NADIE COMO TÚ romance Capítulo 69

—¡No!

Valeria gritó de repente y apartó a Aitor.

Aitor no esperaba que reaccionara Valeria así y le pilló desprevenido. Retrocedió unos cuantos pasos.

Sorprendido, levantó la vista y vio que Valeria estaba muy asustada.

En un instante, Aitor sintió como si le vertieron un cubo de agua fría sobre su cabeza y enfrió su deseo excitado.

Valeria rápidamente se dio cuenta de que se había pasado. Se sentía muy culpable mientras se acercaba cautelosamente a Aitor diciendo:

—Lo siento, pero me acordé de repente de lo de hace dos años.

Ese incidente fue la peor pesadilla de Valeria.

No fue sólo por la pérdida de lo más preciado en una noche, sino que también perdió su dignidad en aquella noche.

Durante mucho tiempo, ni siquiera podía acercarse a un hombre. Se sentía asustada porque el hombre le daba la mano.

Ahora se había mejorado mucho y ella pensaba que podría aceptar a Aitor.

Pero cuando realmente llegó el momento, su cuerpo se resistió instintivamente.

Al ver que su mirada se volvió fría, Valeria se sentía arrepentida.

Aitor debía pensar que ella estaba fingiendo. Si estaban casados, ¿por qué le rechazó de una manera tan directa?

Ningún hombre podría soportar ser rechazado así, ¿no?

Con eso en mente, apretó los dientes y se acercó con cuidado a Aitor. Rodeó su cuello y le besó, tratando de reactivar a Aitor.

Pero Aitor la levantó, la cogió en brazos y la puso sobre la cama.

Valeria creía que Aitor quería a continuar y tensó su cuerpo para prepararse. Quería asegurarse de que no empujaría a Aitor como antes.

Tras esperar durante mucho tiempo, pero Aitor no hizo nada. Todo lo contrario, cogió la manta de al lado y cubrió el cuerpo de Valeria.

Valeria se quedó atónita.

—Aitor, ¿estás enfadado?

Aitor se sentó en un lado de la cama y miró con tranquilidad a Valeria.

—No.

—Entonces, ¿por qué... ?

—¿Quieres preguntarme por qué no sigo? —susurró Aitor.

Acarició la mejilla de Valeria de forma suave y gentil.

—Porque espero que tú también lo disfrutes en vez de hacerlo para complacerme, el sexo es de dos.

Sí que él tenía deseo sexual por Valeria. Para ser concretos, tenía un deseo muy fuerte.

Si no le importara Valeria, tal vez lo habría seguido haciendo. No era muy difícil para un hombre contenerse frente a su esposa guapa.

Pero le importaba Valeria.

Porque le importaba tanto, no quería que su primera relación íntima con Valeria se convirtiera en un mal recuerdo para ella.

Si no, ¿cuál sería la diferencia entre él y el hombre asqueroso de hacía dos años?

Valeria no esperaba que Aitor dijera eso y se quedó muy conmovida.

Los hombres eran diferentes a las mujeres. Para una mujer, amar era sacrificarse. Pero para un hombre, amar, a lo mejor, era contenerse por ella.

Se acurrucó en la cama y su cuerpo tenso finalmente se relajó.

—Aitor, gracias.

Aitor rio y se levantó. Se dirigió a la silla y se sentó.

—Hoy duerme en la cama.

Valeria se sorprendió.

—¿Y tú? ¿No vas a acostarte?

—La cama es demasiado pequeña y sólo hay un juego de edredones, olvídalo.

Valeria frunció el ceño.

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