y miró hacia la puerta.

Valeria miró siguiendo la dirección que ella estaba mirando.

«No hay nada...»

—¿El señor Cabrera no viene? —la vendedora preguntó.

Valeria se quedó sin palabras. Ella negó con la cabeza y dijo:

—Estoy aquí para trabajar e ir a la exhibición de antigüedades.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: NADIE COMO TÚ