¡No huyas, mi amor! romance Capítulo 112

Rosaría no tenía tiempo para explicarle a Mateo sobre la cosa de Laura. Al escuchar mencionar a Eduardo, sus ojos se pusieron rojos de nuevo.

Parecía que Mateo también se dio cuenta de su tono inapropiado, mientras se culpaba en secreto, cogió suavemente la mano de Rosaría y le dijo -No te preocupes, nuestro hijo estará bien -

En ese momento, Rosaría ya se dio cuenta, con claridad, de que alguien había planeado todo esto. Se culpaba a sí misma por no haber estado en guardia esa mañana y así haber puesto al hijo en una situación tan peligrosa.

-¿Vamos al centro de vigilancia para echar un vistazo de nuevo? -

-Muy bien -

Rosaría se animó de nuevo, ya que sabía que no era el momento adecuado para quedarse triste. Lo más importante consistía en localizar, con la mayor brevedad, a Eduardo.

Los dos regresaron a la sala de vigilancia.

El director todavía estaba allí. Siguiendo las instrucciones de Mateo, ya había encontrado el vídeo que debería haber grabado la pérdida de Eduardo en el patio trasero, sin embargo, desafortunadamente, descubrió que hubo cinco minutos de vacío.

El director estaba un poco avergonzado, y Mateo estaba muy descontento.

Antes de que Mateo se enojara, Rosaría dijo -Alguien deterioró las cámaras a propósito -

-Sí -

Mariano llamó en ese momento.

-Señor Mateo, ya nos enteramos. Alguien se encontró con la mujer que había llamado a alguien en la sala de juegos. Era completamente una casualidad. La mujer chocó contra un joven, quien luego peleó con ella. Después, ella se puso a un lado para hacer la llamada, y el joven oyó todo el contenido, ahora está conmigo -

-¡Tráemelo inmediatamente! -

La voz de Mateo era terriblemente fría.

Rosaría supo que había una nueva pista.

Rápidamente, fueron a la sala de recepción.

El joven seguía maldiciendo algo. Era todavía un chico de dieciséis o diecisiete años, y parecía un poco rebelde.

Originalmente, cuando Mariano lo quería traer allí, se puso insatisfecho, pero al ver a Mateo, se calló al instante.

Probablemente no había nadie en la Ciudad H que no conociera a Mateo. El joven estaba algo nervioso de que fuera Mateo el que lo buscaba.

-¡Señor Mateo, de verdad, no hice nada! -

Aunque no sabía lo sucedido, el ambiente hizo que todos se sintieran incómodos.

Rosaría realmente quería preguntar sobre Eduardo, pero no dijo nada, esperando en silencio a que lo hiciera Mateo.

Ella creía que, sobre lo de Eduardo, Mateo sentía lo mismo que ella.

Mateo lo miró fríamente y dijo -Háblame de la mujer que te chocó y luego hizo una llamada. ¿Qué aspecto tenía? ¿Cuántos años te parecía? -

Cuando el joven escuchó que era por ese asunto, dijo apresuradamente -No la toqué a propósito. Sólo era que no tenía cuidado con el camino. Estaba para recargar, así que -

-Quiero escuchar lo que quiero saber -

Había pasado tanto tiempo desde la pérdida de Eduardo, lo que hizo Mateo bastante impaciente.

El joven estaba ligeramente aturdido y dijo apresuradamente -Era una mujer de unos cincuenta años. Se veía muy rica. Incluso me sorprendí de que una mujer tan mayor apareciese en una sala de juegos. Pensé que estaba buscando a su nieto o algo así. No esperaba que ella simplemente hiciera una llamada y se fuera -

-¿Unos cincuenta años? ¿No te equivocaste? -

Mateo siempre había pensado que la persona que se hacía pasar por Rosaría era joven, pero no esperaba que fuera una anciana de unos cincuenta años. Sin embargo, ¿cómo podría ser que Isaac no hubiera distinguido la voz de una anciana y la de una joven?

Al ver que Mateo sospechaba de él, el joven dijo apresuradamente -¡Absolutamente! Esa mujer tiene unos cincuenta años -

-Ya veo. Mariano, dale algo de dinero y envíalo lejos -

Al ver que no quedaba más que preguntar, Mateo dijo a Mariano.

Después de que el joven se fue, Rosaría preguntó ansiosamente -¿Qué crees? -

-Isaac no es una persona común. Incluso él creyó que era tu voz, debe haber algún problema. Necesito volver y encontrar la grabación de Isaac para averiguar qué pasó -

-¿Tienes la grabación telefónica? -

Rosaría estaba un poco ansiosa.

Mateo asintió y dijo -Sí, todas las llamadas telefónicas a la base son grabadas por razones de seguridad -

Los dos regresaron rápidamente a la casa de Nieto.

Habían pasado más de dos horas desde que Eduardo desapareció, pero no había pistas. Toda la ciudad H había sido registrada, y las entradas estaban custodiadas. Sin embargo, Eduardo seguía desaparecido, como si no existiera en el mundo.

Rosaría se moría de ansiedad, sin saber qué hacer. Mateo era lo mismo, pero tuvo que calmarse.

Cuando Isaac le envió la grabación telefónica, Mateo rápidamente hizo un análisis y descubrió que la otra parte había usado un cambiador de voz. Extrañamente, la voz cambiada era muy similar a la de Rosaría.

En otras palabras, la otra parte estaba muy familiarizada con Rosaría, por lo menos, con su voz.

No era algo que la gente común pudiera hace. Se trataba de cambiar la voz específicamente en la de los demás.

De repente, a Mateo se le ocurrió algo.

-Mariano, ¿dónde está Alana? -

Alana había sido estrechamente vinculada a lo de la señora Verónica. Sin embargo, hubo tantas cosas durante ese período de tiempo que Mateo no tuvo tiempo para preguntarle sobre eso. Las cosas pasaron una tras otra, que casi se olvidó de ese personaje imposible de ignorar.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: ¡No huyas, mi amor!