Al escuchar las palabras de Eva, Valeria, que ya se sentía mal, ahora se sentía aún peor.
Jacobo estaba herido por su culpa, y ahora porque alguien más lo dijo.
Valeria se sintió inmediatamente culpable. Pero Valeria no tenía forma de decidir este asunto.
Había discutido con Aitor que cuando Jacobo estuviera bien, devolvería la libertad a Jacobo y no seguiría empleando a Jacobo para seguir protegiéndolos.
Y Jacobo ya no era su guardaespaldas.
—Ahora mismo la libertad de Jacobo no nos pertenece— Aitor quería explicarle a Eva, pero a Valeria le preocupaba que la actitud de Aitor hiciera enojar a Eva.
Por eso Valeria pudiera explicárselo directamente a Eva.
Al fin y al cabo, había cosas que convenía decir entre mujeres, ellas lo entendían.
—Bien, eso es lo que dices, por favor recuerda lo que dices— Cuando Eva escuchó las palabras de Valeria, sintió que Jacobo ya no tendría que seguirlos y sufrir en el futuro, sino que podría acompañarse a sí misma.
Eva pensó y se alegró en su corazón.
Era una bendición estar con alguien que le gustaba.
Por supuesto, si Jacobo también la quería.
Pero Eva tenía suficientes habilidades para dejar que Jacobo la quisiera, y el resto era sólo cuestión de tiempo.
—Ya que Jacobo está bien ahora, vamos a hospitalizar a Jacobo antes de irnos.
Valeria miró a Eva, que ya estaba con Jacobo, y sintió que Jacobo ya no los necesitaba.
Por no mencionar que la empresa tenía una larga lista de cosas que esperaban su atención.
Aitor estaba de acuerdo con el planteamiento de Valeria, así que asintió y la siguió fuera de la sala.
Valeria fue a la sala después del procedimiento de hospitalización y se sintió aliviada al ver que Eva cuidaba de Jacobo con tanta atención.
Tres golpes después, Eva echó un vistazo y vio que era Valeria y salió.
La impresión de Eva sobre Valeria era buena, principalmente porque el corazón de Jacobo era bueno para Valeria, por eso también ella.
—¿Qué pasa?— Eva miró a Valeria como si tuviera algo que decir, así que tomó la iniciativa de preguntar.
—Cuida de Jacobo aquí, tenemos algunos asuntos urgentes que atender en la oficina así que me iré ahora, llámame si necesitas algo.
Valeria miró a los ojos de Eva y habló con seriedad.
Eva escuchó las palabras de Valeria, que eran exactamente lo que quería hacer, y asintió con la cabeza.
—Esta es mi tarjeta de visita con un número de móvil, llama si necesitas algo— Valeria entregó una tarjeta de visita que tenía cuando trabajaba en la revista, y luego miró a Eva esperando su respuesta.
Tras mirar a Eva y asentir, Valeria tiró de Aitor y se marchó.
En el coche, Valeria preguntó a Aitor.
—¿Es grave la situación de la empresa?— Valeria miró el rostro sombrío de Aitor y adivinó lo que estaba ocurriendo en la empresa en ese momento.
Durante este periodo de tiempo, Valeria había estado pensando en la forma de sacar a Aitor, pero había ignorado por completo los asuntos de la empresa.
Pero no podía ser culpa de Valeria que una mente no pudiera ser usada para dos propósitos. Valeria era sólo una mujer y no era capaz de manejar tantas cosas.
Especialmente con la situación actual de la empresa, Aitor también creía que era difícil, Valeria ciertamente no iba a entender.
Así que lo único que podía hacer Valeria era apoyar en silencio a Aitor.
—Mamá y papá— Samuel miró a su madre y a su padre, que rara vez venían a buscarlo al colegio, y se alegró mucho.
En un principio, habían descuidado a Samuel durante este periodo debido a los negocios de la empresa.
Aunque Samuel estaba un poco molesto, definitivamente no los culpaba. Porque Samuel sabía que también estaban luchando por la empresa.
—Estoy— Aitor respondió con alegría.
Aitor, que acababa de tener una cara de piedra, tuvo una sonrisa en su rostro justo en el momento en que vio a Samuel. Suponía que eso era amor paternal.
Cuando Valeria miró al padre y al hijo que tenía delante, se sintió muy feliz.
Desde aquella situación en la empresa, la familia rara vez había sido tan feliz junta.
—Espera— Justo cuando estaban retozando, la expresión de Aitor se volvió repentinamente fría y solemne.
Aitor acababa de sentir que una sombra oscura parpadeaba por encima del alero.
Aitor supuso que esas personas serían perjudiciales para Samuel, porque al verlo aquí, no comenzó a actuar.
Aitor lo pensó detenidamente y consideró que Samuel no podía seguir yendo así a la escuela ahora y que tenía que volver a casa y retomar las clases cuando los asuntos de la empresa estuvieran resueltos.
Aitor le dio a Valeria su idea y a éste le pareció bien, así que los dos se acercaron y pidieron permiso al profesor antes de irse a casa.
En el camino, aunque Samuel no dejaba de sonreír, Valeria sabía en su corazón. Samuel siempre quería ir a la escuela, pero la situación actual hizo que Samuel se tomara un tiempo para ir a casa, estaba más o menos infeliz en su corazón.
—Samuel, escúchame, esta vez hay gente mala que intenta hacernos daño por nuestra compañía, así que tienes que mantenerte a salvo cuando llegues a casa.
Valeria habló con Samuel con seriedad, con la esperanza de que éste pudiera entenderlos.
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